Un mes de la DANA mortal
Instantes de una tragedia medioambiental
El fotógrafo Pedro Armestre ha documentado para Greenpeace el impacto de la DANA en la naturaleza
Cuesta creer que, a estas alturas, todavía haya quienes no se creen «esto del cambio climático». En las últimas décadas, hemos experimentado modificaciones drásticas en nuestro clima que han alcanzado su clímax con la DANA mortal que ha dejado más de 200 fallecidos solo en Valencia. Por este motivo, diversas plataformas han urgido a la concienciación, tanto política como social, para alertar de que esto es solo el comienzo y que, si no se toman medidas serias para combatirlo, la situación empeorará.
Uno de los últimos trabajos para denunciar las terribles consecuencias del cambio climático es la crónica fotográfica que Pedro Armestre ha realizado para la organización ecologista Greenpeace. A través de su mirada medioambiental, ha capturado al detalle los devastadores efectos de la DANA. Así, ha retratado diversos puntos afectados, como los arrozales del Parque Natural de la Albufera de Valencia, que han desaparecido o quedado gravemente dañados, o cómo han sido arrasados los puentes que atravesaban el ya popular Barranco del Poyo, uno de los lugares más castigados.
Según Greenpeace, los fenómenos meteorológicos extremos, como los que acabamos de vivir, «se agravarán con cada aumento progresivo de la temperatura media global». Y es que, como subraya la ONG, desde la era preindustrial, la temperatura media ha aumentado ya 1,11 grados. «Los siete años transcurridos desde 2015 son los más cálidos de los que se tienen datos, y la década de 2011 a 2020 fue la más sofocante jamás registrada». Si no se toman medidas, el aumento podría llegar a los 4,8 grados a finales de siglo.
¿Las consecuencias? Podemos comprobarlo en las instantáneas que ilustran estas páginas: viviendas arrasadas por el agua en la calle Almassereta, en Picaña o los vertidos de hidrocarburos procedentes de los vehículos arrastrados por la riada. Como señalan desde Greenpeace, la pérdida de biodiversidad «también se encuentra detrás de lo que está ocurriendo. Por eso, restaurar la naturaleza es clave para protegernos frente a eventos extremos». «Negar la crisis climática es condenarnos a las peores consecuencias», señala María José Caballero, portavoz de la asociación ecologista.
Sin embargo, los primeros en no parecer conscientes de la urgencia de la situación son los mandatarios mundiales, quienes volvieron a evidenciar sus discrepancias (y falta de acuerdo) sobre cómo abordarla en la reciente Cumbre del Clima de Bakú. Llegan tarde. Observen detenidamente las fotos de Pedro Armestre y juzguen ustedes mismos.
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