Crisis medioambiental
Las «lágrimas» de pélets que inundan las playas de España
La crisis de los microplásticos en Galicia tras el vertido del Toconao ha destapado la realidad que viven muchas otras playas desde hace décadas. En Denia, una artista hace obras de arte con las bolitas que recoge cada día
Hay quien llora, sí. Y no es una exageración. Muchas personas miran con preocupación y mal pronóstico el vertido de pélets del Toconao ya que saben que esos microplásticos que algunos denominan «lágrimas de sirena» seguirán llegando a las playas gallegas durante meses y las diminutas bolas inundarán durante décadas las playas.
Y lo saben porque en otros puntos de España llevan arrastrando esta crisis medioambiental desde hace décadas. Es más, seguramente, usted mismo, cuando está en la playa se ha «tropezado» con ellas sin saber identificarlas.
Según el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco), una de las provincias históricamente más afectadas por estos plásticos diminutos es Tarragona y en concreto la playa de La Pineda. Hasta allí llegan los pélets provenientes de vertidos del complejo petroquímico de esta localidad catalana. Otros de los puntos afectados son Canarias, la costa de Levante y las islas Baleares.
Según el Miteco, en 2022, tanto en primavera como en otoño, «las partículas más frecuentes teniendo en cuenta el conjunto de playas fueron los fragmentos, siendo el segundo tipo más frecuente las partículas de poliespán y el tercero los pélets». Ese año, se muestrearon 17 playas en primavera y en otoño, procesándose un total de 170 muestras, con una abundancia media de 37 partículas por kg en primavera y 16 en otoño.
«La máxima concentración de microplásticos en primavera se detectó en la demarcación canaria, siendo la del levantino-balear la que presentó la máxima concentración en otoño». También aclaran que «respecto a la presencia de pélets, a diferencia de otros años, no se ha detectado una presencia masiva en ninguna playa, si bien se mantiene la presencia en Itzurun (País Vasco), La Pineda (Tarragona), Famara y Lambra (ambas playas en Lanzarote),
que son precisamente las cuatro playas con mayores concentraciones desde un punto de vista histórico».
En el Levante español, en concreto en Denia, Alicante, nos encontramos con Jeane, una brasileña residente desde hace tres décadas en esta localidad. Ella lleva recogiendo pélets de las playas de esta costa levantina desde años. «Todo comenzó después del temporal Gloria que trajo fuertes lluvias y gran oleaje en todo el litoral. Con las fuertes mareas comenzaron a llegar grandes cantidades de pélets. Nadie sabe de dónde provienen, lo más probable de buques que los transportan o de fábricas. Pero no pude quedarme de brazos cruzados y comencé a recogerlos por mi cuenta», dice.
Más tarde, creó el Movimiento Cultura Sostenible, al que se sumaron más voluntarios que desde entonces, cada uno por su cuenta, van recogiendo la basura que contamina la playa, especialmente colillas y pélets. «Hacemos lo que podemos, sacamos tiempo de dónde no lo hay para salir a limpiar. Luego, en un local, hacemos separación de la basura y lo clasificamos. Es terrible, estamos encontrando residuos contaminantes de los años 70 y 80. Ya hemos almacenado un millón de colillas y varios kilos de pélets», detalla.
Tal es su compromiso con el medioambiente que se le saltan las lágrimas cuando habla de lo ocurrido en Galicia: «Es terrible, pocos son conscientes del futuro que le espera a esas playas. Yo, si pudiera, me desplazaría hasta allí, lo malo es que no hay medios e ir bolita a bolita es una tarea agotadora y poco productiva».
De hecho, ella, para llamar la atención sobre este problema que no solo afecta a Galicia, ha decidido echar mano de su creatividad (es artista profesional) especializada en retratos y ha realizado retratos efímeros en la Playa del Raset con restos de pélets. «No quiero ofender a nadie, solo pedir compromiso a los políticos, que son los que pueden hacer algo. Poner medios para limpiar nuestras playas».
Máquinas coladoras
Ella ha presentado varios proyectos en el Ayuntamiento de Denia y a varias empresas: «El concejal de cultura, por ejemplo, ha dicho que nos facilitará un local». Pero el tema de las empresas es más complicado porque esto no es algo lucrativo y cuesta que se involucren».
Jeane apunta a las máquinas coladoras como le mejor opción para eliminar estos microplásticos. Eso sí, hay que limpiar a una profundidad de 40 centímetros «porque las bolitas se van hundiendo y cuando la gente las pisa se quedan en el fondo. Hay que hacerlo con urgencia porque cuanto más tiempo estén ahí, la naturaleza más absorberá sus toxinas. Además, con el calor se reducen de tamaño y entonces sí que es imposible localizarlas», dice.
De momento, esta alicantina de adopción acude cada día a la playa con botes y pinzas de depilar, «es lo más efectivo», confiesa. Eso sí, tras más de cuatro o cinco horas peinando el arenal, no se hace con más de 40 bolitas. «Es desesperante, pero me duele ver cómo la maravillosa naturaleza que tiene España se ensucia por estos vertidos». Además, Jeane advierte de que el océano Atlántico no es tan calmado como el mar Mediterráneo «y por ello debemos asumir que los pélets seguirán llegando durante mucho tiempo. Es una desgracia», concluye.
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