Las secuelas en el menor

–¿Cómo vive un menor una situación de sustracción como esta?

–Depende de las características del menor, pero se trata de un acto muy lesivo toda vez que se le priva de un progenitor, al que tiene derecho. El padre que sustrae al niño ignora sus necesidades, sus derechos, lo que puede impactarle negativamente desde el punto de vista psicológico, dando lugar a un daño emocional irreversible.

–¿Qué papel juega el padre en la educación y el desarrollo de un niño?

–En la actualidad los roles de ambos progenitores tienden a mostrar más simetría. El padre es esencial en el desarrollo afectivo y de la personalidad en su conjunto, referencia de autoridad democrática. En suma, es fundamental en la educación –cada vez más, dado el nuevo papel que empieza a desempeñar– como figura impulsora de despliegue emocional y equilibrio psíquico del menor.

–¿El secuestro parental puede tener secuelas de por vida en los menores?

–Sin duda, sí, pero habrá que valorar cada caso. Hay que pensar en el miedo, la inseguridad, los problemas de autoestima, la ansiedad, la dependencia emocional del menor respecto al progenitor con el que vive.

–¿Cómo puede afectar a un menor que le alejen de su familia extensa, del lugar en el que nació?

–Nos hallamos ante una violación de los derechos del niño, y puede generar, miedos, inseguridad, infravaloración, dependencia patológica del menor del progenitor que lo ha sustraído, desequilibrio psicológico, enorme confusión, etc.

– Tras largos años alejado de su progenitor, ¿cómo puede ser ese reencuentro? ¿cómo deben abordar la situación los padres?

Se han de tener en cuenta los requerimientos del menor. Hay que habilitar espacios y establecer pautas para el encuentro, de modo progresivo. Es básico construir un clima de confianza, en el que tengan cabida los demás miembros de la familia, pero dando tiempo al tiempo y brindando referencias positivas para que el niño pueda conquistar grados de seguridad.

*Doctor en Psicología y en Pedagogía