Investigación
La Agencia Española de Protección de Datos estudia la legalidad de ChatGPT
El Comité Europeo de Protección de Datos lanzará un grupo de trabajo para fomentar la cooperación e intercambiar información sobre este servicio
La Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha iniciado de oficio actuaciones previas de investigación a la empresa estadounidense OpenAI, propietaria del servicio ChatGPT, por un posible incumplimiento de la normativa, según ha informado en un comunicado. ChatGPT es un sistema de chat con inteligencia artificial que está entrenado para mantener conversaciones, al que se le pueden hacer preguntas a las que da respuesta.
La semana pasada, la Agencia solicitó al Comité Europeo de Protección de Datos (EDPB, por sus siglas en inglés) –del que la AEPD forma parte junto a otras autoridades de protección de datos del EEE– que se incluyera el servicio ChatGPT como tema a abordar en su reunión plenaria, al considerar que los tratamientos globales que pueden tener un importante impacto sobre los derechos de las personas requieren de acciones armonizadas y coordinadas a nivel europeo en aplicación del Reglamento General de Protección de Datos.
El Comité ha decidido en el Plenario celebrado hoy lanzar un grupo de trabajo (task force) para fomentar la cooperación e intercambiar información sobre las acciones llevadas a cabo por las autoridades de protección de datos. Con el inicio de la investigación en España y la participación en el grupo de trabajo europeo, la AEPD actúa en paralelo en el marco de sus potestades y competencias como autoridad nacional de supervisión y control, además de en coordinación con sus homólogas europeas a través del Comité.
La Agencia aboga por el desarrollo y la puesta en marcha de tecnologías innovadoras como la inteligencia artificial desde el pleno respeto a la legislación vigente, ya que considera que sólo desde ese punto de partida puede llevarse a cabo un desarrollo tecnológico compatible con los derechos y libertades de las personas.
¿Qué es ChatGPT?
Se trata de una inteligencia artificial diseñada para imitar el lenguaje humano, que ha sido entrenada con una inmensa cantidad de datos, que son la base de su conocimiento y lo que le permite adentrarse en multitud de áreas. Muy simplificadamente, los modelos de lenguaje elaboran una respuesta calculando las probabilidades de que una palabra siga a otra en función de multitud de parámetros, 175 millones en el caso de ChatGPT. De este modo, da definiciones y resuelve dudas con suficiente naturalidad como para hacerlo pasar por una respuesta humana, y puede escribir tutoriales, poesía, guiones, ensayos y chistes, entre otros contenidos, o resolver y explicar problemas matemáticos, entre otras muchas tareas.
La novedad y complejidad de esta herramienta está planteando ahora numerosos problemas legales. Así, este miércoles Italia dio de plazo hasta fin de mes a la estadounidense Open AI para que adapte la gestión de datos a la normativa del país, después de haber bloqueado su uso dentro de su territorio. El garante italiano de la Protección de Datos reclamó asimismo un sistema de verificación de edad que sea capaz de evitar el acceso a los menores de 13 años y que deberá entrar en vigor antes del 30 de septiembre de 2023.
En Austria, la asociación IG Autorinnen Autoren, defensora de los intereses de los escritores y literatos del país, exige un bloqueo general de programas y sistemas de inteligencia artificial (IA) para escribir textos, como ChatGPT, hasta que su uso sea compatible con los derechos de autor.
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