Incendios
España se quema: hasta agosto ha ardido un 10% más que en 2024
Más de 1.500 desalojados en León y Zamora. Desastre paisajístico en Las Médulas, que ha acabado con castaños centenarios y viviendas. En Galicia, «la intencionalidad es clarísima», dice la Xunta
Los incendios desgarran España. Hasta el pasado día 3, el fuego ha quemado un 9% más de terreno que en el mismo periodo de 2024, hasta un total de 39.155 hectáreas. Y eso, teniendo en cuenta que estos datos no incluyen los que se han producido en los últimos días, y cuyos graves efectos se dejan sentir en comunidades como Galicia o Castilla y León, entre otras.
Según los datos del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), un total de 14 de los 4.735 siniestros registrados han sido grandes incendios forestales (aquellos que afectan a más de 500 hectáreas). Por zonas geográficas, el 39,96% de los fuegos se han producido en el noroeste del país; el 24,44%, en el Mediterráneo; el 35,27%, en las comunidades interiores y el 0,34%, en Canarias, informa Ep.
La tragedia provocada por el incendio declarado el sábado en la localidad de Yeres y que ha afectado al espacio natural de Las Médulas, catalogado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad en 1997 y corazón turístico de la comarca leonesa de El Bierzo, ha conmocionado a sus vecinos. Aunque las minas de oro romanas (las más importantes del Imperio romano a cielo abierto) no han sido dañadas, sí se ha perdido un tesoro paisajístico de valor incalculable: sus famosos castaños centenarios.
Pedro, vecino de Orellán, asegura a Efe que la tragedia es insoportable, y lamentó que se haya dejado quemar este patrimonio. «Que no vengan a sacarse la foto», dice con rabia porque ha perdido su hostal, «en el corazón de Las Médulas». Ahora, su mujer Isabel asegura que ese corazón ha dejado de latir. «Hablan de sostenibilidad pero nos han dejado arder», dice.
Entre los daños materiales también figuran el aula didáctica de la Junta sobre el Monumento Natural de Las Médulas, que ha quedado destruida, así como cinco viviendas de la localidad, naves agrícolas y gallineros. Así lo ha explicado el consejero de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones.
El incendio de Yeres (León) mantiene evacuados a los vecinos de esta localidad, y de Voces, Carucero y Orellán, a los que se suman los de Llamas de La Cabrera y Santalavilla, con más de 700 desalojados.
El consejero ha informado de que gran parte de los vecinos se han realojado en segundas viviendas o con familiares, mientras que 20 personas pasaron la noche en un polideportivo de Ponferrada.
Por otra parte, el consejero señaló el hecho de que la provincia de León ha sufrido desde el pasado sábado un total de 13 incendios, la mayoría localizados en las comarcas de El Bierzo y Laciana, algo que ha calificadi como «realmente preocupante». Aunque reconoció que algunos de ellos han sido accidentales debido a rayos, otros han sido claramente intencionados, como presuntamente sería el caso del de Yeres, donde el Seprona sigue investigando las causas.
Los dispositivos de extinción trabajaban también sin descanso en los incendios de Llamas de la Cabrera, en Benuza (León), y en el de Fasgar, perteneciente al Ayuntamiento de Murias de Paredes, también en León.
Mientras tanto, en Zamora el viento ha obligado a evacuar por segunda vez a los vecinos de Congosta y a confinar a los de Ayoó de Vidriales por el incendio de Molezuelas de la Carballeda, después de que el domingo fueran desalojados 850 vecinos de cuatro pueblos.
En Cubo de Benavente, al norte de la provincia de Zamora, de poco más de un centenar de vecinos y que en verano duplica su población, se han quemado parte de las dependencias de dos viviendas y en otras el tejado de paja, además de casas deshabitadas, y ha habido daños en naves. Una vecina, Almudena Bresme, mostró su pesar porque «ha ardido bastante el pueblo». El fuego, que se declaró el domingo, ha quemado hasta ahora unas 3.500 hectáreas.
El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, ha aseverado este lunes que Galicia ayudará en todo lo que pueda a Castilla y León en la lucha contra los incendios, en respuesta a la petición de apoyo realizada por la comunidad vecina, aunque la gallega también tiene una situación complicada frente al fuego. Rueda afirmó además que se está comprobando que en los grandes incendios que se han desatado en Galicia «la intencionalidad está clarísima».
El fuego de Chandrexa de Queixa (Orense), parroquia de Requeixo, que continúa sin control tras comenzar el pasado viernes, arrasa ya más de 1.000 hectáreas, el mayor del año en la comunidad. También en Orense permanece activo un fuego en Vilariño de Conso, parroquia de Mormentelos, declarado el domingo, que ha quemado 120 hectáreas.
Además, los Servicios de Extinción de Incendios Forestales de Andalucía (Plan Infoca) trabajan en un nuevo incendio forestal declarado en el municipio gaditano de Tarifa, en concreto, en el paraje Sierra de la Plata. El fuego se produce apenas dos días después de que se diera por extinguido el que se inició el pasado 5 de agosto en el paraje de La Peña, que afectó a una superficie de 283 hectáreas y que obligó al desalojo preventivo de unas 1.500 personas y 5.000 vehículos.
Criterios de prevención
La organización Greenpeace ha pedido al Gobierno que apruebe de manera urgente el Real Decreto para establecer criterios comunes en los planes anuales de las comunidades para la prevención, vigilancia y extinción de incendios forestales y que está en tramitación. Además, la ONG insiste en la necesidad de que las regiones sigan avanzando en el cumplimiento de la normativa en las Zonas de Alto Riesgo de Incendios (ZARI) y en velar por el cumplimiento de los planes preventivos (Ley de Montes) y de emergencia local (Directriz básica de protección civil), con los recursos necesarios para ello, informa Ep.
La organización también recuerda que el territorio español ya sufre los impactos del cambio climático: mayores temperaturas y sequías agravadas provocan que los bosques "estén fuera de su rango climático". Estos tienen una aridez extrema y son más susceptibles de arder, es decir, el cambio climático no origina los incendios, pero "los agrava y los convierte en episodios más frecuentes, intensos y difíciles de controlar".
La ingeniera técnica forestal y responsable de la campaña de incendios en Greenpeace, Mónica Parrilla de Diego, subraya que los incendios forestales son un "problema social y ambiental" y que la gestión forestal será la "clave" para reducir la intensidad de estos incendios.