Entrevista

Anabel González, psiquiatra : «El bloqueo emocional nos hace tomar decisiones no beneficiosas»

En «las cicatrices no duelen» asegura que se puede romper con los «nudos» y las heridas que nos atan al pasado

Anabel González, psiquiatra y psicoterapeuta, autora del libro "las cicatrices no duelen"
Anabel González, psiquiatra y psicoterapeuta, autora del libro "las cicatrices no duelen"Miguel Garrote

Cicatrizar las heridas emocionales y conseguir que con el paso del tiempo no duelan, es posible. También superar los traumas o comprender qué nos pasa cuando no podemos poner palabras a algunas emociones que nos bloquea. En «las cicatrices no duelen» (Planeta) su autora (@anabelgonzalez_emociones5.0) asegura que «hay que soltar lastre y vaciar nuestra mochila para poder avanzar». Como las heridas físicas, las emocionales también hay que saber limpiarlas y dejarlas secar para que así, dejen de doler. Si no, «acabarán infectándose». E insiste en la importancia del «auto cuidado».

–¿Cómo sabe una persona que está sufmriendo un bloqueo emocional?

–Muchas veces sí nos damos cuenta de que estamos bloqueados, que tenemos temas atascados. Le damos vueltas, y siempre son las mismas y no llegamos a ninguna conclusión. Otras veces, no. Quizá percibimos que hay cosas que no conseguimos resolver, o situaciones en las que una y otra vez nos volvemos a encontrar: es el siempre me pasa lo mismo, siempre acabo en el mismo sitio o con la misma sensación. Esos son indicadores donde debemos ver qué es lo que se está bloqueando.

–¿Por qué ocurre?

–Muchas veces tiene que ver con un conjunto de experiencias que se han ido juntando y una pelea interna con nosotros mismos. Queremos una cosa, la contraria, y acabamos haciendo un nudo. Son de muchos tipos.

–¿Ese bloqueo puede llevarnos a tomar decisiones equivocadas? A dar por hecho que algo es el problema y sea otro...

–Yo lo llamaría «decisiones no beneficiosas». A veces, tomamos decisiones que van en contra de nosotros mismos y eso sí que es algo importante que entendamos. Queremos una cosa, pero luego, por otro lado, es como que hay otra tendencia en nosotros, que no nos gusta, pero que está ahí, y nos lleva a hacer cosas que no nos benefician, ni nos llevan a una vida más satisfactoria, si no al revés. Esas son las decisiones que tenemos que analizar.

–¿Son experiencias pasadas las que nos llevan siempre a ese bloqueo?

–Si le damos vueltas, habría que conseguir resolver la pregunta importante: el porqué. No siempre todo tiene que ver con las experiencias pasadas. A veces, también, el propio cerebro se enferma, y hay enfermedades mentales que son un poquito más graves y que sí que tienen que ver con herencias genéticas o cosas que se han desequilibrado en los neurotransmisores del cerebro. Pero, otras, son experiencias pasadas a las que puede que no le estemos dando demasiada importancia. Incluso cosas que nos pasaron cuando éramos niños. Ahí conviene echar la vista atrás y ver cuándo empezó el problema. Igual el cerebro está conectando todo aquello que causó impotencia en nuestra vida y puede estarse enlazándolo con algo con lo que ahora no tiene relación directa. El cerebro hace la conexión así.

-¿Son conductas aprendidas llevadas al presente?

-A veces nos toca venir al mundo en familias complicadas, con padres que a lo mejor tienen problemas, dificultades para gestionar sus propias emociones, maltrato, situaciones abusivas dentro de las familias. La salida de todo eso es correr muy rápido y procurar no pensar en ello. También, nos toca lidiar con malas experiencias. Entonces, se hace inimaginable, y tratas de empezar de cero con los que uno se encuentra después. Pero si esa historia no la tenemos resuelta, heridas que se han podido infectar, nos pueden lastrar muy en negativo porque hay cosas que se van a conectar con eso que nos pasó o sentimos. El cerebro no está continuamente reinventándose, sino que, ante una situación nueva, necesita echar mano de referencias anteriores. Por ejemplo: Voy a trabajar por primera vez, no he trabajado nunca, pero el cómo me relacionaba con mis compañeros en el colegio es un punto de referencia. Luego tendré que aprender muchas cosas, pero no parto completamente de cero. Si una persona sufrió bullying en el colegio, si ve en el trabajo alguna conducta de algún compañero que para otro no tendría importancia, esa persona puede llegar a conectar con la emoción aprendida del pasado.

Los sueños, nudos por resolver

– ¿Por qué soñamos con algo de manera repetitiva?

– Por la noche, el cerebro intenta resolver esos nudos, por eso se sueña de manera repetitiva con algo. Cada noche tenemos cinco periodos en los que hacemos esos intentos de «digestión emocional» de aquello que no termina de estar colocado.

–¿Compartir ese pensamiento o sensación en bucle ayuda a resolverlo?

–A veces damos vueltas a una idea que, si se comparte, puede que no sea como lo vemos. Compartirlo ayuda. Lo que pasa es que también hay maneras y maneras de compartirlo. Hay veces que entramos en lo que yo llamo el «calentamiento global», y, en lugar de desahogarnos, salimos más cargados de lo que ya estábamos. A veces, ponerle palabras a lo que estamos sintiendo hace que lo sintamos menos. Esto se ha visto en algunos experimentos, las áreas emocionales se calman. No siempre se soluciona así, pero ayuda.

-En una situación de bloqueo la persona que lo sufre ¿tiende a huir o buscar culpables?

-Es una reacción posible que no ayuda a nada y que complican los problemas. Darle vueltas a las cosas puede ser contraproducente. Es bueno darle un par de vueltas a las cosas, pero cuando le damos demasiadas, llega un momento que solo nos mareamos; porque nuestra cabeza actúa como una noria o una lavadora, donde no llega a ningún sitio distinto. Sí que puede que el problema esté fuera, pero eso hace que el margen de maniobra que nosotros tenemos, no lo utilicemos.

-¿Y cuál es nuestro margen de maniobra?

-Nosotros tenemos cosas que no dependen de nosotros, otras sí. En mi libro anterior de “lo bueno de tener un mal día” empieza con cómo, distintas personas reaccionan de manera diferente ante una misma cosa y cómo eso hace que les pase distinta fractura emocional. Hay personas que se pueden atascar por completo a raíz de una situación emocional y otras que hasta sacan un aprendizaje positivo. Las cosas duras afectan, pero siempre vamos a tener un margen de maniobra en el que vale centrar nuestra energía.

-¿Qué papel juega el autosabotaje emocional?

-Uno tiene que estar de su lado. Hace no mucho tiempo, hice una encuesta en Twitter sobre cómo funcionábamos con la pandemia en cuanto al autocuidado. Hay un tercio de personas que decían: estoy siendo mi principal enemigo. Y otro tercio, se auto abandonaba. Solo había una tercera parte que se cuidaba más, que sería lo lógico. En ocasiones, somos nosotros nuestro peor enemigo, y esto nos pone la vida más difícil. La vida ya es muy complicada como para que nosotros no estemos de nuestro lado. Si esto nos pasa, no estamos solos, le pasa a más gente; pero lo podemos cambiar y hay que trabajar en ello.

–¿Cómo cambiar un recuerdo doloroso en neutro?

–Ninguno estamos libre de este tipo de experiencias. Uno de los sistemas es pensarlo y repensarlo desde distintos puntos de vista, lo traemos a la mente y cada vez que le damos una vuelta, parte de esa emoción, sale para fuera y se va. Muchas de esas heridas se curan solas, como las físicas que si les dan el aire y no tienen contaminación externa cicatrizan. Otras, no. Hay heridas más complicadas, escarbamos en ellas y aún las hacemos más profundas. Todas se pueden curar.

–¿Cómo influye en nuestra salud?

–Cuando nuestro estado emocional no está bien regulado, el que lo puede decir más alto y más claro es el cuerpo e influirá también en nuestro estado físico, nuestro sistema inmunitario... Si no le prestamos mucha atención a las emociones, el cuerpo nos avisa, cuando ya se desborda de lo que hemos ido enterrando.

-¿Qué es el método EMDR?

-Es una terapia para situaciones traumáticas y también se trabaja con él para en pequeños traumas cotidianos, experiencias que no se han resuelto del todo. Utilizan el movimiento ocular para desbloquear el recuerdo y le permite que las heridas cicatricen. El tema de los movimientos oculares se ha estudiado mucho, pero ha habido ya muchas investigaciones de por qué funciona. La OMS ya lo recomiendan desde 2013 y se emplea para experiencias traumáticas no resueltas.

–¿La salud mental es la nueva pandemia?

–Se dice que sí, y es bastante probable que veamos problemas a largo plazo. Además, tiene todos los elementos que tienen las situaciones traumáticas.