Entrevista
Mariano Barbacid: “La sociedad está empezando a olvidar quién resolvió la pandemia”
La investigación preclínica ha salvado al mundo en muchas ocasiones. Pero no se reconoce. “Pregunte usted a sus amistades quien es Katalin Karikó, a ver qué le contestan”.
Mariano Barbacid es una de esas personas que te remueven por dentro cuando le conoces. Quién no tiene la suerte de tratarlo o haberlo tratado en persona, puede adentrarse en su mundo a través del documental “El camino inverso”, que analiza su trayectoria científica de 50 años. Se trata de una pieza audiovisual imprescindible para que la gente de a pie podamos entender la importancia de la investigación básica -la que se origina en un marco teórico y permanece en él-, cuyo objetivo es incrementar los conocimientos científicos pero sin contrastarlos con ningún aspecto práctico. Sin la investigación básica, la Medicina y la Ciencia no serían lo que hoy son.
¿Qué va a descubrir la gente de Mariano Barbacid en “El camino inverso”? ¿Qué significa el título?
El camino inverso hace referencia al Método Científico, un proceso reduccionista esencial para poder entender los problemas biológicos que nos interesan, en este caso el cáncer. Para ello es necesario pasar de sistemas complejos -como puede ser una pieza de un tumor eliminado quirúrgicamente- a sistemas cada vez más simples- como pueden ser un modelo experimental en ratones, una línea celular, un gen, una secuencia de ADN, etc-. Pero una vez se ha resuelto el problema en estos modelos más simples es necesario hacer un camino inverso, es decir pasar de los genes o las proteínas a líneas celulares y, de allí, a modelos experimentales para, eventualmente llegar al final del camino, es decir, poder dar el salto al mundo clínico, al paciente de cáncer. Esto significa el camino inverso.
Es complicado transmitir a la gente de pie cómo es de importante la investigación básica. ¿Cómo suele hacerlo cuando le pregunta un amigo o una persona que no es de su sector?
Depende de la persona que pregunte y de la pregunta misma. De hecho, el documental es un buen ejemplo (o al menos lo mejor que he podido hacer) de cómo intentar explicar lo que es la investigación básica, o mejor dicho preclínica, en el campo de la oncología.
Usted es crítico con la falta de fondos e incentivos a la investigación pública en España. ¿cree que se ha producido algún cambio a mejor postpandemia en este sentido?
No. En absoluto. Los niveles de inversión en Ciencia han mejorado levemente, pero aún seguimos en cifras similares a las de 2010, y eso no es suficiente. Y lo que es peor, me temo que la sociedad está empezando a olvidar quien resolvió la pandemia. Al menos el Comité Nobel ha reconocido este año el descubrimiento inicial, el que inició “el camino inverso”. Pero pregunte usted a sus amistades quien es Katalin Karikó, a ver qué le contestan.
Profundicemos en su “hijo”, el oncogen KRAS, que descubrió hace más de 40 años, y sobre el que continúa investigando hoy en día. ¿Qué supone para un paciente con cáncer de pulmón o de páncreas hoy toda la investigación a la que usted y sus equipos han dedicado su vida?
Pues la verdad, para ser sincero, no mucho. Al menos desde 2021 existen ya inhibidores selectivos gracias a un descubrimiento de hace 10 años sobre la estructura de la proteína KRAS que ha permitido a la industria farmacéutica iniciar otro camino inverso y poder diseñar estos inhibidores. Desgraciadamente, por el momento, los resultados obtenidos en la clínica están siendo bastante decepcionantes ya que, como ha demostrado el Dr. Luis Paz Ares, del Hospital 12 de Octubre, no parecen aumentar la supervivencia de los pacientes en comparación con la quimioterapia clásica. Estamos aún lejos de llegar al final del camino. Hay que seguir investigando, tanto a nivel preclínico, como clínico.
Gracias a los avances de la ciencia, muchos cánceres se han cronificado ¿llegaremos a ver este proceso también en algunos de los más mortales?
No me gusta predecir el futuro. Hoy en día, el concepto de “cronificar los tumores” está muy de moda y de hecho es algo que ya se ha conseguido en ciertos tumores hematopoyéticos y en tumores de origen endocrino como mama y próstata. A veces, se abusa un poco de esa palabra y al final tan solo se refiere a incrementar la supervivencia unos pocos años. Para mí, lo ideal, por lo que debemos de seguir luchando, es por curar el tumor como hace hoy en día la cirugía con los tumores localizados, no cronificarlos.
Algunas farmacéuticas han hablado ya de poder conseguir vacunas preventivas frente al cáncer con la tecnología del ARNm ¿le parece factible?
Veremos. El camino inverso emprendido por la Dra Kariko y por el otro laureado, el Dr. Drew Weissman, abre sin duda nuevos escenarios. El tiempo dirá. Todo lo que sean nuevas ideas y nuevas estrategias terapéuticas basadas en descubrimientos científicos solidos son muy necesarias y por lo tanto, muy bienvenidas. Es parte del futuro.
Los expertos señalan que para poder aplicar la oncología de precisión en la práctica clínica primero hace falta estandarizar el diagnóstico molecular, que no es una realidad en todos los hospitales de España. ¿Tiene alguna idea de si ese cambio será factible?
Esta es otra buena pregunta que cae más cerca de mi campo de acción. Hoy en día, el diagnóstico molecular esta ya estandarizado. Hay muchas empresas que lo hacen por un precio que, dado el beneficio que proporcionan en un porcentaje importante de casos, debería de ser asequible para nuestro sistema de salud. Además, me consta que la formación molecular de los oncólogos españoles es cada vez mejor y por lo tanto no veo ninguna razón para que el diagnóstico molecular no este estandarizado y se realice en todos los hospitales de nuestro país como hace ya tiempo que lo está en los principales hospitales de nuestra geografía. Confío en que tampoco sea un problema de financiación, porque una falta de diagnóstico molecular, al final resulta mucho más onerosa.
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