Opinión

¿Existe el instinto asesino?

Varios ramos de flores y un peluche en la zona donde un hombre asesinó a un niño de 9 años
Varios ramos de flores y un peluche en la zona donde un hombre asesinó a un niño de 9 añosIñaki BerasaluceEuropa Press

Un artículo de Mar Muñoz con este título me atrapa. Y, aun sin leerlo, contesto impulsivamente que sí, que lo tengo; que en ocasiones haría desaparecer de este mundo a asesinos que corroen el universo. Ahora bien, ¿les quitaría del medio con mis manos? Ahí comienzo a dudar, incluso retrocedo concluyente. Entonces Mar nos explica qué es eso del instinto asesino según las diferentes teorías: los psicoanalistas dicen que la agresividad es una característica de los seres humanos, que va desde agresiones físicas a expresiones verbales. Un instinto innato que nos sirve como mecanismo de defensa y gracias al cual hemos podido sobrevivir. Sin embargo, también los animales poseen este instinto que solo utilizan para defender su alimento, territorio y sexualidad, y no para extraños disfrutes enfermizos. El hombre puede convertir la agresividad en violencia por cuestiones tan necias como ideas fanáticas o trastornos escondidos. Y verán, a veces el instinto de supervivencia en los animales es pacífico. El lobo, por ejemplo, cuando se enfrenta a un conflicto, agacha la cabeza y muestra su cuello al otro lobo, lo que hace que el ganador se inhiba inmediatamente de atacarle. Esto funciona igual con los humanos que, sin embargo, hemos ido perdiendo nuestros mecanismos de defensa pacíficos al ir construyendo armas sofisticadas que nos alejan del peligro inmediato. Nos hemos hecho más cobardes, diría yo. Las teorías últimas afirman que la violencia proviene de una mezcla de circunstancias: condicionantes ambientales, características de la personalidad y factores sociales como la frustración o la provocación. Y subrayan que ante esto todos tendemos a la agresión.

Pues bien, mi humilde teoría experiencial es que cuando no nos dan la dosis mínima de amor en la infancia, la vida se nos tuerce y la sociedad nos olvida, es probable que el instinto violento salte. Pero estoy convencida de que si hay algo en lo que el humano destaca sobre el animal es en su conciencia. Porque los humanos somos conscientes de tener un alma, ese prodigio que nos regala la capacidad de redención.