Perros

¿El calor del verano puede hacer que los perros muerdan más?

Los mismos instintos y aptitudes que hacen del perro un estupendo centinela, también pueden hacer que sea peligroso si no ha sido correctamente sociabilizado

Los perros pueden ser las mascotas perfectas, pero también pueden ser muy peligrosos
Los perros pueden ser las mascotas perfectas, pero también pueden ser muy peligrososPixabay

Los perros son estupendos centinelas. Pueden ser entrenados y domesticados mejor ningún otro animal, tienen un efectivo sistema de alarma integrado y si entras en su territorio sin ser invitado… pueden ser muy agresivos. Ahora bien, estos mismos instintos y cualidades que hacen del perro el animal perfecto para proteger nuestra casa y a nuestra familia… también puedenconvertirlo en un peligro público, si el animal en cuestión no ha sido correctamente socializado y educado.

Cuando esto sucede, el perro no sabrá cómo responder a comportamientos relativamente normales y cotidianos de otros perros o personas, por lo que puede acabar respondiendo con violencia. Sin embargo, hay otros motivos por los que hasta un perro perfectamente equilibrado y educado podría llegar a atacarte. El primero y más evidente es que el animal te perciba como una amenaza para él, para sus crías o para su familia (aunque no lo seas).

Los signos de agresividad en los perros son muy claros. Y si los vemos, hay una cosa que no deberíamos hacer bajo ningún concepto
Los signos de agresividad en los perros son muy claros. Y si los vemos, hay una cosa que no deberíamos hacer bajo ningún conceptoPixabay

También está comprobado que existen varios factores de riesgo en lo que a mordeduras de perros se refiere; como el sexo, la raza o si el animal está o no esterilizado. Si el can está herido o asustado, será mucho más probable que lancen algún que otro bocado. Pero, ¿y si después de tanto tiempo de convivencia entre perros y humanos, se nos hubiera pasado por alto un factor de riesgo más?

¿El calor es un factor de riesgo?

Esto es lo que plantean Tanujit Dey, Antonella Zanobetti y Clas Linnman, los científicos de la Universidad de Harvard que escribieron El riesgo de ser mordido por un perro es mayor en días calurosos, soleados y con smog”, un estudio estadístico publicado el pasado 15 de junio en la revista especializada Scientific Reports.

La investigación consistió en el análisis de hasta 70.000 informes de casos de mordeduras de perros a humanos en varias ciudades a lo largo y ancho de Estados Unidos. Entre sus conclusiones destaca que -efectivamente- las mordeduras de perros son más frecuentes en los días más calurosos. Asimismo, los altos niveles de contaminación en el aire parecen influir en su estado de ánimo.

“Nuestros resultados indican que la incidencia diaria de mordeduras de perros está influenciada por múltiples variables ambientales, incluidos el ozono, la temperatura, la precipitación y los niveles de UV”, explicaron. Concretamente, los investigadores descubrieron que, durante los días con niveles más altos de radiación UV, las mordeduras de perros aumentaron en un 11%. Mientras que, en días con temperaturas más altas de lo normal, el aumento fue del 4%. Además, se encontró un aumento del 3% en días donde había mayor presencia de ozono en el ambiente.

Mujer y perro en la playa
Mujer y perro en la playaFreepik

Tal y como señalan los autores del estudio, una posible explicación a esta casualidad estadística es que estos factores estresen a los animales, y que eso altere su comportamiento, llegando a agredir con más facilidad a las personas. Sin embargo, los autores señalan otra posible explicación. Y es que, tanto perros como humanos solemos estar más tiempo al aire libre durante la época estival. Las buenas temperaturas nos empujan a salir más a pasear con nuestros perros. Y cuando salimos durante más tiempo, por lo que es más probable que se produzcan encontronazos con personas y animales.

Además, el aumento de las temperaturas también hace que aumenten registros de contaminación ambiental. En cualquiera de los casos, los investigadores de la Universidad de Harvard afirman que es demasiado pronto para establecer una relación directa entre el calor y el aumento del número de mordeduras, por lo que se necesita más investigación para explorar esta relación a profundidad.