Alimentación saludable
¿Cuáles son los mejores alimentos para empezar el día?
Lo que muchas personas llaman desayuno está muy lejos de ser realmente una ingesta adecuada para la primera comida del día
La ciencia suele ocuparse de asuntos tan complejos y tan aparentemente lejanos a nosotros, que rara vez consigue despertar el interés de la población general. Sin embargo, cuando las mejores universidades del mundo se centran en realizar estudios sobre cómo mejorar el día a día de las personas, por ejemplo, enseñándonos a alimentarnos para conseguir ser siempre la mejor versión de nosotros mismos… consiguen atraer mucha atención. Al final, “somos lo que comemos”... y lo que comemos tiene un impacto directo en el funcionamiento de nuestros músculos, de nuestros huesos, de nuestros órganos y -sobre todo- de nuestro cerebro.
Otra frase hecha que también es muy común es “el desayuno es la comida más importante del día”. Bueno, pues si eso es cierto… tenemos un problema, porque lo que muchas personas llaman desayuno está muy lejos de ser realmente una ingesta adecuada para la primera comida del día. Y no es un problema menor porque una dieta deficiente puede tener un impacto muy negativo en nuestro desempeño físico, cognitivo y anímico del resto del día.
Un desayuno perfecto
La opción más común para desayunar (después del típico “vasito de café”) son los cereales. Y no es que esto sea malo per sé. Sin embargo, durante años se nos ha vendido la errónea idea de que muchos de los cereales que consumimos son saludables… cuando en realidad son una bomba de azúcar agregada, grasas y carbohidratos altamente procesados.
En fin, la receta perfecta para un desempeño muy pobre y que -además- puede desordenar completamente nuestra salud metabólica. Por eso, si elegimos cereales como desayuno, debemos elegir aquellos que puedan tener un contenido superior de proteínas y fibras… y que no incluyan azúcares agregados.
Y en lugar de desayunar productos ultraprocesados a base hidratos de carbono, azúcares y grasas como la bollería industrial; debemos procurar que el desayuno esté formado por grasas saludables, proteínas y fibras. Es decir, por yogur natural, huevos, leche de soja, fruta, aceite de oliva, semillas de chía, nueces, etc.
En un artículo publicado en la revista especializada “Pscology Today”, recomiendan que además de incluir estos cambios en la composición general del desayuno para fomentar nuestra salud física y metabólica, también debemos enfocarnos en incluir aquellos nutrientes relacionados con la salud y el bienestar del cerebro:
1. Atún
Los ácidos grasos omega 3 contenidos en los peces de aguas frías disminuyen el riesgo de deterioro cognitivo y demencia asociado al envejecimiento. Distintos estudios han demostrado que estos ácidos grasos son indispensables para el cerebro, tanto para favorecer un buen desarrollo como para la mejora de las funciones cognitivas; evitando la pérdida de memoria, los problemas de lenguaje y la dificultad para realizar actividades diarias, etc.
2. Aceite de oliva
Además de ayudar a fortalecer el sistema inmunológico, digestivo y cardiovascular, el aceite de oliva también alivia os dolores musculares y articulares, y ayuda a estabilizar la salud metabólica y -por lo tanto- a reducir el riesgo de padecer diabetes. Pero, lo que poca gente sabe es que el consumo de aceite de oliva también protege al cerebro contra la aparición del Alzheimer y sus síntomas, así como contra la demencia frontotemporal. Y lo mejor de todo: su sabor es perfecto para acompañar cualquier desayuno salado.
3. Frutos secos y semillas
Además de una gran fuente de ácidos grasos omega 3, las nueces, las semillas de chía y de calabaza o las avellanas contienen toda una serie de nutrientes como minerales, antioxidantes, fibra y vitaminas que contrarrestarán el deterioro de las células cerebrales y que -además- estimularán el desempeño cognitivo.
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