Refugiados

El Open Arms pide a Sánchez liderar en la UE las labores para coordinar el desembarco de 151 inmigrantes

151 inmigrantes continúan a bordo del barco humanitario a la espera de un puerto seguro. Italia y Malta deniegan esa posibilidad a la ONG, mientras que España no activa de momento el botón verde

El Open Arms logró ayer evacuar a dos mujeres y un hombre con problemas de salud y a sus familiares en Italia
El Open Arms logró ayer evacuar a dos mujeres y un hombre con problemas de salud y a sus familiares en Italialarazon

151 inmigrantes continúan a bordo del barco humanitario a la espera de un puerto seguro. Italia y Malta deniegan esa posibilidad a la ONG, mientras que España no activa de momento el botón verde.

Obligación a auxiliar a aquellos que se enfrentan a un peligro de muerte en el mar. Una realidad que está consagrada en el Derecho Internacional. Pero 12 días después, 151 inmigrantes continúan a bordo del barco humanitario Open Arms a la espera de un puerto seguro. Italia y Malta deniegan esa posibilidad a la ONG mientras que España no activa, de momento, el botón verde para pedir a la Unión Europea que se inicie la coordinación para el desembarco. Una posición que choca con la determinación con la que Pedro Sánchez, nada más llegar a La Moncloa, acogía en 2018 a 630 migrantes a bordo del «Aquarius» que atracaba en el puerto de Valencia.

Ayer, la ONG española logró evacuar a ocho personas en Italia y Malta; dos mujeres y un hombre con problemas de salud junto a sus familiares más cercanos. Mientras, la situación dentro del buque se hace insostenible. «Vivimos al límite, aunque mantenemos la calma», aseguran fuentes del Open Arms. El temor más cercano, confiesan, se debe a la previsión de olas de 2,2 metros para mañana por la tarde, mientras que Italia y Malta prohiben la entrada del Open Arms para protegerse en las aguas territoriales. Ante las malas previsiones, ayer, el capitán del buque español, Marc Reig, cursó un procedimiento de urgencia a través de la embajada española en Malta para que el Gobierno de asilo a los 31 menores rescatados en alta mar, informa Efe. Respecto a la posibilidad de tomar rumbo a Túnez o Libia, desde la oenegé lo descartan. «No son puertos seguros, no podemos devolver a estas personas a los lugares de donde huyen», zanjan.

El Open Arms reclama a España que interceda ante la UE para coordinar los esfuerzos para agilizar el reparto de los migrantes. Sin embargo, a día de hoy, el Ejecutivo desoye a la organización y se limita a asegurar que «España da sobradas muestras de solidaridad y liderazgo para que esta cuestión migratoria sea algo resuelto de manera coordinada por la UE», en palabras de la ministra de Trabajo, Magdalena Valerio. El propio fundador de Open Arms, Òscar Camps, se confesó indignado porque el Gobierno español «se olvida» de que la embarcación tiene pabellón español y criticó al presidente del Gobierno por «ponerse de perfil» y le pidió «sentido común» ante la situación de extrema gravedad. Respecto a la posición que España debería tomar, remarcan que solo piden al Gobierno que «active el mecanismo» para que Bruselas inicie la labor de coordinación para desembarcar y reubicar a las personas que se encuentran a bordo. Estas peticiones llegaban ayer también desde la organización Save The Children, asociaciones judiciales e incluso desde el mundo del cine. El actor Javier Bardem pedía a Sánchez liderar un procedimiento de reparto de la UE.

La posición del Gobierno socialista, que ahora insta a la ONG a buscar «el puerto seguro más cercano» dista de la que encabezó en 2018 cuando acogió a los migrantes del Aquarius porque «la prioridad» era «salvar vidas». Se contradice Pedro Sánchez en las declaraciones que vertió en su libro «Manual de Resistencia», en el que se congratulaba por su paso firme para dar solución a la crisis migratoria. «Haber salvado la vida a 630 personas hace que piense que vale la pena dedicarse a la política», o, decía, «se trata de seres humanos cuyas vidas concretas hemos cambiado y hemos salvado». Sánchez también presumía en aquel entonces de que fue una decisión que le hizo sentirse «reconfortado con la política, por la capacidad de cambio que nos ofrece a quienes tenemos responsabilidades» y enfatizaba que era «una cuestión humanitaria y urgente de resolver».

EFE