Adiós a Francisco
Una marea de españoles acude a velar al pontífice: «Queremos un Papa como lo era Francisco»
Esperan que se respete el deseo del Papa y sea enterrado de forma sencilla y solemne
Juana Alcántara vino desde Madrid con su hija Elisa y llegó ayer mismo a Roma porque quieren despedir a Francisco: «Solo vamos a entrar a darle un beso y a agradecerle todo lo que ha hecho y mañana nos volvemos». Juana ha vivido varios papados, pero ayer pasó algo durante el vuelo: se emocionó al contar que en el avión de Madrid a Roma venía «¡casi un colegio entero!» que gritaba «¡hemos perdido a nuestro Papa!». Tampoco es la primera vez que Juana vive la muerte de un Papa: «Cuando murió Juan XXIII, me pilló aquí porque estaba en mi viaje de novios y como conocía a unas religiosas estuvimos en un sitio especial en una tribuna». Juana hace un alto en el camino y se pone seria. Espera que el funeral no tenga pompa e imagina que así lo marcó Francisco, pero desconfía de que se haya respetado esa sencillez. «¡Con la Iglesia hemos topado!», exclama. Su único deseo es entrar a verlo en su ataúd para agradecerle todo lo que ha conseguido. «Ha sido para él una gran lucha que en muchos momentos ha debido de tener sombras y sin embargo ha seguido buscando la luz todo lo que ha podido», comenta. Madre e hija desean que sea un funeral entrañable, aunque sea un funeral de Estado.
Manuel Piñeiro de Toledo vino acompañado de I Mahmoudi, de origen árabe. Ayer por la mañana llegaron a Roma. Cuando se enteraron de la noticia de la muerte del Papa, Manuel decidió reservar el vuelo y aterrizar lo antes posible porque querían vivir un momento histórico. Se quedarán hasta el martes para experimentar todo lo que sucederá en torno a los funerales de Francisco. Manuel no es especialmente practicante de la religión católica y su compañera que es musulmana aclara: «Aun siendo musulmana me ha dado pena que se haya muerto porque es una muy buena persona. He seguido al Papa Francisco porque me caía muy bien, porque era una persona de paz, que quería detener las guerras». Nunca han seguido un funeral papal, pero Manuel piensa que será un acto muy pomposo y que conservarán una tradición de siglos: «Repicarán las campanas y se escucharán los cantos gregorianos. Será un espectáculo digno de ver porque estarán todos los de la curia». No obstante, vio el funeral de Benedicto XVI y cree que este será distinto. «Queremos que el siguiente Papa sea o como Juan Pablo II o como Francisco, mejor que como Benedicto XVI, que esté más cerca de la gente más llana y de los pobres. El Papa Benedicto XVI marcaba más distancias con el pueblo llano y no es porque fuera alemán porque Juan Pablo II era polaco y era cercano. Juan XXIII también me gustaba», explica.
De la familia Aguilar Gallardo del pueblo Martín de la Jara, el último pueblo de la provincia de Sevilla colindante con Málaga, llegaron tres hermanas y dos sobrinas el lunes, su viaje ya estaba organizado. «Adivinas no somos para haberlo planificado justo cuando el Papa Francisco muriera. Nos enteramos al aterrizar que había fallecido. Sabemos que vamos a vivir un momento histórico y que se lo contaremos a nuestros nietos. El miércoles no conseguimos entrar, fuimos a los Museos Vaticanos pero no pudimos entrar a la basílica, era imposible», explican. Pero a pesar de no haber podido ver de cerca el ataúd con los restos del Papa ya han visto imágenes: «Algunas de nuestras primas y tías ya han pasado y nos han pasado un video». Todas a la par tienen claro que el funeral va a ser muy sencillo, habrá mucha más afluencia de gente porque él era un Papa muy cercano, que hablaba con el pueblo. También opinan que estará más festejado, aunque habrá un protocolo, no piensan que será un acto como se ve en las películas. «Creemos que él ha dejado escrito que su funeral no sea tan rimbombante, sino una cosa más solemne, y creemos que el pueblo lo va a arropar mucho», señalan. Todas opinan que deberían respetar su voluntad al haber sido un Santo Padre pero dicen: «Lo que pasa es que aquí primará la política, pero a lo mejor va a ser un fifty – fifty». Las hermanas y las sobrinas se han ido poco a poco enterando «porque nos han dicho» que el próximo Papa será de la rama de Benedicto y que posiblemente será Filipino. «A nosotras definitivamente nos gustaría que fuera como lo era el Papa Francisco», piden.
Leyre Matas, María Matilla, Esther Escolano y Ana García son de Zamora, jóvenes que no llegan a los 20 años y están convencidas que lo que se vivirá en Roma será muy emotivo. «Va a revolucionar esto porque es una figura con mucho poder en todo el mundo, como se puede ver aquí ahora mismo lleno de gente. Han venido millones de personas. Hay muchísima policía y lo harán a lo grande», esperan. «El Papa Francisco nos ha gustado porque se le veía muy humilde, parecía bueno, era todo lo contrario a los anteriores», comenta una de ellas. «No queremos que se vuelva a lo anterior. Que sea más liberal porque si no sería un retroceso. Se está mejor ahora», aseguran.
Diana Pérez, que lleva en brazos a su niño Leo, vino a Roma con su padre, Pedro Pérez, con su madre, Pilar Fernández, y su marido, Diego Calero, desde Cuenca. Comentan que les anularon algunas visitas que tenían programadas. «Nos dijeron que por respeto no las podrían hacer», así que decidieron ir a despedirse del Papa y ver la Basílica de San Pedro. En cuanto al funeral, algunos confían en que será sencillo y otros no tanto. Diego, el marido de Diana, destaca la importancia de estar presente en un evento histórico: «Nuestro hijo lo estudiará y dirá que ese mismo día estaba en Roma». Pilar, por su parte, quiso expresar su deseo de que el nuevo Papa sea una mezcla de Juan Pablo II, porque era una maravilla, y del Papa Francisco. «Ojalá que fuera más joven y que no sea romano. Si fuera español mejor», comenta.