Pediatría

Mi hijo ronca. ¿Cuándo debo preocuparme?

Las consecuencias de los ronquidos pueden afectar a su corazón o sus pulmones, así como repercutir en el sistema metabólico

Un niño durmiendo, en una imagen de archivo
Un niño durmiendo, en una imagen de archivoLa Razón

El ronquido es un sonido provocado por la vibración de los tejidos en la garganta durante el sueño. Esta vibración ocurre cuando el flujo de aire que entra y sale de la nariz y la boca se encuentra con los tejidos relajados en la parte posterior de la garganta, lo que produce un sonido característico y ronco.

El ronquido, en sí mismo, no es una patología grave, pero es una manifestación de otros problemas que provocan el estrechamiento de las vías respiratorias. Por eso se produce sobre todo en personas mayores, como consecuencia de factores como la obesidad, el consumo de alcohol, el tabaquismo, la congestión nasal o la apnea del sueño.

Ronquidos preocupantes

Cuando es un niño el que ronca hay que estar especialmente atentos porque las consecuencias de los ronquidos pueden afectar a su corazón o sus pulmones, así como repercutir en el sistema metabólico o, incluso, provocar problemas de comportamiento y aprendizaje, además de dificultar su descanso.

En cuanto a los motivos, “una de las causas más frecuentes del ronquido en niños es tener unas amígdalas (anginas) y unas adenoides (vegetaciones) más grandes de lo normal, lo que se conoce como hipertrofia”, señala el doctor Jorge Alfaro, especialista en otorrinolaringología pediátrica en el Hospital Quirónsalud Zaragoza. Esta patología, que también puede estar relacionada con alguna malformación del paladar o de la mandíbula, con enfermedades neuromusculares o con el sobrepeso, provoca una respiración bucal ruidosa.

Cuando el niño ronca durante unos días porque está acatarrado o porque tiene una infección en las vías respiratorias, el asunto no tiene importancia. Pero si el ronquido se prolonga durante un tiempo inhabitual, es recomendable acudir al pediatra porque lo primero que hay que descartar es que tenga apneas, es decir, que haga pausas al respirar, en cuyo caso puede tratarse del Síndrome de Apnea-Hipopnea del Sueño (SAHS), un trastorno del sueño común en el que la respiración se interrumpe repetidamente durante la noche debido a una obstrucción parcial o total de las vías respiratorias.

El SAHS puede ser una afección grave si no se trata, ya que puede aumentar el riesgo de enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, diabetes y otros problemas de salud.

Ahora bien, el ronquido es un síntoma común de SAHS, pero no todas las personas que roncan tienen SAHS.

Qué hacer

Si un niño ronca, los padres deben estar muy pendientes para percibir los detalles. “Hay que acercarse a él mientras duerme y examinarlo para comprobar si en su respiración se producen paradas fácilmente perceptibles. Si se interrumpe la respiración durante más de diez segundos y repite esas interrupciones en varias ocasiones durante más de una hora hay que acudir al otorrino para determinar cuáles son las causas y precisar la severidad del problema mediante la realización de pruebas de sueño”, indica el Dr. Alfaro.

Si el problema es, efectivamente, grave, la solución pasa por tratar de recuperar el espacio en las vías respiratorias y desobstruir las trompas de Eustaquio, el canal que conecta el oído medio con la parte trasera de la nariz y la garganta.

“Hay que tener en cuenta que las vegetaciones son una dolencia prácticamente presente solo en la infancia, porque en los adultos este tejido ya se ha retraído hasta casi desaparecer”, explica el especialista del Hospital Quirónsalud Zaragoza. Por tanto, si la causa del ronquido se debe a un problema de adenoides, conviene extirpar las vegetaciones que la provocan. Igual sucede con las anginas, que también se inflaman más en los niños que en los adultos, pero en este caso en la actualidad es posible resolver el problema sin acudir a la extirpación, sino mediante la reducción amigdalar con láser CO2, una técnica que se realiza en algunos centros hospitalarios en la que no se elimina la amígdala por completo y no se dan puntos, por lo que el postoperatorio es muy rápido, poco doloroso y los resultados se ven a corto plazo.

Otra técnica que se está empezando a utilizar para dilatar la trompa de Eustaquio es la introducción de un pequeño balón que se mantiene en el interior de la cavidad durante unos dos minutos y la dilata para facilitar la circulación del aire.