
Tráfico
«Diríjase al ayuntamiento pasando por la plaza de toros»
La nueva prueba práctica del carné de conducir entra en vigor el 21 de enero. El alumno circulará 10 minutos de forma independiente

MADRID- Los aspirantes a obtener el carné de conducir lo tendrán más difícil a partir del 21 de enero, cuando se impondrá un nuevo examen en todo el territorio español que busca adaptar el actual test a la normativa europea que fija unos mínimos comunes para todos los países. En realidad, la norma entra en vigor el 19 de enero, pero, como es sábado y al no haber pruebas, se considera que arranca el lunes 21. El nuevo modelo ya se ha implantado en algunas jefaturas de Tráfico como experiencia piloto, con muy buenos resultados.
Los alumnos que se presenten a partir del próximo año tendrán que superar un nuevo examen teórico mucho más exigente que el actual, con el que se busca evitar que los futuros conductores puedan memorizar las preguntas, como ocurría hasta ahora. «Actualmente existe una base de unas 800 preguntas, pero en unos días, se elevarán a 15.500. Este método de memorización ha conseguido que los alumnos dejen de asistir a las clases teóricas que se imparten en las autoescuelas y se nota mucho a la hora de comenzar a preparar el práctico. Los profesores se dan cuenta de que desconocen muchos aspectos», explica José Miguel Báez, presidente de la Confederación Nacional de Autoescuelas de España (CNAE). En esta misma línea también se ha modificado el ejercicio práctico, que va a ser «mucho más efectivo», insisten desde CNAE, «porque se dará una valoración más completa y se prima la formación de los conductores».
La prueba de conducción se divide en cuatro módulos y los que quieran adquirir el permiso para conducir coches (B), motos (A1 y A2) y vehículos de servicio como ambulancias o taxis (BTP) deberán superar 25 minutos de conducción. Los que opten a los permisos para conducir transporte pesado estarán al volante durante un mínimo de 45 minutos. No obstante, la decisión del examen es igual para todos los permisos. Las comprobaciones previas serán el primer obstáculo a superar. Dentro de este apartado se incluye el control de la presión de las ruedas o comprobar el funcionamiento del parabrisas. «La gente debe saber donde está el líquido de frenos, conocer el estado de los neumáticos y su caducidad o ajustar el apoyacabezas de los asientos. También podrían preguntarle si sabe si el coche tiene airbag o no», comenta Báez. Desde Asextra, la Asociación de Examinadores de Tráfico, ven con buenos ojos los nuevos cambios porque «todos queremos más calidad», explica su presidente ,Joaquín Jiménez, «pero no a cualquier precio», añade. «Sería muy positivo que pudiéramos examinar a un alumno y valorar si cambia correctamente una rueda, pero no creo que exista tiempo». De acuerdo con esta asociación, «cada día, un examinador ve unos 16 alumnos y es difícil hacer una buena valoración. Lo ideal sería que pasaran unos 11», aunque por ahora sólo han alcanzado reducir a 13. Para intentar exponer su reivindicación, Asextra ha elaborado un informe que ya han remitido a la Dirección General de Tráfico (DGT), con el que apoyan «la creación de un examen global en el que se valore al examinando por su actuación en conjunto y no por la consecución de una serie de errores», asegura Jiménez.
Una vez superada la comprobación del vehículo, los siguientes diez minutos son responsabilidad, casi en exclusiva, del alumno. Sólo se salvan de este apartado los que se presenten para los permisos A1 y A2 de motocicletas. El examinador dará indicaciones básicas para que el alumno, por su cuenta, llegue al destino solicitado. La Confederación de Autoescuelas propone algunos ejemplos: «Diríjase al ayuntamiento pasando por la plaza de toros» o «Tome la dirección Madrid, centro ciudad, atendiendo a la señalización de dirección que exista». Además, la DGT no trabaja al margen del desarrollo de los nuevos dispositivos de navegación, que, en muchos casos van incluidos en el vehículo. Por eso, con carácter opcional, «para alcanzar un punto de destino, podrán seguir las indicaciones» de cualquier GPS. «Hoy en día, es muy importante que los conductores sepan manejar un navegador. Por ello, deberán poner la dirección que les indiquen los examinadores», sostiene Báez. Parece una medida adaptada a la situación actual, pero no convence al gremio de los examinadores, que consideran que «si lo que buscan es que el examinando circule de forma autónoma no es lógico que una máquina le dirija. Sería preferible que lo hiciera la persona que le evalúa», comenta Jiménez.
La conducción guiada ocupa el tercer punto del examen y no sufre apenas variaciones. Se mantienen los mismos criterios, aunque, durante la prueba, se evaluará de manera global si el alumno realiza o no una conducción eficiente. Es decir, se intenta analizar cómo circula la persona evaluada en conjunto. Conducir de forma ineficiente supondrá una falta leve. «Buscamos que los alumnos lleguen mejor formados más seguros al día del examen», insisten desde CNAE.
Uno de los momentos que menos en cuenta se tenía era la notificación de los resultados. La nueva norma busca mejorar la comunicación en este punto. Así, una vez finalizada la actuación del alumno, «el examinador comunicará al aspirante, sólo ante el profesor, el resultado. Su explicación no debe sobrepasar los dos minutos. Eso sí, en lo que no deben caer los examinadores es en una discusión con el profesor o con el alumno evaluado. «No deben comentarse faltas concretas», insisten las autoescuelas.
Estos nuevos cambios buscan amoldarse al sistema europeo y se ciñen a la directiva europea 126/2006. «Esta nueva aplicación quiere acercarnos a nuestros países vecinos, aunque debemos seguir avanzando», insisten los examinadores. No obstante, esta aplicación sólo es un acuerdo de mínimos, ya que, dependiendo de la regulación que cada Estado tiene en materia de Tráfico, varían. En Alemania no tienen límites de velocidad en autopista. Así, «si el examen transcurre en una de estas vías el alumno circula a 120 km/h, el coche que lleva delante va a 140 y le piden que le adelante, al conductor no le queda otra opción que ponerse a 160», explica José Miguel Báez. También insisten en que gracias a la mejora en las pruebas «los nuevos conductores salen a las vías mucho mejor preparados. Es más, si se analiza el número de fallecidos, se puede comprobar que la edad ha aumentado. Ahora se matan menos jóvenes», añade.
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