Hogar
No debes enjuagar los platos antes de meterlos en el lavavajillas
Además de ser un desperdicio de agua, tiempo y energía; este gesto podría afectar al correcto funcionamiento del electrodoméstico
La invención y democratización del lavavajillas ha supuesto una enorme conquista para nuestra sociedad.Tener a nuestra disposición un electrodoméstico como este, ha provocado un cambio radical en nuestra rutina diaria, y ha permitido que podamos destinar un tiempo muy valioso a lo que realmente importa. Sin embargo, es posible que podamos ahorrar mucho más tiempo si prescindimos de un hábito desaconsejado por los propios fabricantes: enjuagar los platos antes de meterlos en el lavavajillas.
Además de ser un desperdicio de tiempo y energía, también supone un despilfarro de agua. Y además, aún cuando nuestra intención es proteger y alargar la vida de nuestro valioso electrodoméstico, es posible que lo que estemos haciendo -en realidad- sea entorpecer su correcto funcionamiento.
¿Qué dicen las instrucciones?
Aunque la gran mayoría de los usuarios no lo hacen, siempre es aconsejable leer concienzudamente las instrucciones de un aparato. Si lo hiciésemos, comprobaríamos que lo que se suele recomendar es retirar los restos más gruesos que puedan haber quedado en el plato y después introducirlo en la máquina; pero no dice en ningún sitio que debamos enjuagar la vajilla. Más bien todo lo contrario.
Y es que, uno de los beneficios más importantes que nos ofrece el lavavajillas es economizar el consumo de agua. Y además, si enjuagamos los platos con agua caliente o templada, lo que estamos haciendo es despilfarrar una electricidad que cada día es más valiosa.
Lo único que debemos hacer antes de colocar los cacharros, es retirar los restos más voluminosos; porque eso evitará que se obturen los filtros del lavavajillas y que se acumulen los malos olores en su interior. Ahora bien, retirar el resto de la suciedad, está desaconsejado tanto por los propios fabricantes de los electrodomésticos, como por los de los detergentes.
Los nuevos modelos de lavavajillas cuentan con sensores que miden el grado de suciedad antes de comenzar su programa de lavado. Y si hemos retirado la mayoría de esa suciedad, es posible que el aparato interprete que los platos y los cubiertos ya están limpios; por lo que gastará menos recursos de los necesarios en la limpieza. Y si esto ocurre, corremos el riesgo de que no queden tan perfectos como nos gustaría.
De la misma forma, los fabricantes de detergentes para lavavajillas también censuran este hábito, porque han diseñado sus productos -precisamente- para combatir estos restos de suciedad. Y si los retiramos, las micropartículas y el resto de los componentes del jabón no sabrán a dónde ir, impidiendo la correcta limpieza de la vajilla.
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