Caza

Las medidas que están aumentando las poblaciones de corzos

Una buena gestión de este pequeño cérvido repercute en un aumento significativo de sus poblaciones.

Cría de corzo
Cría de corzoPixabay

Las siguientes cinco medidas son las que se tienen en cuenta para gestionar la especie:

1. Seguimiento de depredadores naturales

Los depredadores ejercen un control y fuerte presión sobre los corzos. No obstante, los depredadores atacan a aquellos corzos más débiles que suponen una mejor presa por lo que realmente están eliminando a aquellos que genéticamente son menos favorecidos y como consecuencia están produciendo una mejora de los corzos. Por lo tanto, es conveniente realizar unas medidas de gestión de esos depredadores que permitan mantener unas poblaciones viables para que sigan ejerciendo su papel sobre las poblaciones corceras.

Los tres principales depredadores del corzo son el lobo, el zorro y el águila real.

El lobo, en las zonas de España donde abunda, (norte de Castilla y León, Galicia, Asturias y Cantabria) es el depredador que mayor control ejerce sobre los corzos, pudiendo a tacar tanto a crías como a corzos adultos. Llevar a cabo un equilibrio del lobo es fundamental para que no ejerza una presión elevada sobre corzos y sobre ganado doméstico. Actualmente, el lobo está presentado grandes problemas para el ganado extensivo ya que sus poblaciones han crecido rápidamente.

El zorro el otro gran depredador del corzo. Sus víctimas principales son las crías y el gran éxito reproductivo del zorro necesita del control de sus poblaciones para que la relación depredador-presa no se descompense ejerciendo una predación excesiva.

El zorro es uno de los mayores depredadores del corzo. Ataca preferentemente a sus crías.
El zorro es uno de los mayores depredadores del corzo. Ataca preferentemente a sus crías.Pixabay

El águila real también ejerce un control predatorio sobre los corzos, pero en muy menor medida que en caso anterior ya que esta rapaz prefiere presas más pequeñas como conejos o liebres. Además, sus escasas poblaciones no representan un peligro para las poblaciones corceras.

2. Control de parásitos y enfermedades.

Los corzos son sensibles a padecer enfermedades tales como la Queratoconjuntivitis, Colibacilosis, Pasterelosis y distintas parasitosis.

Estableciendo periódicamente controles veterinarios se comprueba que los niveles patológicos sean normales. No obstante, la manera más sencilla, barata y recomendable de control es evitar que la población supere la capacidad de carga del hábitat ya que la excesiva densidad de corzos incrementa la transmisión de las enfermedades y parásitos.

3. Tendencia poblacional

El seguimiento de las poblaciones de corzo se hace durante varios años para analizar la tendencia que tienen. El objetivo es poder mejorarla en equilibrio con sus depredadores y la presión cinegética sin forzar las poblaciones a llegar a su capacidad de carga para evitar la difusión de enfermedades que trae consigo la superpoblación de animales en una zona.

4. Medidas de prevención de riesgos potenciales.

Existen diversos riesgos que, aunque más puntuales que los anteriores pueden desequilibrar una población entera de corzos. Son factores a vigilar el fuego, la caza furtiva, los problemas genéticos (intentado evitar traslados con la intención de repoblar determinadas zonas ya que esto puede conducir a la pérdida de las características genéticas y ecológicas propias de la población, así como introducir enfermedades y parásitos) y la interacción con otros ungulados silvestres y el ganado doméstico. Este último punto es de gran importancia ya que, aunque los corzos son selectivos en su comida, los ciervos desplazan con rapidez a los corzos ya que una vez que han acabado con los brotes de calidad todavía son capaces de obtener energía de la vegetación restante y, cuando no, se desplazan a cotas altitudinales más favorables, cosa que no hace el corzo.

El ganado doméstico pese a ejercer un efecto similar al del ciervo ocasiona otros beneficios como el mantenimiento de zonas de pasto que sin el ganado doméstico habrían sido ya colonizadas por el monte y el matorral denso.

5. Mejoras del habitat

Las mejoras realizadas en el hábitat suponen el mayor condicionante a la hora de favorecer las poblaciones de corzos.

En aquellas zonas donde se llevan a cabo mejoras estructurales del medio tales como los desbroces selectivos o el incremento de la variedad botánica producen como consecuencia un hábitat heterogéneo que permite una gran diversidad de especies animales. El aspecto de fomentar la diversidad botánica es muy beneficioso para las poblaciones de corzo ya que es un animal muy selectivo con sus gustos alimenticios.

El corzo necesita de variedad de brotes tiernos para su alimentación
El corzo necesita de variedad de brotes tiernos para su alimentaciónPixabay

También están siendo muy efectivo el uso de cultivos de apoyo que ayudan a mantener en buen estado la población de corzos mientras las medidas estructurales se hacen patentes.

En épocas de escasez de brotes los cultivos de apoyo pueden resultar fundamentales para el corzo. Recordemos que tanto el verano como el invierno son periodos fundamentales en el ciclo vital del corzo, ya que durante el invierno los machos forman la cuerna y necesitan más cantidad de nutrientes, y durante el verano es época de cría de los corcinos y la hembra necesita alimentación extra.

El empleo de estas cinco medidas con un lógico control y rigor está haciendo que en aquellas zonas donde se aplican, las poblaciones de corzo se mantengan en unas condiciones excelentes y contribuyen a que otras muchas especies se aprovechen también de ellas. Este control de efecto global sobre el terreno favorece el equilibrio ecológico.