Falta de evidencia

EE UU no autorizará la tercera dosis de la vacuna de Pfizer

A diferencia de Israel, considera que no existen evidencias científicas sobre su efectividad

Sanitario prepara un vial de Pfizer
Sanitario prepara un vial de PfizerMichel EulerAP

El Gobierno de Biden no autorizará una tercera dosis de refuerzo. Lo comunicaron ayer la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) y los CDC (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades). Explican que «las personas completamente vacunadas están protegidas de enfermedades graves y la muerte, incluso de las variantes que circulan actualmente en el país, como Delta».

De forma categórica indican que «los estadounidenses que han sido completamente vacunados no necesitan una vacuna de refuerzo en este momento». Aseguran que los organismos públicos «están involucrados en un proceso riguroso basado en la ciencia para considerar si un refuerzo podría ser necesario o cuándo».

Este proceso, añaden, «tiene en cuenta datos de laboratorio, datos de ensayos clínicos y datos de cohortes, que pueden incluir datos de compañías farmacéuticas específicas, pero no se basan exclusivamente en esos datos». «Continuamos revisando cualquier dato nuevo a medida que esté disponible», apostillan, «y mantendremos informado al público. Estamos preparados para dosis de refuerzo siempre y cuando la ciencia demuestre que son necesarias».

Estas declaraciones contrastan con la postura de Israel, que se ha convertido el primer país del mundo en avalar esta tercera dosis de Pfizer. Aproximadamente la mitad de los 46 pacientes hospitalizados actualmente a Israel en condiciones graves están vacunados, y la mayoría son de grupos de riesgo, según las autoridades sanitarias.

Pfizer, de hecho, advierte del riesgo de reinfección a los seis meses de haber completado la pauta, por eso recomienda una tercera de refuerzo. Por ello, las autoridades israelíes empezarán a administrarla a personas de alto riesgo

En Estados Unidos, de momento se descarta. El principal asesor médico del Gobierno de Joe Biden, el doctor Anthony Fauci , en primera línea en la lucha contra la Covid-19 desde el principio, dijo antes del comunicado de la FDA y los CDC que «ahora mismo, con los datos y la información que tenemos, no necesitamos darles a las personas una tercera inyección, un refuerzo superpuesto a las dos dosis que recibe con el ARNm y o a la única dosis de Johnson & Johnson». De paso advirtió de que la cuestión puede cambiar en función de los estudios en marcha.

«Se está trabajando mucho para examinar esto en tiempo real si es posible que necesitemos una dosis de refuerzo». Añadió que los CDC y la FDA, responsables de salvaguardar la salud de los estadounidenses, hacen sus recomendaciones basadas en buena ciencia, en datos y evidencias, y aunque hay «empresas bien intencionadas» que pueden recomendar otra cosa –en clara alusión a Pfizer– las recomendaciones oficiales y autorizaciones le corresponden a las agencias públicas encargadas de autorizar el uso de medicamentos.

Ayer, en la NBC, Fauci reiteró su convencimiento de que las tres vacunas actualmente aprobadas en EE UU, la de Pfizer, Moderna y J&J, recibirán en breve la aprobación definitiva.

Síndrome Guillain-Barré

En el caso del fármaco de Johnson & Johnson, se da la circunstancia de que la FDA ha advertido del riesgo de un raro virus neurológico que causa el síndrome de Guillain-Barré, y que podría desarrollarse entre los receptores de la vacuna.

Aunque la tasa de afectados resultaría bajísima, unos 100 casos, según el periódico «New York Times», para un total de casi 13 millones de pacientes vacunados, se trataría de una posibilidad entre «tres y cinco veces mayor que el de la población general de Estados Unidos».

En un comunicado enviado a los medios, la FDA advierte de «informes de eventos adversos», que «sugieren un aumento del riesgo de síndrome de Guillain-Barré durante los 42 días siguientes a la vacunación».

Otro problema, sin duda, en el camino de una vacuna que ya fue suspendida de forma provisional hace tres meses, después de la aparición de varios casos de trombos cerebrales en los días posteriores a la vacunación. Aquella suspensión temporal supuso un golpe importante para la campaña de vacunación, dado que el compuesto de Johnson no requería de dos dosis.

Pese a todo, EE UU ha puesto ya a 335 millones de dosis, con un promedio de medio millón diarias, muy por debajo de los más de 3 millones del pasado mes de abril. Menos de la mitad de la población está completamente inmunizada.