
Cataluña
Hallan una «letrina» de hienas de hace un millón de años
Un equipo dirigido por el Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social (IPHES) ha descubierto una letrina de coprolitos excrementos fosilizados) de hienas, con una concentración de restos de estas características muy poco frecuentes en el Pleistoceno. Según han explicado los expertos, el estudio de estos fósiles permitirá saber cómo era la alimentación de estos animales y, consecuentemente, cuál era el entorno que acogió las sociedades homínidas que hace sobre un millón de años vivieron en aquel lugar, concretamente en el yacimiento que hoy se conoce como La Mina, en el Barranc de la Boella (Tarragona).
La codirectora de la excavación, Palmira Saladié, ha manifestado que este tipo de heces "son unas buenas trampas para capturar y conservar el polen y, por tanto, los datos que se puedan obtener después el laboratorio de Arqueobotánica de nuestro instituto serán muy buenos para saber cómo era el paisaje y el clima de hace un millón de años". De este trabajo se ocuparán los palinólogos Isabel Expósito y Francisco Burjachs, ambos también del IPHES.
Los mismos coprolitos son unos buenos instrumentos para saber cómo era la conducta de las hienas hace un millón de años, según han explicado los científicos. "La letrina nos indica que su etología es posiblemente como la de la hiena manchada de la actualidad. Estos animales generan acumulaciones de excrementos como marcaje territorial", ha apuntado Saladié. En el mismo yacimiento, en La Mina, el equipo ha descubierto una importante colección de industria lítica, tanto las pequeñas astillas, como los guijarros que fueron usados como materia prima para elaborar las herramientas de piedra. Son sobre una cincuentena de piezas muy bien conservadas, hechas sobre sílex. "Todo esto nos aportará muchos datos sobre la cultura de las primeras poblaciones humanas de Cataluña ampliando lo que ya sabíamos por las campañas anteriores", ha añadido.
Muchos recursos
A la espera del estudio en laboratorio de todos estos restos, la misma arqueóloga avanza que, "de entrada, esta asociación de coprolitos e industria lítica indica que existe un entorno con recursos abundantes, porque viven en un mismo espacio dos de los más grandes depredadores del Pleistoceno: los homínidos y las hienas". A esto hay que añadir, que los homínidos de hace un millón de años ya disfrutaban de buenas capacidades cognitivas, pues supieron adaptarse a un medio frecuentado también por estos animales, ya que debían estar en competición directa con estos grandes carnívoros, según ha comentado Saladié.
En esta línea, Antonio Pineda, arqueólogo y miembro del equipo que excava en el Barranc de la Boella, está elaborando un artículo científico en el que insiste en esta coexistencia homínida con otros grandes depredadores. Además de las hienas, cabe destacar la presencia de grandes felinos.
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