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Investigación

Un nuevo enfoque en cánceres de mama agresivos logra una supervivencia a 3 años del 100%

Los investigadores añadieron quimioterapia y un fármaco antineoplásico con un intervalo de 48 horas antes de la cirugía en 32 pacientes

El riesgo de aparición esporádica de un cáncer genético de mama se eleva en casos donde hay una historia familiar positiva de cáncer de mama y/o ovario Damian DovarganesAP

Las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 son la causa más común de cáncer de mama y ovario hereditario. Éstos se encargan de sintetizar proteínas capaces de reparar lesiones en el ADN celular (proteínas supresoras de tumores), por lo que los fallos en sus copias impiden la reparación de alteraciones en el material genético celular, aumentando con ello la posibilidad de que ocurra una transformación tumoral de la célula dañada.

Aunque la aparición esporádica de un cáncer genético de mama es muy baja, se eleva considerablemente su incidencia cuando se asocia a una historia familiar positiva de cáncer de mama y/o ovario, a la aparición de la tumoración en edades tempranas (menos de 40 años), a la existencia de antecedentes familiares de cáncer de mama en varón, presencia de cáncer de mama y ovario en la misma paciente, o la presencia de cáncer de mama con fenotipo triple negativo.

Los tumores con copias defectuosas de los genes BRCA1 y BRCA2 son difíciles de tratar y salieron a la luz pública cuando la actriz Angelina Jolie, portadora del gen BRCA1, se sometió a una mastectomía doble preventiva en 2013.

El tratamiento estándar actual busca reducir el tamaño del tumor mediante quimioterapia e inmunoterapia, antes de extirparlo quirúrgicamente. Los primeros tres años después de la cirugía son un período crítico, con el mayor riesgo de recaída o muerte.

Sin embargo, ahora, investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido) han descubierto un nuevo enfoque de tratamiento que mejora significativamente las tasas de supervivencia de las pacientes con cánceres de mama hereditarios agresivos.

El ensayo Partner, publicado en Nature Communications, evidenció que añadir dos innovaciones al tratamiento estandar, quimioterapia preoperatoria y olaparib (un medicamento oral antineoplásico que ya está disponible en el National Health Service-NHS- de Reino Unido), hizo que el 100% de las pacientes sobrevivieran tres años después de la cirugía.

Los resultados muestran, además, que dejar un "intervalo" de 48 horas entre la quimioterapia y el olaparib conduce a mejores resultados, posiblemente porque la médula ósea del paciente tiene tiempo de recuperarse de la quimioterapia, mientras que deja las células tumorales susceptibles al fármaco objetivo, señalaron los investigadores.

De los 39 pacientes que recibieron quimioterapia seguida de olaparib, sólo una recayó tres años después de la cirugía, y el100% sobrevivieron. En comparación, la tasa de supervivencia del grupo control fue del 88% tres años después de la cirugía. De los 45 pacientes del grupo de control que recibieron solo quimioterapia, nueve recayeron, seis de los cuales fallecieron.

Los hallazgos tienen el potencial de aplicarse a otros tipos de cáncer causados por copias defectuosas de genes BRCA, como algunos cánceres de ovario, próstata y páncreas.

"Es inusual obtener una tasa de supervivencia del 100 % en un estudio como este, y para estos tipos de cáncer tan agresivos. Estamos sumamente entusiasmados con el potencial de este nuevo enfoque, ya que es crucial que encontremos una manera de tratar y, con suerte, curar a los pacientes diagnosticados con cánceres relacionados con BRCA1 y BRCA2", destaco el profesor Jean Abraham, consultor y líder del ensayo en el Hospital de Addenbrooke (parte del Cambridge University Hospitals), según recoge Ep.

"El ensayo Partner destaca la importancia de detectar y tratar el cáncer en sus etapas iniciales, así como el valor de la ciencia innovadora para fundamentar el diseño de ensayos clínicos, en este caso utilizando células madre de médula ósea para identificar la pauta de combinación en intervalos. Si bien los hallazgos deben validarse en un estudio más amplio, son sumamente prometedores y tienen el potencial de transformar los resultados para las poblaciones de pacientes con necesidades clínicas no cubiertas", señaló Mark O'Connor, científico jefe de I+D en Oncología Temprana de AstraZeneca.