¿Puedo beber cerveza si tengo el colesterol alto?

Si hay una bebida estrella en España, es sin duda alguna la cerveza, ya que su consumo se encuentra en prácticamente todas las franjas de edad permitidas debido a la gran popularidad que tiene en nuestro país y alrededor del mundo.

En la Península Ibérica, la cerveza, tal y como la conocemos hoy en día, cuenta con una historia de más de 500 años de antigüedad a sus espaldas. Y aunque en España su popularidad es muy grande, el consumo de los españoles todavía no se acerca al de otros países, gracias en su mayoría a la gran presencia que el vino tiene en nuestras fronteras.

Aun así, la cerveza es una de las bebidas más populares del mundo y aunque toda bebida alcohólica es perjudicial para nuestro organismo, independientemente de la cantidad que consumamos, hay algunos ingredientes que pueden ser beneficiosos para la salud de algunas personas, como es el caso de la gente con colesterol alto.

La relación entre la cerveza y el colesterol

El colesterol se ha convertido en uno de los grandes problemas de salud de los últimos años, debido principalmente al aumento de las enfermedades cardiovasculares por culpa de los hábitos de la sociedad, como el sedentario. Esta sustancia forma parte de las membranas celulares, hormonas esteroideas, ácido biliares y las lipoproteínas donde una acumulación de colesterol puede influir en la aparición de enfermedades cardiovasculares y grasa en las arterias.

No obstante, se debe distinguir el colesterol bueno del malo, cuyo exceso puede acumularse en las arterias y dificultar el paso de la sangre. Si no se lleva a cabo una dieta equilibrada y vida saludable es muy posible que aparezca el colesterol y aumenten las probabilidades de sufrir una enfermedad cardiovascular que pueden llegar a provocar la muerte.

En este sentido, la cerveza según las últimas investigaciones podría llegar a ser un aliado interesante. Algunos estudios han conseguido demostrar que un consumo esporádico y responsable puede reportar efectos positivos en el sistema óseo, inmunológico y cardiovascular de los humanos.

Llegados a este punto debemos tener en cuenta que una cerveza media aporta alrededor de 45 calorías por cada 100 ml de bebida, algo que sin control puede influir en nuestro peso aunque no tanto como el famoso mito de la “barriga cervecera”.

La cerveza, además, aporta distintas vitaminas al organismo como son la B, A, D o E así como polifenoles que pueden ayudar al sistema circulatorio. En este sentido el gas carbónico que aporta la bebida favorece la circulación sanguínea de la mucosa bucal que puede llegar a ayudar incluso a la digestión.

Este último ejemplo se relaciona directamente con un ingrediente básico presente en la cerveza, el lúpulo. Este disminuye, según las últimas investigaciones, los niveles de colesterol y triglicéridos ayudando directamente a evitar ciertas enfermedades cardiovasculares que pueden provocar, por ejemplo, los temidos infartos.

Así según estos estudios, la cerveza consumida de forma moderada puede ser un gran aliado contra el temido colesterol aunque muchos especialistas consideran que evitar el consumo de forma completa es mucho mejor.