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El mejor truco para limpiar la rejilla de la barbacoa sin frotar: sin esfuerzo y en segundos
Después de una buena comida, lo último que uno quiere es pelearse con la grasa

La temporada de verano es sinónimo de barbacoa, buenas comidas al aire libre, encuentros familiares y largas sobremesas.
Pero una vez termina la fiesta, llega el momento en el que hay que limpiar la rejilla cubierta de grasa, restos de comida carbonizada y residuos imposibles de quitar.
Sin embargo, existe un truco que promete dejar la rejilla impecable en segundos, sin frotar y casi sin esfuerzo. Lo mejor es que no requiere productos químicos agresivos ni herramientas especiales.
El truco del papel de aluminio y el vapor
El método consiste en aprovechar el calor residual de la propia barbacoa para eliminar la suciedad adherida. Funciona tanto con barbacoas de carbón como de gas, y es más efectivo si se aplica justo después de cocinar, cuando la rejilla aún está caliente.
1. Justo después de apagar la barbacoa, coloca una hoja de papel de aluminio arrugada sobre la rejilla.
2. Cierra la tapa y deja que el calor acumulado actúe durante 15 a 20 minutos.
3. El vapor generado por la humedad de los alimentos, combinado con el calor y el efecto abrasivo del aluminio, afloja los residuos pegados.
4. Pasado ese tiempo, retira el aluminio (con pinzas o guantes resistentes al calor) y pasa un paño o cepillo suave. La grasa y los restos deberían salir fácilmente, sin frotar con fuerza.
La solución a los restos de la barbacoa
El calor diluye la grasa endurecida y ablanda los residuos carbonizados, mientras que el aluminio ayuda a concentrar el calor y actúa como una barrera reflectante.
Al cerrarse la tapa, se forma un entorno similar a un horno con efecto de vapor, que "cocina" los restos secos hasta despegarlos casi por completo.
Además, este método evita el uso de limpiadores químicos que pueden dejar residuos o alterar el sabor de futuras comidas.

Alternativas que también funcionan
Aunque el truco del aluminio es uno de los más efectivos y sencillos, no es el único método práctico sin frotar.
Cebolla cortada por la mitad: frotarla sobre la rejilla caliente desengrasa gracias a sus propiedades naturales.
Vinagre blanco en spray: rociar y dejar actuar unos minutos puede ayudar a aflojar la suciedad.
Remojo en bolsa hermética: si la rejilla es extraíble, dejarla en una bolsa grande con agua caliente y bicarbonato durante la noche también elimina residuos sin esfuerzo.
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