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Los expertos lo dejan claro: cómo lavar las toallas de baño para evitar infecciones y con qué frecuencia

Aunque parezcan “limpias” tras secarte, las toallas crean el entorno perfecto para bacterias y hongos. Esta experta explica cada cuánto lavarlas y cómo hacerlo bien

Los expertos lo dejan claro: cómo lavar las toallas de baño para evitar infecciones y con qué frecuencia
Los expertos lo dejan claro: cómo lavar las toallas de baño para evitar infecciones y con qué frecuenciaUnsplash

Después de la ducha, la toalla queda húmeda y tibia. Al secarnos, dejamos células muertas y restos de sebo: justo lo que necesitan los microorganismos para multiplicarse. Si además la toalla tarda en secar o se queda hecha un ovillo, el crecimiento se acelera y aparece el típico olor a “cerrado”.

El veredicto que resume la bióloga y creadora de contenidos conocida como @unacordobessa, es simple: lava la toalla cada 2–3 usos. Si una semana viene cargada y necesitas estirar un poco, que no pase de 7 días. En hogares con humedad alta, piel sensible o tras entrenamiento intenso, conviene acortar los plazos.

Cómo lavarlas (y a qué temperatura)

Para cortar de raíz la proliferación microbiana, lava a más de 60 °C siempre que la etiqueta lo permita. Usa la dosis correcta de detergente (el exceso deja residuo y rigidez) y, si la marca lo admite, un ciclo con oxígeno activo ayuda con el olor persistente. Sécalas por completo: secadora o tendedero en lugar ventilado hasta que no quede nada de humedad.

Señales de que debes cambiarla antes

Si huele aunque esté “reciente”, si la notas húmeda al colgarla o áspera con zonas amarillentas, es momento de lavarla ya. También cambia la toalla antes si has estado enferma, tienes cortes en la piel o brotes de acné/foliculitis.

Cómo alargar la frescura entre lavados

Extiéndelas abiertas (no dobladas) justo después de usarlas, alterna dos toallas por persona para que una se seque del todo, ventila el baño y evita dejarlas sobre el radiador si no hay circulación de aire (resecan y fijan olores). Un gancho o barra individual por usuario reduce la “contaminación cruzada”.

¿Y las toallas de manos y de gimnasio?

Las de manos, por el alto tránsito, cámbialas cada 1–2 días. Las de entrenamiento -con sudor y contacto con superficies- a cada uso, directo al cubo de la ropa.