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Adiós a las plantas secas en vacaciones: el sencillo truco para que aguanten mientras no estás
Un método fácil y económico puede marcar la diferencia entre un regreso lleno de plantas vivas o de macetas desérticas
Hoy empieza julio y con ello, cada vez más españoles van paulatinamente llegando a su merecido y ansiado descanso: las escapadas y vacaciones se convierten en prioridad en estos meses de verano. Sin embargo, para quienes conviven con plantas, este periodo también activa una preocupación habitual: ¿sobrevivirán nuestras plantas durante nuestra ausencia? Muchos amantes de la jardinería han vivido el mismo escenario. Tras unos días de descanso, regresan a casa para encontrar sus plantas marchitas, tierra cuarteada y plantas irreversiblemente secas.
Aunque durante el año podemos dedicarles atención diaria, en vacaciones se hace necesario buscar soluciones que aseguren su bienestar sin nuestra supervisión. Afortunadamente, existen trucos sencillos, eficaces y de bajo coste que permiten mantener nuestras plantas sanas incluso cuando estamos lejos.
¿Qué no debes hacer si quieres que tus plantas sobrevivan durante las vacaciones?
Uno de los fallos más habituales es preparar el sistema de riego justo antes de salir, ya que es muy necesario probar el sistema con antelación. Si lo instalas el mismo día que te marchas, no hay margen para ver si funciona o si la planta reacciona bien a él.
La recomendación es clara: instala cualquier sistema de autoriego, como botellas invertidas, conos cerámicos o mechas de algodón, al menos una semana antes. De este modo podrás comprobar su eficacia y realizar los ajustes necesarios. La clave está en prevenir, no improvisar.
El truco más eficaz: acolchar la tierra
Más allá del riego, un gesto sencillo puede ayudar enormemente a conservar la humedad en la maceta: cubrir la tierra con un material protector. Utilizar un cobertor encima del sustrato evita la evaporación rápida del agua. Puedes usar corteza de pino, paja, fibra de coco o incluso piedras decorativas.
Este método además de retener la humedad durante más tiempo, también regula la temperatura del suelo, lo que favorece un entorno más estable para las raíces, sobre todo en verano, cuando las olas de calor son frecuentes.
¿A qué hora debes regar en verano?
Si aún estás en casa, presta atención al momento en el que riegas. Aunque el hábito más extendido es hacerlo por la mañana, en verano esto puede ser contraproducente si se hace a deshora. Hay que evitar regar cuando el sol incide con fuerza. Lo ideal es hacerlo al amanecer o bien entrada la noche, cuando la temperatura ha bajado notablemente.
Regar en pleno calor puede provocar que el agua se evapore antes de que la planta la absorba, e incluso que las hojas sufran quemaduras si se mojan y el sol las alcanza directamente.
Evita el exceso de sol y el aire acondicionado
También es importante evitar que tus plantas se expongan al aire acondicionado y al exceso de sol. Las plantas necesitan luz, pero no exposición directa al sol abrasador del verano. Reubica tus macetas cerca de fuentes de luz indirecta o detrás de cortinas translúcidas. No es necesario esconderlas del todo, pero sí alejarlas de la radiación directa, especialmente si está filtrada por una ventana de cristal.
Con respecto al aire acondicionado, si el flujo de aire da directamente sobre una planta, puede deshidratarla rápidamente. La solución pasa por cambiarla de ubicación o protegerla con un biombo o estantería.
Fertilización ligera antes de partir
Un detalle que muchos pasan por alto es la nutrición. Aunque regar es crucial, también lo es mantener a las plantas alimentadas. Un fertilizante de liberación lenta aplicado antes de salir puede proporcionar los nutrientes necesarios durante días o semanas, favoreciendo su resistencia ante la ausencia de cuidados.
Con un poco de planificación y unos pocos materiales que pueden encontrarse fácilmente en centros de jardinería o incluso en casa, es posible minimizar los daños del verano sobre tus plantas. Implementar un sistema de riego con antelación, acolchar la tierra, evitar el sol directo y mantener una buena hidratación nocturna son los pilares básicos para lograrlo. Así, podrás marcharte de vacaciones con la tranquilidad de que tu pequeño alijo verde te estará esperando a tu vuelta.