Cerco al gasto sanitario: Sanidad apunta al médico

El Ministerio de Sanidad y las comunidades autónomas quieren profundizar en lo que denominan uso racional de los medicamentos y, de paso, contener la creciente factura farmacéutica a la que hace frente España. Para lograr su objetivo, focalizarán sus actuaciones en los prescriptores y dispensadores de las medicinas, y dispondrán de un fondo de ayuda de 57,2 millones de euros, según el acuerdo sometido a la evaluación del Pleno del Consejo Interterritorial de Salud, el máximo órgano de coordinación sanitaria del Estado.

Las acciones que se desarrollarán son variopintas, pero ponen especial empeño en mejorar desde el sistema público la formación continuada de los sanitarios, una labor que ahora corre a cargo, prácticamente en su totalidad, de los laboratorios farmacéuticos a través de congresos y simposios, y de la llamada visita médica de sus delegados a centros de salud y hospitales. Entre las materias a impartir estarán los "programas de deprescripción de medicamentos innecesarios" y los "programas de optimización en la utilización de medicamentos".

También se contempla la puesta en marcha de programas de desarrollo de medidas "para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS) y mejorar la calidad y seguridad de las prestaciones", incluyendo la formación de comités que promuevan ese "uso racional" que contribuyan "a la sostenibilidad, homogeneidad y la equidad de la prestación farmacéutica a los y a las pacientes". Además, el acuerdo evaluado por Sanidad y autonomías incide en uno de los capítulos que están frenando la llegada efectiva de los fármacos más innovadores a los centros sanitarios y que trae de cabeza a la industria farmacéutica que opera en España: el de los informes de posicionamiento terapéutico de los medicamentos que se emiten después de que reciban el visto bueno de la Comisión de Precios.

El Ministerio de Sanidad revisará el valor terapéutico real de los medicamentos de alto impacto económico

El objetivo aquí, según el documento, es consolidar dichos informes y el programa será gestionado tanto por el Ministerio de Sanidad como por las autonomías, que son las que absorben el gasto derivado de la prescripción y dispensación de los fármacos. En el terreno médico, el acuerdo contempla potenciar "la cultura de análisis crítico de la bibliografía publicada en el campo de medicamentos en el SNS". Según el texto, "las habilidades en lectura crítica son un requisito básico para una toma de decisiones clínicas informadas en la utilización óptima de los medicamentos, por lo que una lectura crítica, rigurosa e independiente contribuirá a una mejor toma de decisiones". En otras palabras, se persigue que la decisión de prescribir de los facultativos sea aséptica y basada más en la ciencia que en una supuesta información sesgada inspirada por los fabricantes de las terapias.

El acuerdo evaluado en el Interterritorial dedica un importante apartado a la mejora de la información sanitaria en el ámbito de las autonomías en lo que se refiere a los medicamentos de mayor impacto económico para las arcas públicas. El programa dedicado a ello tiene como objetivo "completar las áreas deficitarias de información en el SNS e integrar y mejorar los subsistemas de información existentes, relativos al conocimiento de la salud de la población y la estructura y actuaciones del sistema sanitario, así como a establecer estrategias que mejoren la toma de decisiones en políticas de cohesión y uso racional del medicamento". A renglón seguido, el acuerdo subraya que "se priorizarán actuaciones estratégicas para el desarrollo de sistemas del Sistema de Información Sanitaria establecido en la Ley de Cohesión y Calidad del SNS; normalización, extracción de datos, análisis y mejora de la calidad de todos los procesos de tratamiento de la información".

El gasto generado a través de receta superó en 2022 los 10.400 millones frente a unos fondos sanitarios globales de 72.400 millones de euros

"De especial relevancia es el sistema de información para determinar el valor terapéutico en la práctica clínica real de los medicamentos de alto impacto sanitario y económico en el SNS (Valtermed). Con ello, se pretende disponer de información óptima para la adecuada toma de decisiones en la gestión macro, meso y micro de la prestación farmacéutica en las distintas etapas del ciclo del medicamento". El gasto farmacéutico en España mantiene un crecimiento prolongado.

Según los datos consignados por las comunidades en sus presupuestos, el pasado año el generado a través de receta superó los 10.400 millones en el conjunto del país frente a unos fondos sanitarios globales de algo más de 72.400 millones de euros. A esta cantidad hay que añadir el gasto farmacéutico hospitalario, generado por la prescripción de medicamentos únicamente a través de este canal. Muchos de estos fármacos son productos innovadores mucho más efectivos que sus antecesores pero de alto impacto económico.

El acuerdo prevé impulsar también la educación sanitaria orientada a promover entre la ciudadanía el uso racional de los medicamentos y el análisis de los llamados medicamentos emergentes. "El programa se desarrollará en el marco del diseño, implantación y seguimiento de medidas cuyo objetivo principal sea mejorar la capacidad del SNS para anticiparse a los retos que suponen la incorporación de nuevos medicamentos con una estrategia integral que aborde la identificación de los medicamentos emergentes (horizon scanning), siendo aquellos que van a ser autorizados por el organismo regulador con un horizonte temporal de 3,5 años, el análisis de su impacto y las líneas de planificación que se consideran necesarias".