Salud

Así afectan al organismo los microplásticos

Un estudio español ha conseguido investigar acerca de estos compuestos en la salud humana

Una media de 8 millones de toneladas de plástico son vertidas cada año a los océanos.
Una media de 8 millones de toneladas de plástico son vertidas cada año a los océanos.ERIC GAILLARDREUTERS

La salud humana ha tomado especial relevancia después de dos años de pandemia. Así, todo aquello que implica cuidarnos o simplemente vigilar con ciertas cosas que pueden afectar al organismo parece tener mayor importancia en la actualidad que en el pasado.

Aun así, esta tendencia no ha aparecido de la noche a la mañana y desde hace años muchas personas ya habían empezado a tomar conciencia de ciertos peligros. Pese a ello, muchas enfermedades han aumentado exponencialmente como el sobrepeso o colesterol y otras amenazan con ser todavía más frecuentes en los próximos años.

Los nuevos comportamientos humanos, además, como el uso de plásticos en las últimas décadas también han conseguido afectar al organismo y no solamente al medio ambiente. El término microplástico, así, ha conseguido expandirse en muchos ambientes gracias a los múltiples estudios que se han enfocado hacia ese campo para poder investigar los efectos de estos materiales en todo lo que nos envuelve.

Ahora, una investigación española ha conseguido incluso ver como estos microplásticos afectan al organismo. Gracias al grupo de investigación en Mutagénesis de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) se ha podido averiguar como estos microscópicos fragmentos afectan al cuerpo humano desde que se encuentran en el medio ambiente hasta que consiguen penetrar las defensas.

Los efectos del microplástico en el cuerpo

A partir de una monitorización con técnicas avanzadas en microscopia electrónica se ha estudiado su presencia en larvas de la mosca “Drosophila melanogaster”. Este tipo de insecto es un organismo utilizado para estudiar fenómenos y procesos biológicos “con el análisis del recorrido del poliestireno comercial de medidas nanométricas” según los investigadores de la UAB.

Así las cosas, gracias a un retrato que se ha hecho de este animal los investigadores han podido ver la interacción de este material con la microbiota y células de la membrana que recubre el interior del intestino. Además, también se ha conseguido evidenciar la capacidad de cruzar la barrera intestinal y su presencia en la hemolinfa, el equivalente a la sangre en humanos, y en los hemocitos, aquellas células que se corresponden a los linfocitos.

Pese a que la evaluación de los efectos en este transcurso no ha mostrado ninguna toxicidad importante durante la investigación los responsables si han podido observar “una amplia respuesta molecular, alterando la expresión de genes implicados en la respuesta general al estrés, al daño oxidativo y la genotoxicidad”. Esto expondría como los genes relacionados con la respuesta del daño físico afectan sobre la barrera intestinal.

El investigador y coordinador del estudio, Ricard Marcos, además destaca que el trabajo “confirma las grandes ventajas de “Drosophila melanogaster” como modelo para determinar los potenciales efectos perniciosos asociados a la ingesta de estos contaminantes” y trasladarlos al cuerpo humano.

En este sentido, los responsables del trabajo también han expuesto la falta de estudios que podrían marcar el futuro de este campo y poner en evidencia los problemas para la salud. Hasta el momento los efectos de los microplásticos se han estudiado en los rangos micro e incluso milimétrico y en modelos acuáticos, fundamentalmente marinos, por eso, los investigadores tratan de buscar la relevancia de la observación, con el uso de metodologías nunca usadas para esta finalidad.

La trascendencia del estudio español, además, es total debido a que se ha publicado en la revista Environmental Sciences: Nano dentro del proyecto europeo Plasticheal, coordinado por la UAB y que persigue ofrecer nuevos métodos y evidencia científica sólida a los reguladores para establecer la base de conocimiento para una evaluación adecuada del riesgo de los microplásticos.