El typical spanish de los 2.500 empleados chinos del Grupo Tiens ha comenzado

La empresa regala una semana de vacaciones en España a sus empleados, que se dejarán 20 millones en gastos.

¿Se imagina usted que la empresa en la que trabaja le invitara una semana con los gastos pagados a otro país como incentivo? ¿Trabajaría de forma más eficiente? Pues eso es lo que esperan conseguir en el Grupo Tiens al regalar una semana de vacaciones en España a 2.500 empleados de la multinacional china (a la que hay que sumar casi otros 500 entre socios y demás personal). Toda una campaña de marketing que ha despertado el interés de comerciantes y el desánimo de taxistas de la capital, que saben que los chinos siempre viajan en grupos organizados y su medio predilecto, el autobús, no les cambiará mucho la caja del día.

Ayer llegaron a Madrid los primeros trabajadores afortunados, un reducido grupo de casi 100 personas, provenientes de Rusia, Tailandia, Camboya y varios países de Suramérica. Ir de compras, disfrutar de la comida «typical spanish» y recorrer las calles de la capital fueron algunas de las actividades lúdicas que realizaron.

La delegación china estuvo encabezada por el vicepresidente adjunto de la compañía, Li Zong Min, que es hijo del magnate Li Jinyan, el gran ausente de estas vacaciones, así como por la vicepresidenta, Liu Tian’ Ao.

A modo de la película «Bienvenido, Mister Marshall», ayer los directivos de la compañía se reu-nieron con la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, en el Palacio de Cibeles. Hoy se citarán con Soraya Sáenz de Santamaría, la vicepresidenta del Gobierno en funciones. El objetivo de las visitas, agradecer a las autoridades su apoyo para organizar estas vacaciones.

Pero, ¿por qué han elegido en esta ocasión España? Por la comida, por su historia y por su gente, afirman ellos. «España es un país bonito. No sólo los edificios, también la gente», puntualiza Sun Haifeng, que lleva 12 años trabajando en el Grupo Tiens.

Tras hablar del buen clima, Haifeng afirma que «los españoles son personas felices». Esa alegría que entre crisis y crisis resiste, podríamos decir. Tras preguntarle qué sabe de España, Haifeng habla de los San Fermines, de Picasso, de los toros, mientras un compañero suyo apunta las torres humanas, los Castellers. Haifeng también habla de «Zara y de H&M», quiere comprar «ropa a sus hijos». Se hace el silencio por unos instantes cuando se le pregunta sobre qué ciudad tenía más ganas de visitar, si Madrid o Barcelona, pero sale airoso: «Tengo ganas de conocer las dos, tienen estilos bien diferentes». Lo mismo sucede con el fútbol, «no soy fanático, la verdad. A mí lo que me gusta es hacer footing».

Cuando es preguntado por el nombre del presidente del Gobierno en funciones, sonríe, «cambiáis mucho de gobierno. No me acuerdo», reconoce. No le falta razón si se compara con su país. A continuación vuelve a decir que los españoles son «gente amable».

En la sala en la que nos encontramos empieza el bullicio. Hablan entre ellos mientras degustan no un plato de jamón, sino bandejas de ellas, así como tortilla de patata, croquetas y queso. Pero Haifeng reconoce que lo que él quiere probar es «la paella». Tras los tópicos «made in Spain», este empleado sorprende al recordar que antes de que Madrid fuese la capital, «mucho tiempo atrás lo fue Toledo». Ciudad, por cierto, que visitarán hoy jueves y el sábado en grupos escalonados. En concreto, a lo largo de hoy llegarán los otros 2.900 chinos a la T-4. El vuelo que más focos atraerá será el que llega a las 13:30, un avión en el que todas las plazas son de empleados del Grupo Tiens. En la recepción del aeropuerto una bailaora de flamenco les dará la bienvenida, explican desde el agencia Grayling, contratada para este viaje. Allí se dividirán, y mientras 10 grupos irán a Toledo, otros visitarán el Palacio Real.

El viernes, a las diez de la mañana acudirán a Moralzarzal, donde asistirán a una corrida de toros aunque sin muerte. Después irán a la Casa de Campo donde se desplegará una bandera de 100 por 60 metros. Aunque a priori estaba previsto hacer paellas en la Casa de Campo, al no ser posible dada la normativa en esta época del año, irán al Parque Madrid Río, donde, ahora sí, Haifeng y sus compañeros de empresa podrán deleitarse de diversas paellas, acompañadas de jarras de sangría.

El sábado por la tarde, tras asistir a Toledo y al Palacio Real los que no fueron el jueves, está previsto que por la tarde puedan tener tiempo libre. Tiempo que disfrutarán yendo de compras. Al parecer harán parada en El Corte Inglés. Según varios empleados consultados por este periódico, «aunque al principio se habló de Castellana y de Serrano, nos han informado de que irán al de Castellana». No está previsto que les abran los grandes almacenes fuera del horario habitual, donde, por cierto, les atenderán en chino, no tanto porque se haga un refuerzo sino porque se traslade a esta galería a los que lo hablan para dicha cita. Ayer «ya se notaba la presencia de más clientes chinos, pero no sé si del grupo», afirmaba una dependienta.

Tras realizar las últimas compras, al día siguiente irán rumbo a Barcelona. Para ello, ya tienen cerrados «cuatro AVE» que han copado, precisan desde la agencia. Tras visitar la Basílica de la Sagrada Familia, Pedrera, el Museo Nacional de Arte de Cataluña y Casa Mila, volverán a tener tiempo para ir de compras. El lunes 9 de mayo está programado que vayan por la mañana al «outlet» de Roca Village, así como a la tienda de fútbol del Club de Barcelona, donde otros grupos irán también al día siguiente.

Después concluirá este viaje en el que el magnate Li Jinyan ha invertido 20 millones de euros (según su hijo, siete según la agencia). Toda una aventura que ha requerido una logística a gran escala, con la reserva de 1.650 habitaciones de hotel, la gestión de 70 autobuses de gran tamaño y la contratación de AVE completos y aviones. El viaje ha sido para celebrar el 21 aniversario del Grupo Tiens. Pero no es el único viaje que ha regalado esta compañía a sus empleados. El año pasado fueron a Francia. El próximo... aún es pronto para saberlo. Por cierto, que si moviéramos al revés las agujas del reloj, y retrocediésemos al menos tres décadas, algunas compañías, como Central Hispano, ya ofrecían a los empleados la posibilidad de un apartamento en la sierra madrileña para pasar el mes de vacaciones.