Covid-19
Mascarillas: los técnicos piden el fin tras Semana Santa
La Ponencia de Alertas aconseja su retirada en los colegios y que se mantengan en el transporte público, las residencias de mayores y los centros sanitarios
Los técnicos en Salud Pública que integran la Ponencia de Alertas, Planes de Preparación y Respuesta, entre los que figuran los que trabajan a las órdenes de Fernando Simón en el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias (CCAES), aconsejan aplazar el fin de las mascarillas en espacios interiores hasta después de Semana Santa. A su juicio, las nuevas medidas que se están poniendo en marcha para la vigilancia y el control de laCovid-19en esta nueva fase deben realizarse «progresiva y consecuentemente», de tal forma que cualquier cambio en las normas de uso de los protectores buconasales se posponga hasta después de estas fiestas.
Así figura en el posicionamiento que han alcanzado y que ha sido sometido también a votación de los técnicos que asesoran a las Consejerías de Salud autonómicas. Según ha podido saber LA RAZÓN, la única comunidad que defendió retirar la obligatoriedad de su uso antes de Semana Santa fue Madrid. El resto prefiere esperar aún unos días.
El documento, al que ha tenido acceso LA RAZÓN, recomienda mantener la obligatoriedad en «trabajadores y visitantes de centros asistenciales y personas ingresadas cuando estén en espacios compartidos fuera de su habitación». También en «trabajadores y visitantes en zonas compartidas en centros sociosanitarios», y en los medios de transporte. Por el contrario, aconseja eliminarla para los alumnos en el ámbito escolar. En sus conclusiones, los técnicos califican de «recomendable» el uso de la mascarilla en «población vulnerable en cualquier situación en la que tenga contacto prolongado con personas a distancia menor de 1,5 metros». También en «profesores con factores de vulnerabilidad» y «en el ámbito laboral, siempre que el trabajo deba realizarse a distancia interpersonal de menos de 1,5 metros y no pueda garantizarse la ventilación adecuada del espacio».
Los expertos citan, asimismo, «el entorno familiar, las reuniones de amigos y celebraciones privadas», y los «espacios cerrados de uso público en los que las personas transitan como los comercios (centros comerciales, supermercados o pequeño comercio); espacios cerrados en los que las personas permanecen tiempo sin comer ni beber (cines, teatros, salas de conciertos, museos, etc.) y espacios cerrados en los que las personas permanecen un tiempo comiendo y bebiendo (bares, restaurantes, locales de ocio nocturno...)».
El documento, de 14 páginas, ensalza la eficacia de la mascarilla para reducir la emisión de aerosoles generados al respirar, hablar, gritar, toser o estornudar y, por lo tanto, para aminorar el riesgo de transmisión de virus respiratorios. En concreto, apunta que «en condiciones experimentales» su efectividad a una distancia interpersonal de 50 cm oscilaría entre el 70% y el 95%. «A pesar de que no es posible realizar ensayos aleatorios de uso de mascarilla frente a no uso en situaciones reales, hay evidencia acerca de la eficacia de su uso generalizado, comparando la incidencia de transmisión en lugares o periodos sin mascarilla obligatoria frente a lugares o periodos con mascarilla obligatoria».
El informe resalta como efectos negativos «la reducción de la capacidad de comunicarse, la empatía y la emotividad en general», entre otros. El debate sobre su retirada en interiores se produce en un contexto de alto nivel de inmunidad en la población española, con la consiguiente reducción de las formas moderadas y graves de la enfermedad, así como de la letalidad. En este contexto, los expertos remarcan la necesidad de mantener el uso de mascarillas para reducir el riesgo de infección en personas mayores de 60 años, inmunodeprimidos y mujeres embarazadas.
Sobre ellos, los expertos recuerdan el elevado impacto a efectos de hospitalización y defunciones. «Cualquier condición que afecte al sistema inmunitario tanto por causas intrínsecas como extrínsecas tiene efectos en la respuesta ante el virus, aumentando el riesgo de infección grave». Por ello, la ponencia recomienda la retirada en su domicilio y el uso de mascarilla en cualquier situación en la que tengan contacto prolongado con personas a distancia menor a 1,5 metros. Con respecto al ámbito educativo, el informe remarca que la transmisión en la población menor de 12 años es baja en comparación con los adultos. A juicio de los expertos, el beneficio de la retirada de la mascarilla en interiores podría superar el posible riesgo de transmisión asociado a este grupo. Su recomendación es, por tanto, dejar de usarla por parte de los alumnos en el ámbito escolar, y usarla en el caso de profesores con factor de vulnerabilidad y de acuerdo a recomendaciones específicas en el marco de su ámbito laboral.
Con respecto a los bares, restaurantes y locales de ocio, los técnicos proponen un uso responsable. Según apuntan, la probabilidad de transmisión se considera elevada, pudiendo serlo también la gravedad clínica si el virus incide en personas vulnerables. No obstante, matizan que el uso de mascarilla dentro de ellos es intermitente y su efectividad probablemente sea baja en este contexto. «El riesgo de no utilizar la mascarilla en ningún momento en este ámbito probablemente no sería mucho mayor que el riesgo asociado al uso intermitente sólo cuando las personas se levantan de la mesa», remarca el documento.
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