Demografía

En 2031 habrá un 46% más de mujeres mayores solas

En 1981, el 19% de las señoras de más de 65 años vivía en hogares unipersonales. Hoy lo hace casi el 30% , frente al 12,6% de varones.

Foto: Cipriano Pastrano
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En 1981, el 19% de las señoras de más de 65 años vivía en hogares unipersonales. Hoy lo hace casi el 30% , frente al 12,6% de varones.

Marta Fernández lleva más de una década y media viviendo sola. «Desde que me separé en el año 2001. Mi marido me dejó en la calle con 20 euros en el banco». Marta, por suerte, no se siente sola. «Cuando de verdad lo estaba era cuando estaba casada, porque con mi ex siempre me sentía sola. Era un talibán, con él no hablabas en todo el día. Si tenía un problema no tenía a quién contárselo», recuerda.

Su voz jovial no delata su edad, 72 años, ni lo activa que es. «Tres o cuatro días parada en casa no aguanto, pero dos sí y tan a gusto». Algo que hace los fines de semana, porque todas las mañanas de lunes a viernes las tiene ocupadas. Cuando se jubiló «me metí a hacer voluntariado». Acompaña a personas «con Párkinson y a chavales con enfermedad mental y de régimen abierto». También asiste a tertulias literarias.

«Lo mejor de vivir sola es hacer lo que uno quiere. Si quiero ver una peli, lo hago y encima elijo lo que quiero ver. Si no me apetece cocinar, me hago un sándwich y así no ensucio, salvo los fines de semana que viene mi hija con su marido y mis nietos a comer. Mi otro hijo vive en Francia».

«Lo peor de vivir sola... no poderme valer un día por mí misma. No quiero ir a vivir a casa de ningún hijo, mejor que venga alguien que me pueda ayudar y ya después que me manden a una residencia, pero cuando esté tan mal que no sepa ni dónde estoy».

Como Marta, cada vez más personas viven solas. Especialmente las mujeres: ellas viven sin compañía en un 27,2 por ciento de los casos frente a un 12,6 de los varones. Esta nueva realidad, un fenómeno demográfico creciente en nuestro país y a nivel mundial, se explica no sólo porque la esperanza de vida ha aumentado una media de cinco años a lo largo de los últimos 20 años, sino porque las mujeres somos más longevas.

En 1981, el 19 por ciento de mujeres mayores de 65 años vivían solas. Hoy, en cambio, lo hace el 28,8 por ciento. Es decir, un 51,57 por ciento más de hogares unipersonales compuesto por mujeres mayores. Y se estima que en el año 2031, habrá 1,9 millones de mujeres mayores viviendo sin compañía en España, frente a 1,3 millones que había en 2011. Es decir, un incremento del 46,15 por ciento. Ésta es una de las conclusiones del estudio «Mujeres mayores viviendo solas: los retos para la sociedad», publicado ayer por el Observatorio Social de La Caixa, y que se incluye en el dossier «Vejez y cuidados».

El informe constata, a su vez, que las mujeres mayores sin hijos, independientemente de su estado civil, tienen más probabilidades de vivir solas. En concreto, el 38,3 por ciento viven sin compañía, frente a un 26,4% que ha tenido descendencia. Es decir, un 11,9 por ciento más. Y aunque Marta, con dos hijos, vive sin compañía, lo cierto es que tener más hijos hace, lógicamente, que sea menos probable esta realidad, según los autores del estudio elaborado por David Reher y Miguel Requena, catedráticos de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid y de la UNED, respectivamente.

El informe incluye a su vez un artículo sobre «Los nuevos cuidadores» en el que se analizan los cambios en los patrones de los hogares, así como el rol y las necesidades de los nuevos cuidadores en aquellos hogares en los que viven dos personas mayores. Este estudio expone que hasta los 65 años existen muchas más mujeres cuidadoras que hombres, pero las diferencias disminuyen con la edad. Así, a partir de los 80 años, el patrón, curiosamente, se invierte. En concreto, hay 27.900 hombres cuidadores por 20.300 mujeres en los hogares compuestos por dos personas.

Los autores de este estudio –Antonio Abellán, Alba Ayala y Julio Pérez, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), así como por Rogelio Pujol, del Instituto Nacional de Estadística (INE), y Gerdt Sundström, de la Universidad de Jönköping, en Suecia–, explican que esto tiene que ver con que aunque las mujeres viven más de promedio, lo cierto es que necesitan más ayuda para las actividades diarias que los hombres. El informe también hace hincapié en la necesidad de crear programas de apoyo a los cuidadores informales.