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Un estudio de la Fundación «laCaixa» alerta de la desertificación en España

El informe apunta a que el 28% de las áreas rurales están expuestas a altas tasas de despoblación

El 45% de las zonas rurales sufre problemas de aridez
El 45% de las zonas rurales sufre problemas de aridezLa Razón

Se habla mucho acerca del futuro de la España rural ya que, a causa de factores asociados al modo de vida característico de los últimos años, estos territorios están sufriendo importantes cambios que no suelen jugar a su favor. Por eso, el Observatorio Social de la Fundación «la Caixa», cuyo principal objetivo es aportar diagnósticos sobre la realidad social en las áreas de conocimiento relacionadas con los grandes ámbitos en los que actúa la Fundación «la Caixa» –eso es el social, el educativo, el cultural y el de investigación–, ha elaborado el estudio «la España desertificada».

El trabajo, desarrollado por los investigadores Cara Maeztu, Gerard Pocull, Esteve Corbera y Sergio Villamayor-Tomas, del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales, valora de qué manera las transformaciones ambientales y sociales que están experimentando las zonas rurales españolas, como son, principalmente, la despoblación y el cambio climático, afectan realmente a estos territorios. Y la conclusión principal es que un 28% de estas áreas está expuesto a altas tasas de despoblación y un 45%, a problemas de aridez.

Pero es más, según los datos de este estudio, un 17,5% de lo territorios rurales sufre, de forma simultánea, ambos problemas, la despoblación y la aridez. Ese porcentaje cae hasta el 11,5% en las zonas rurales accesibles, que tienen una baja densidad de población y un uso de la tierra mayoritariamente agrícola, pero están conectadas con los centros urbanos, y alcanza hasta el 23,3% en zonas rurales remotas, donde también hay una baja densidad de población y un uso agrícola del suelo y están desconectadas de centros urbanos.

Es cierto que, tal y como apunta el estudio, ante esta situación, es posible llevar a cabo una serie de iniciativas destinadas a mitigar la despoblación, pero es necesario considerar que algunas de ellas pueden conllevar efectos no deseados, tanto en lo que se refiere al ámbito social como ambiental. Por ejemplo, el desarrollo de la agroindustria y de las energías renovables, el turismo rural y ambiental, la inmigración, la disponibilidad de vivienda, la oferta cultural y de entretenimiento rural y la conectividad con las zonas urbanas son factores que podrían contribuir a moderar esa despoblación. Sin embargo, el desarrollo agroindustrial, por ejemplo, va asociado a la concentración de explotaciones y de servicios agrícolas, lo cual podría suponer un obstáculo para los jóvenes agricultores e inmigrantes a la hora de acceder a la tierra.

Asimismo, la intensificación agropecuaria podría favorecer la erosión de los suelos, la sobreexplotación y la contaminación de los recursos hídricos, lo que contribuiría a aumentar el riesgo de aridez y a disminuir la resiliencia del territorio al cambio climático.