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El dato inédito de violencia de género en 2022: cuatro de cada diez mujeres asesinadas habían denunciado a su agresor

El informe del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del CGPJ registra 49 víctimas mortales, una cada siete días y medio

GRANADA (ESPAÑA), 25/11/2023.- Grupos de personas participan en la marcha convocada por Espacio Unitario Feminismo de Granada y la Plataforma 8M/25N contra la violencia machista este sábado, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer 2023, en el centro de Granada (Andalucía). EFE/ Pepe Torres
Protesta contra la violencia machista en GranadaPEPE TORRESAgencia EFE

Un mujer perdió la vida en 2022 víctima de la violencia de género cada siete días y medio. De ellas, cuatro de cada diez había denunciado previamente a su agresor, aunque el 70% seguía, no obstante, conviviendo con él. El porcentaje de denuncias previas es el más alto desde que existen registros. Desde 2003, el promedio es de un 25,5% de casos con denuncia previa. Así lo refleja el informe sobre víctimas mortales de la violencia de género y doméstica en el ámbito de la pareja o expareja durante 2022, que hoy ha hecho público el Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Las 49 mujeres asesinadas durante esos doce meses sitúa en 59 el promedio de casos anuales desde 2003, cuando se empezaron a contabilizar las víctimas mortales. Dos menores de edad engrosan la lista de víctimas mortales de la violencia machista en 2022, mientras que 37 quedaron huérfanos. Desde 2013, ha habido 48 menores fallecidos por esta causa, que arroja un promedio de casi cinco víctimas mortales al año.

En cinco de los 49 feminicidios (10,2 %) existía una medida de alejamiento en vigor. En otros tres casos habían existido medidas con anterioridad, pero estaban canceladas en el momento de los hechos.

Durante el mismo periodo, se registraron tres casos de violencia doméstica íntima (la que se produce en el ámbito de la pareja o expareja, excluyendo los casos en los que el agresor es un hombre y la víctima una mujer), en los que dos hombres y una mujer fueron asesinados por sus parejas o exparejas, todas ellas mujeres. Ninguna de las tres parejas tenía hijos y sólo una de las víctimas había denunciado previamente a su agresora. Incluye, por tanto, agresiones de mujeres a sus parejas o exparejas varones y agresiones ocurridas en el seno de parejas o exparejas homosexuales.

"Atención" a la violencia doméstica íntima

Respecto a estos supuestos, el informe señala que, pese a las enormes diferencias que la separan de la violencia de género, tanto cuantitativas (tres víctimas frente a 49) como cualitativas (penas previstas, existencia de delitos conexos, presencia de menores testigos o existencia de la llamada violencia de respuesta), "reclama la atención y la activación de todos los mecanismos de protección garantizados por nuestro Estado de derecho".

Las 49 víctimas mortales suponen el mismo número con el que se cerró 2021, que pese a ser el más bajo de la serie histórica y a arrojar una tasa de feminicidios por cada millón de mujeres de 2,36, también la más baja desde que existen estadísticas, conduce al Observatorio a la cautela ante una cifra de asesinatos machistas que sigue siendo, recalca, "intolerable" y que, por tanto, "justifica el pleno mantenimiento y la vocación de perfeccionamiento de las políticas públicas de protección a las víctimas de la violencia de género".

Durante el año analizado, sólo cinco comunidades autónomas no registraron feminicidios: Asturias, Cantabria, Baleares, Galicia y La Rioja. La más castigada, con una tasa de feminicidios por cada millón de mujeres de más de 15 años del 8,08 fue Castilla-La Mancha. Por provincias, fue en Madrid (7), Barcelona (5) y Sevilla (4) donde se produjeron un mayor número de asesinatos machistas.

En cuanto al perfil de las víctimas, casi la mitad tenía entre 26 y 45 años. Su edad media era de 44,6 años, una cifra muy similar a la del año anterior (44,3). La más joven tenía 17 años y la de más edad, 88. Como en años anteriores, casi la mitad de las mujeres asesinadas (42,8 %) tenían entre 26 y 45 años, pese a que esa franja de edad representa menos de un tercio de la población de mujeres mayores de 25 años.

37 menores húerfanos

Esos 49 crímenes machistas dejaron huérfanos a 37 menores de edad. Los agresores eran padres biológicos del 86,4 % de esos niños y niñas (32). Los cinco menores restantes nacieron durante relaciones anteriores o posteriores de las víctimas. El número de huérfanos asciende a 78 si se tiene en cuenta también a los hijos e hijas mayores de edad.

El domicilio, común o de uno de los miembros o exmiembros de la pareja, volvió a ser el principal escenario de los crímenes machistas. El 76,6 % de los casos tuvo lugar en el interior de una vivienda, un porcentaje muy similar al de la serie histórica, que se sitúa en el 75,6 por ciento. A mucha distancia, el segundo escenario con mayor número de casos fue el lugar de trabajo (7 %) seguido por las zonas exteriores del domicilio, la vía pública y los parajes o espacios abiertos (4 % en cada uno de ellos), el vehículo (2 %) y otros emplazamientos (2%).

El método utilizado con más frecuencia para cometer el crimen fue el arma blanca (65,2 %), seguido por la asfixia o estrangulamiento (15 %), el arma de fuego (8,7 %) y los golpes, con o sin objetos (6,5 %), entre otros. El 61 por ciento de los crímenes cometidos con arma de fuego terminó con el suicidio del agresor, circunstancia que se reduce hasta el 16 % de los casos cuando el crimen se comete utilizando otros medios.

El perfil del agresor señala a un varón de 48,6 años, cuatro años por encima del promedio de edad de las víctimas, una circunstancia que se dio en siete de cada diez casos (73,5 %). El más joven tenía 19 años y el de más edad, 83. El 61,2 % de los autores de los crímenes machistas ocurridos en 2022 eran españoles. Víctima y agresor compartían nacionalidad en el 87,8 % de los casos.

En más de la mitad de los casos (55,1 %), el agresor resultó detenido tras cometer el crimen y en uno de cada cinco (el 22,4 %), se suicidó. El asesino se entregó en un 16,3 % de los supuestos, el cinco ocasiones después de huir y en otras doce tras ocultarse o negar los hechos.

El 92% de denuncias previas, por violencia física

En relación a las veinte mujeres asesinadas que habían presentado denuncias contra sus agresores antes del feminicidio, esas denuncias dieron lugar a 32 procedimientos, pues en siete casos la víctima presentó más de una denuncia. El Observatorio ha realizado el análisis a partir del contenido de los 25 procedimientos a los que ha tenido acceso y en 17 de ellos (68 %) la denuncia fue presentada directamente por la víctima, mientras en otros seis fue a raíz de una intervención policial y en los dos restantes se debió a terceras personas. Los hechos denunciados consistieron en el 92 % de los casos (22 de 25) en violencia física, a la que en diez supuestos se añade también la violencia psicológica. En el 8 % restante, la denuncia se produjo por el quebrantamiento de las medidas impuestas al agresor.

Según el relato de las víctimas, la violencia física que motivó esas denuncias previas consistió en empujones, tirones de pelo, toda clase de golpes e intentos de asfixia, y la violencia psicológica en amenazas de muerte, amenazas de privarlas de sus hijos, insultos, desprecio, vejaciones, acoso y control de las comunicaciones.

El sistema automatizado policial para evaluar el riesgo se adoptó en 17 de esos 25 casos. Sólo en uno se apreció riesgo extremo y en dos, alto. En cuatro de ellos no se apreció riesgo alguno, en cinco fue considerado bajo y en los cinco restantes, medio.

Los casos en los que la víctima solicitó la adopción de medidas de protección en sede policial se refirieron a 11 de las 18 mujeres cuyos procedimientos judiciales previos al feminicidio han podido ser analizados por el Observatorio. Sólo en uno de los casos se denegó la medida, por lo que el porcentaje de estimación de las mismas (consistentes en su mayoría en prohibición de aproximación y prohibición de comunicación) fue muy alto.