Salud

2.300 millones de personas no tienen instalaciones para lavarse las manos

La pandemia puso de relieve este dato, que equivale al 40% de la población mundial

Una niña se lava las manos en casa
Una niña se lava las manos en casaROMÁN G. AGUILERAAgencia EFE

La crisis sanitaria provocada por la pandemia del covid ha remarcado la importancia del lavado de manos como elemento clave para frenar la expansión del virus, no obstante unos 2.300 millones de personas carecen de instalaciones para lavarse las manos, ha asegurado la Fundación We Are Water, en el Día Mundial de Lavado de Manos que se celebra hoy 15 de octubre.

Este año el lema de la campaña es ‘Unidos por la higiene de manos universal’, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), que señala que el dato equivale al 40 % de la población mundial, un porcentaje que asciende al 75 % en los estados más pobres, una deficiencia que afecta en mayor medida a los niños.

El director de la Fundación We Are Water, Carlos Garriga, ha explicado en una conversación con EFE la importancia de asegurar el agua, un recurso cuya carencia puede desencadenar consecuencias a diferentes niveles, desde el no poder beberla, hasta la carencia para el saneamiento, convirtiéndose en “un gran foco de infección”.

Según Unicef, una correcta higiene con agua y jabón evitaría el 30 % de enfermedades infecciosas y diarreicas y el 20 % de las infecciones respiratorias agudas o el 43 % del absentismo escolar.

De media, unos 700 niños mueren al día por enfermedades causadas por un agua, saneamiento e higiene inadecuadas, según la organización.

Además, solo 7 de cada 10 personas en el mundo tienen acceso a una instalación para lavarse las manos con agua y jabón en sus viviendas.

800 millones de niños

Y el 42 % de las escuelas en el mundo carecen de facilidades para lavarse las manos con agua y jabón, situación que afecta a unos 802 millones de niños.

En opinión de Garriga, la sequía es uno de los factores del origen de la carencia de agua, derivada a su vez por los impactos del cambio climático, pero “las consecuencias se expanden mucho más en lugares donde el acceso al agua es más precario, como en países en desarrollo”.

Garriga ha relacionado también el absentismo escolar entre las niñas de países pobres al problema de escasez de agua para la higiene en los períodos de menstruación.

Según el último análisis de Unicef, entre las razones que subyacen están el miedo al estigma y la falta de acceso a productos de higiene menstrual, ambos factores comunes.

De media, la falta de participación en la escuela debido al periodo fue mayor entre las niñas y mujeres más jóvenes “en Nigeria (23 %), Costa de Marfil (20 %) y Burkina Faso (15 %)”.

Desde la Fundación han colaborado en 82 proyectos en 30 países que han ayudado a más de 3,6 millones de personas, porque en España, según Garriga, “ya hay una red de seguridad formada por otras organizaciones que pueden velar por los intereses de esa parte de la población que tiene dificultades”.

Ha subrayado que el déficit de agua ¿es un problema de zonas con muy poca posibilidad de tener medios y principalmente de grandes ciudades con grandes conflictos como Mauritania, Ruanda, Marruecos, Indonesia, India, Mozambique, Etiopía o Filipinas, donde no tienen acceso al recurso o si lo tienen éste está contaminado”.

Ha precisado que hay lugares -como África- donde “climatológicamente hay más riesgo a que la falta de agua se una a otras crisis”, como la falta de grano potenciada por la guerra de Ucrania.

Si a todo esto se suma que no existe “ni un solo grifo del que sacar una gota de agua” y que sobre todo las niñas dejan el colegio para andar kilómetros hasta la fuente de agua más cercana, “el trabajo de algunas fundaciones es imprescindible para garantizar el uso del agua¿, ha subrayado Garrido.

Desde la Fundación We are Water se intenta “ir a las capas más bajas, ha subrayado, a la base de la pirámide” que es la que sufre sus consecuencias, entre ellas, guerras, contaminación o cambio climático.

Desde la fundación, se piensa “en positivo y en que los pequeños cambios puedan tener una acción directa en las consecuencias, como las llevados a cabo por cada uno de nosotros, por gobiernos locales, autonómicos y europeos, y por las entidades que también trabajan en pos de combatir la situación” de falta de acceso al agua, ha concluido.