Ciencias humanas

El sueño de envejecer más despacio y con menos cánceres

Investigadores del CNIO crean ratones con telómeros hiperlargos a los que les afecta menos la vejez y la enfermedad

En verde, los telómeros hiperlargos; en rojo, los normales
En verde, los telómeros hiperlargos; en rojo, los normaleslarazon

Investigadores del CNIO crean ratones con telómeros hiperlargos a los que les afecta menos la vejez y la enfermedad

Telómero es la palabra. Si usted es asiduo a estas páginas de ciencia la habrá leído en muchas ocasiones durante los últimos años. Sobre todo en informaciones relacionadas con la senectud y el cáncer. Es uno de los santos griales de la investigación molecular contra las enfermedades derivadas de la vejez. Y, ahora, un espectacular avance del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) lo ha vuelto a poner de manifiesto. Un grupo de científicos dirigido por María Blasco ha logrado crear ratones con telómeros mucho más largos de lo normal, sin necesidad de alterar sus genes. Son animales que muestran menos signos de envejecimiento celular y menor propensión a padecer cáncer. Para explicar por qué, habrá que empezar por el principio.

Los telómeros son estructuras proteínicas que se encuentran en los extremos de todos los cromosomas y los protegen de la degradación. Se sabe que buena parte de su buen funcionamiento depende de su longitud. Cada vez que una célula se divide tiene que copiar su material genético empaquetado en forma de cromosoma. Pero esa copia no es perfecta y los extremos de los telómeros pueden perderse, como si al fotocopiar un documento se quedara fuera la última letra de cada línea. Cuando el acortamiento progresivo de los telómeros llega a un grado crítico aparecen signos de muerte celular, de senectud y de algunas enfermedades.

El organismo cuenta con una enzima, la telomerasa, que se encarga de reparar los telómeros. Pero su actividad también decae con el paso del tiempo. Hay dos tipos de célula, sin embargo, en las que la telomerasa no pierde nunca fuelle: las células cancerosas y las células pluripontentes. En estos casos, los telómeros no se acortan. Por eso las células cancerosas son tan longevas y las pluripontentes (las llamadas «madre») tan activas.

Lo malo es que la longitud de los telómeros viene determinada por la herencia genética. Cada especie de vertebrado tiene su propio rango de longitudes y en cada una de ellas el ritmo de acortamiento es diferente. Los telómeros de los ratones, por ejemplo, se acortan 100 veces más rápido que los humanos y los de los perros a una velocidad 10 veces mayor. De manera que no parecía que existiera forma de intervenir externamente en el acortamiento telomérico... hasta ahora.

O, mejor dicho, hasta hace poco. Ya en 2009, el propio CNIO demostró que si se cultivan in vitro células iPS (células madre pluripontentes inducidas, es decir células adultas reconvertidas en madre) se podía forzar el alargamiento de los telómeros hasta lograr lo que los expertos llamaron «células con telómeros hiperlargos». Pero no era evidente que estas células pudieran ser capaces de desarrollarse hasta convertirse en un organismo complejo (como un ratón) con telómeros hiperlargos y que, por lo tanto, envejezca más despacio. Eso es exactamente lo que parece haber descubierto el trabajo anunciado ayer en Nature Communications y que ha sido firmado por la doctora Elisa Varela como primera autora. Sí es posible crear ratones con una longitud telomérica mayor sin necesidad de manipular sus genes. Hasta ahora la única estrategia para lograr este alargamiento inducido era modificar en el animal los genes responsables de la producción de telomerasa. Pero los organismos ahora presentados han mantenido la arquitectura genética necesaria para alargar los telómeros simplemente a través de la modificación de células pluripotentes in vitro. Los animales en los que se empleó esta técnica mantuvieron la longitud extra de sus telómeros incluso 12 meses después de nacer y, lo más interesante, acumularon menos daños en su ADN, mostraron una mejor capacidad para reparar los daños genéticos acumulados y presentaron una menor incidencia de cánceres.

Es decir, por primera vez se ha demostrado que se pueden generar tejidos capaces de afrontar mejor el paso del tiempo y de responder mejor a las enfermedades que de él se derivan. En el futuro, el CNIO pretende generar ratones en los que todas sus células cuenten con telómeros el doble de largos de lo normal. Sólo así se podrá responder a las preguntas que seguro que usted ya se está haciendo. ¿Estos ratones vivirán el doble? ¿Serán más longevos y sanos? ¿Servirán para enseñarnos a producir tejidos sanos con los que podremos reparar los tejidos envejecidos de nuestro cuerpo? La respuesta está en los telómeros.