Polémica en el Congreso
Aprobado penalizar el acoso a mujeres ante clínicas abortivas
Un diputado de Vox llamó «¡Bruja!» a otra socialista
Bronca en el Congreso en torno al aborto. Hasta tal punto de suspenderse el Pleno durante diez minutos. El origen fue la presentación de una proposición de ley del PSOE que busca penalizar la presencia de los grupos provida ante las clínicas abortivas, considerando sus acciones de rescate acoso a las mujeres que acuden a los centros, que finalmente fue aprobada por 199 votos a favor. Sólo PP y Vox se opusieron. Este primer punto del orden del día desembocó en una situación de tensión tal que llevó al vicepresidente de la Cámara Baja, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, a frenar en seco el debate.
Todo comenzó con un «¡Bruja!» que espetó desde la última fila de la bancada el diputado de VOX José María Sánchez García a la diputada socialista Laura Berja, que defendía la iniciativa. Hasta en tres ocasiones Rodríguez Gómez de Celis llamó la atención al parlamentario por su insulto. Al no hacerle caso, decidió expulsarle. En ese momento, el diputado hizo el amago de irse, pero sus compañeros de grupo, entre ellos Macarena Olona e Iván Espinosa de los Monteros, le disuadieron. Finalmente, no acató la orden, y se quedó en el Salón de Plenos con el consiguiente revuelo.
Durante el receso impuesto, Rodríguez Gómez de Celis habló con el protagonista del entuerto y con Olona. De hecho, de vuelta a la sesión, le solicitó que retirara el calificativo si no quería irse del hemiciclo y accedió. «Retiro que la he llamado bruja», contestó Sánchez García.
Sin embargo, lejos de calmarse los ánimos, el tono se recrudeció. En su turno de palabra, el líder de Más País, Íñigo Errejón, arremetió contra la formación de Santiago Abascal: «Si hay un diputado de la ultraderecha que con ira y con soberbia se atreve a comportarse así con un diputado, qué no le dirán a las puertas de las clínicas a las mujeres que van solas a intentar abortar». Dirigiéndose a la diputada socialista increpada, mostró su solidaridad con ella: «Que un inquisidor te llame bruja es un orgullo, compañera». Jaume Asens, de Podemos, se pronunció en la misma línea: «En la calle gritan ‘¡Fuera maricones de nuestros barrios!’. Hoy aquí, en el Congreso: ‘¡Fuera brujas!’».
A modo de réplica, el diputado amonestado de VOX no desaprovechó para defenderse en la tribuna: «El señor Asens ha dicho cosas más graves que llamar bruja o brujo a un parlamentario. Ha dicho que el PP merece una cárcel y que reputa políticamente al señor Pérez de los Cobos».
Olona, por su parte, habló de decisión «injusta e ilegal» el intento de expulsar a su compañero del hemiciclo, en tanto que nunca se llegó a advertir al diputado de las consecuencias que llevaría consigo una tercera llamada al orden. «Ante la aplicación arbitraria de la ley, ni un paso atrás», subrayó. Lo cierto es que el artículo 194 del Reglamento recoge que si un diputado «que hubiere sido llamado al orden tres veces en una misma sesión, advertido la segunda vez de las consecuencias de una tercera llamada», le será retirada la palabra, y el presidente le podrá expulsar.
Interpelada por una periodista en los pasillos del Congreso sobre su parecer en torno al insulto, la portavoz del Grupo Parlamentario de VOX se encaró a ella y le respondió a modo de bumerán: «¿Habéis hecho esta misma pregunta cuando a mí me han agredido en el Pleno llamándome fascista a una distancia corta?». Olona recordaba así el desencuentro que mantuvo en junio con María Carvalho, diputada de ERC, cuando le gritó «fascista» a apenas unos centímetros. «¡Te estoy haciendo una pregunta muy directa! ¡Quiero una contestación!», exigió Olona a la redactora, que le contestó: «La periodista soy yo».
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