Informe
Un 25% de la población mundial no tiene acceso a agua potable
La OMS y Unicef señalan que 106 millones de personas beben directamente de fuentes de agua sin tratar
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) han informado de que un cuarto de la población mundial sigue sin tener acceso a agua potable, lo que le expone a un mayor riesgo de contraer enfermedades y de sufrir exclusión social.
Aunque en el informe, lanzado en el marco de la Semana Mundial del Agua, se reconocen numerosos avances logrados en la última década, aún existen 2.100 millones de personas que no tienen acceso a servicios de agua potable y gestionada de forma segura, de los que 106 millones beben directamente de fuentes superficiales sin tratar, informa Ep.
Estas situaciones se concentran especialmente en los países de bajos ingresos, en los que la cobertura de agua potable gestionada de forma segura es de 38 puntos porcentuales inferior a otros países, lo que afecta especialmente a contextos frágiles tales como las comunidades rurales, los menores de edad y los grupos étnicos minoritarios e indígenas.
Sin acceso al saneamiento
Además, la población de los países de medianos y bajos ingresos tienen "más del doble de probabilidades" que las de otros países de carecer de servicios básicos de agua potable y saneamiento, y más del triple de probabilidades de carecer de servicios básicos de higiene.
Unas 3.400 millones de personas continúan sin disponer de un saneamiento gestionado de forma segura, y otras 1.700 millones de personas carecen de servicios básicos, incluidos 611 millones que no cuentan con acceso a ningún tipo de instalaciones. Esta situación ha provocado que hasta 354 millones de personas practiquen la defecación al aire libre.
"El agua, el saneamiento y la higiene no son privilegios, son derechos humanos fundamentales (...) Debemos acelerar las medidas, especialmente en las comunidades más marginadas, si queremos cumplir nuestra promesa de alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible", ha afirmado el director interino de Medio Ambiente, Cambio Climático y Salud de la OMS, Ruediger Krech.
Dicha situación afecta especialmente a los menores de edad, y es que cuando los niños carecen de acceso a agua potable, saneamiento e higiene, su salud, educación y futuro "se ven amenazados", tal y como ha explicado la directora de Agua y Saneamiento de UNICEF, Cecilia Scharp.
Las mujeres, más perjudicadas
Además, son las mujeres y las niñas las que se posicionan como las "principales responsables" de la recogida de agua, y muchas de ellas dedican más de 30 minutos al día a esta tarea en regiones de África subsahariana y de Asia central y meridional.
"Estas desigualdades son especialmente graves para las niñas, que a menudo soportan la carga de la recogida de agua y se enfrentan a obstáculos adicionales durante la menstruación. Al ritmo actual, la promesa de agua potable y saneamiento para todos los niños se aleja cada vez más, lo que nos recuerda que debemos actuar con mayor rapidez y valentía para llegar a quienes más lo necesitan", ha añadido Scharp.
En el texto se subraya que muchas mujeres adultas y adolescentes carecen de materiales menstruales suficientes para cambiarse con la frecuencia necesaria, aunque la mayoría sí cuenta con acceso a este tipo de productos y a un lugar privado para cambiarse, según datos de 70 países.
Asimismo, se ha mostrado cómo las adolescentes de entre 15 y 19 años son menos propensas que las mujeres adultas a participar en actividades durante la menstruación, como ir a la escuela, trabajar o realizar actividades sociales.
A pesar de todo, el documento muestra cómo desde 2015 la cobertura de agua potable gestionada de forma segura ha aumentado del 50 al 60% en el mundo rural, mientras que la cobertura de la higiene básica ha pasado del 52 al 71 por ciento. Sin embargo, la cobertura de agua potable e higiene en las zonas urbanas se ha estancado.
Por último, los autores del texto han subrayado que cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, el logro de las metas de 2030 para poner fin a la defecación al aire libre y el acceso universal a los servicios básicos de agua, saneamiento e higiene, necesitará de una "aceleración" de medidas en un momento en el que la cobertura universal de servicios gestionados de forma segura en esta área parece "cada vez más difícil" de alcanzar.