¿Qué es la contaminación lumínica? ¿Qué efectos tiene?

Hace poco más de 100 años, podíamos caminar por la noche, incluso en una ciudad, y ver la Vía Láctea en el cielo nocturno. Poder ver miles de estrellas era parte de la vida cotidiana y este paisaje inspiró a grandes artistas y escritores como Van Gogh o Shakespeare. Al permitir que las luces artificiales “borren” nuestros cielos nocturnos estrellados, estamos perdiendo el contacto con nuestro patrimonio cultural y con lo que podría inspirar a las generaciones futuras. Con más de la mitad de la población mundial viviendo en grandes urbes, 3 de cada 4 personas en las ciudades nunca han experimentado la maravilla de los cielos nocturnos. Pero este no es el único problema, ya que la contaminación lumínica tiene graves efectos en los ecosistemas y en la salud de las personas.

¿Qué es la contaminación lumínica?

La contaminación lumínica es luz artificial (generalmente exterior) excesiva, mal dirigida y molesta. Demasiada contaminación lumínica tiene consecuencias: elimina la luz de las estrellas en el cielo nocturno, interfiere con la investigación astronómica, altera los ecosistemas, tiene efectos adversos para la salud y desperdicia energía.

¿Qué efectos tiene?

Al perturbar los ecosistemas, la contaminación lumínica representa una grave amenaza, en particular para la vida silvestre nocturna, y tiene impactos negativos en la fisiología de las plantas y los animales. Puede confundir los patrones migratorios de los animales, alterar sus interacciones, cambiar las relaciones depredador-presa y causar daños fisiológicos. El ritmo de la vida está orquestado por los patrones diurnos naturales de luz y oscuridad, por lo que la interrupción de estos patrones impacta directamente en la dinámica de los ecosistemas.

Con respecto a los efectos adversos para la salud, muchas especies, especialmente los humanos, dependen de ciclos corporales naturales llamados ritmos circadianos y la producción de melatonina, que están regulados por la luz y la oscuridad. Si los humanos nos exponemos a la luz mientras dormimos, se puede suprimir la producción de melatonina, lo que puede conducir a trastornos del sueño y otros problemas de salud, como un aumento de los dolores de cabeza, fatiga, estrés y algunas formas de obesidad debido a la falta de sueño y al aumento de la ansiedad. Asimismo, se están encontrando vínculos con un algunos tipos de cáncer.

Por otro lado, en base al desperdicio de energía, la iluminación es responsable de al menos una cuarta parte de todo el consumo de electricidad en el mundo. La “sobreiluminación” puede constituir un desperdicio de energía, especialmente la dirigida hacia arriba durante la noche. El desperdicio de energía también es un desperdicio económico y aumenta la huella de carbono. La buena noticia es que la contaminación lumínica se puede reducir con bastante facilidad protegiendo las luces adecuadamente, usando solo la luz cuando y donde se necesite, utilizando bombillas de bajo consumo y con el espectro adecuado.