Sanidad

883 días de demora en la financiación de fármacos contra el cáncer

En lo que va de año Sanidad costea con dinero público menos medicamentos que en 2024 y una mayor proporción llega con restricciones en su indicación

MADRID.-Madrid incorpora 23 nuevas oficinas de farmacia a su red centinela para detectar problemas de seguridad con medicamentos
MADRID.-Madrid incorpora 23 nuevas oficinas de farmacia a su red centinela para detectar problemas de seguridad con medicamentosEuropa Press

Los avances científicos que se han ido produciendo en la última década han redefinido el pronóstico de numerosos tumores. Es decir, enfermedades que históricamente han sido letales se han convertido en patologías crónicas o potencialmente curables. Uno de los ejemplos más radicales es el mieloma múltiple. Durante años, la enfermedad tenía un pronóstico muy limitado y pocas opciones terapéuticas. Pero la llegada de inmunomoduladores, inhibidores del proteasoma, anticuerpos monoclonales y, más recientemente, terapias celulares CAR-T y anticuerpos biespecíficos, ha ampliado de forma extraordinaria las posibilidades de tratamiento. Así, muchos pacientes alcanzan hoy remisiones profundas y duraderas, y la supervivencia mediana se ha multiplicado.

Sin embargo, pese a estos logros, los pacientes continúan padeciendo las consecuencias de los que se consideran los grandes talones de Aquiles del sistema sanitario español: el retraso y las inequidades en el acceso a la innovación en la práctica clínica.

Los procesos de evaluación y financiación de medicamentos en España se han ralentizado de forma considerable, lo que retrasa la llegada de terapias innovadoras y limita su disponibilidad para parte de los pacientes que más podrían beneficiarse de ellas. Según datos a los que ha tenido acceso LA RAZÓN, desde enero hasta noviembre de 2025 el tiempo medio para financiar un nuevo medicamento oncológico se ha disparado hasta los 883 días, el más alto de los últimos años. Además, se han incorporado menos tratamientos que en 2024 y la mitad de ellos lo ha hecho con restricciones en la indicación.

Concretamente, cuando queda justamente un mes para cerrar el ejercicio, se han incorporado a la financiación pública 36 nuevos medicamentos, de los cuales 12 (33%) son oncológicos. Según los datos, seis de estos medicamentos oncológicos (50%) se han financiado con restricciones en la indicación. La cifra es inferior a los 19 tratamientos aprobados en 2024. También queda por debajo del dato marcado en 2023, año en el que, pese a los elevados tiempos de resolución, el número de nuevas incorporaciones fue de 13, una cifra mayor a la que tenemos en el presente ejercicio. Así, en términos de volumen, 2025 avanza claramente por detrás de años anteriores.

El análisis por área terapéutica muestra que el grueso de las nuevas financiaciones en los últimos cuatro años se concentra en tres grandes bloques: cáncer de pulmón, linfomas y leucemias. Estas patologías, que representan algunos de los tumores más prevalentes o de mayor complejidad clínica, acumulan la mayor parte de las decisiones de financiación entre 2021 y 2025. Con respecto a 2025, los 12 tratamientos aprobados están incluidos en las siguientes áreas: cáncer de mama, cáncer de esófago, glioma, leucemia, linfoma, mielofibrosis, mieloma múltiple y cáncer urotelial.

Financiación de medicamentos
Financiación de medicamentosMiguel RosellóLa Razón

En lo que respecta a los tiempos de resolución para la financiación pública de medicamentos, la tendencia de los últimos años evidencia un progresivo deterioro. En 2021, el tiempo medio para decidir la financiación de un medicamento oncológico se situaba en 519 días. Sin embargo, en 2022 se produjo un salto significativo hasta los 764 días, manteniéndose en niveles muy elevados durante 2023, con 745 días de media. Aunque en 2024 se observó cierta mejora, bajando hasta 668 días, la ligera recuperación ha quedado completamente eclipsada por los datos del último ejercicio. En 2025 (enero–noviembre) el tiempo medio se ha disparado hasta 883 días, el peor registro de toda la serie y el primero en superar holgadamente los dos años y cuatro meses de espera.

Según los expertos, existe un matiz técnico relevante para contextualizar el fuerte incremento de los tiempos en 2025. Y es que, durante el año en vigor se están financiando también medicamentos que ya contaban con alguna financiación previa, ya sea por la incorporación de nuevas indicaciones, por cambios en las condiciones de uso o por otras modificaciones que obligan a reabrir expedientes antiguos.

Sin embargo, incluso teniendo en cuenta este efecto, la conclusión global no varía: el sistema no está logrando reducir los plazos, pese a la experiencia acumulada y al creciente volumen de evaluaciones realizadas en los últimos años.

Financiación parcial o total

Más allá de los plazos, otro elemento clave es cómo se financian estos medicamentos. Es decir, si se cubren todas las indicaciones aprobadas por la agencia reguladora o solo una parte, y con qué condiciones. Y sobre esta cuestión, vemos que, entre 2021 y 2023, las restricciones en la indicación tuvieron un peso significativo. En 2023, se observó una cierta apertura, es decir, una reducción de estas limitaciones. Pero en 2024 volvió a revertirse la tendencia. Así, en 2024 el 47% quedó sujeto a alguna restricción en la indicación. Y en 2025, hasta noviembre, la proporción es aún mayor: de los 12 tratamientos incorporados, el 50% presenta condiciones de uso más limitadas que las recogidas en su autorización europea.

Esto se traduce en que se financian menos medicamentos que en 2024 y una mayor proporción llega con restricciones. En la práctica, significa que, aunque los fármacos cuenten con una autorización europea para un abanico más amplio de pacientes o indicaciones, el sistema de salud español acota la financiación en ese uso, dejando fuera determinadas patologías, líneas de tratamiento o perfiles clínicos. Dicho de otro modo: la innovación existe y está aprobada, pero no todos los pacientes que podrían beneficiarse de ella tienen acceso financiado.

El informe Oncoindex, de la Fundación Alivia, pone sobre la mesa esta problemática. Según los últimos datos sobre el estado de financiación pública de medicamentos oncológicos y hematológicos basándose en los fármacos registrados por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) durante los últimos 15 años, solo el 27% de las 173 terapias oncológicas recomendadas por la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) tiene financiación completa en España. El 27% no tiene financiación y el 46% cuenta con restricción. El informe apunta que la reducción de la financiación fue general en todos los tumores durante 2024 y, en 2025, las bajadas más acentuadas son en cáncer de estómago (-35,7%) y linfoma no Hodking (-18,56%).

Además, respecto al año pasado, la puntuación de financiación ha bajado de 54 a 51 puntos y, desde 2021, fecha de inicio del informe, la caída global ha sido del 16%. «En particular, al comparar las

cifras actuales con 2021, destaca el desplome en tratamientos como el linfoma no Hodgkin (de 79 a 43 puntos) o la leucemia linfoblástica aguda (de 67 a 30 puntos)», resalta el documento, que analiza el estado de financiación pública de las terapias farmacológicas modernas de hasta 20 tipos de neoplasias.

Un acceso más lento y limitado Para el paciente oncológico, estas cifras tienen una consecuencia directa: la innovación sigue llegando, pero lo hace con un retraso cada vez mayor respecto al momento en que el fármaco obtiene la autorización de comercialización. Esto amplía la brecha entre lo que la ciencia puede ofrecer y lo que el sistema sanitario es capaz de poner a disposición de quienes lo necesitan.

El Grupo Español de pacientes con Cáncer (Gepac) lleva años alertando de esta brecha y reivindicando que el acceso a la innovación sea considerado una auténtica cuestión de Estado. Su insistencia en acelerar los procesos, reducir inequidades y garantizar que la financiación llegue a todos los pacientes que la necesitan pone voz a una demanda creciente: que los avances científicamente disponibles se traduzcan, sin demoras injustificadas, en oportunidades reales de tratamiento. Gepac defiende que «el cáncer necesita medicina basada en la ciencia, no en el ahorro».

En la carta de bienvenida a Mónica García por su cargo como ministra, fechada en diciembre de 2023, la presidenta de Gepac, Begoña Barragán, le transmite: «Estamos realmente preocupados por las demoras en las aprobaciones de los tratamientos, las restricciones de indicaciones que en muchos de ellos se hacen con respecto a las que son aprobadas por la EMA, o la no financiación de muchos de los tratamientos que se aprueban para el cáncer. Estas circunstancias están haciendo que muchos de los pacientes con cáncer estén muriendo en nuestro país. Como bien sabe, el cáncer no espera».

Dos años después de esta carta, los datos muestran que, lejos de mejorar, la situación se ha agravado, con más demora, menos medicamentos financiados y un aumento de las restricciones en la indicación de estos tratamientos. Y esto ocurre en un área tan crítica como la oncología.