Polémica
EE UU, más dividido que nunca por el aborto
El giro conservador de la Corte Suprema respecto a esta práctica polariza a la opinión pública
La sociedad estadounidense, ya de por sí polarizada, ha vivido 2022 como uno de los más polémicos de su historia reciente desde el punto de vista judicial tras el histórico fallo de la Corte Suprema sobre el aborto. El borrador de la revocación fue filtrado a principios de mayo de este año, siendo la crónica de una muerte anunciada en secreto por la mayoría conservadora de la máxima institución judicial de Estados Unidos. También, con su votación y posterior entrada en vigor unas semanas más tarde, la consolidación de un nuevo rumbo para uno de los asuntos más controvertidos en el país y de mayor división entre los estadounidenses.
La controvertida decisión del Supremo, anunciada el 24 de junio, hizo retroceder casi medio siglo el tiempo, desde que el caso de Roe contra Wade diera nombre, en 1973, a la norma constitucional que contempla el derecho al aborto y la reconociera a nivel federal.
Giro radical desde el ámbito judicial, político y social en EE UU, tres en uno. Y es que la sentencia de la mayoría conservadora de la Corte Suprema, impulsada por la decisión política de conquistar votos entre potenciales votantes republicanos, condiciona al conjunto de la sociedad estadounidense, con efectos colaterales todavía hoy difíciles de anticipar.
A partir de ahora, los 50 estados del país tendrán la última palabra. Una inesperada decisión que supone la prohibición total de la interrupción del embarazo. Y donde en al menos la mitad de los cuales no está permitido en ninguna de sus formas. Sin excepciones para casos de incesto, violación o incluso cuando la mujer corra peligro de muerte. Los médicos, el personal sanitario, servicios de transporte o cualquier ciudadano de a pie se enfrentarán a pena de cárcel si colaboran de alguna manera.
Texas o Misuri prohibieron el aborto en todas sus formas, inmediatamente después de la histórica sentencia de la máxima institución judicial. Y otra decena de estados, de corte conservadora y mayoría republicana, siguieron el mismo camino: Arkansas, Idaho, Luisana, Misisipi, Dakota del Norte, Dakota del Sur, Oklahoma, Tennessee, Utah y Wyoming.
Activistas de todo el país denuncian que, a partir de ahora, los abortos se seguirán practicando pero que aumentarán los riesgos, poniendo también en peligro la salud y seguridad de millones de estadounidenses. La falta de sintonía entre las instituciones judiciales y la población ha quedado patente, sentando precedentes al obligar a las autoridades locales y estatales a dar respuesta directa a sus políticas ante un interés mayoritario. A la vez que sembrado dudas sobre el futuro de la nación, sin saber cómo afectará la credibilidad de la Corte Suprema de EE UU, la máxima institución judicial, supuestamente imparcial e inmune a las influencias externas.
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