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¿Es mejor utilizar detergente líquido o en polvo en la lavadora?

Elegir el detergente adecuado puede marcar la diferencia tanto en eficacia como en eficiencia

El mejor momento del día para poner la lavadora: ahorrarás en la factura de la luz
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A la hora de lavar la ropa, elegir qué detergente utilizar se vuelve cada vez más complejo: los estantes de los supermercados se llenan de diferentes opciones y marcas, alternando fórmula tras fórmula para obtener el resultado más eficiente. Pero excluyendo las cápsulas, que son un híbrido entre polvo y gel, ¿cuál es la diferencia real entre el detergente líquido y el detergente en polvo? Vale la pena examinar atentamente sus características y usos previstos para entender cuál es mejor entre el detergente líquido o en polvo en la lavadora y poder optar por la mejor solución en función de sus necesidades.

Diferencias entre detergente líquido y detergente en polvo

La base común de todos los detergentes reside a menudo en los ingredientes activos, aunque la principal diferencia radica en su composición. Elegir el detergente adecuado puede marcar la diferencia tanto en eficacia como en eficiencia.

Los detergentes líquidos son los más delicados: se disuelven rápidamente en agua y funcionan bien incluso a bajas temperaturas, por lo que suelen ser adecuados para lavar prendas con fibras frágiles o de colores. Su uso garantiza que queden pocos residuos en la ropa y en la máquina.

Los detergentes en polvo, por el contrario, son particularmente potentes porque su composición está enriquecida con agentes blanqueadores y abrillantadores, que a menudo están ausentes en sus homólogos líquidos. Este tipo de detergente funciona mejor contra las manchas más difíciles y cuando se lava a altas temperaturas: el calor permite que los gránulos se disuelvan y limpien cada prenda a fondo, penetrando profundamente en los tejidos.

¿Qué detergente debo utilizar para mi lavadora?

Como ya se ha mencionado, los detergentes líquidos y en polvo comparten la misma función y el mismo ingrediente activo. La elección de utilizar uno u otro depende exclusivamente de opciones específicas, que tienen diferentes ventajas y objetivos:

  • El detergente en polvo representa la solución más clásica para la lavadora y está dotado de un gran poder de limpieza capaz de eliminar incluso la suciedad más intensa a altas temperaturas.
  • El detergente líquido, en cambio, está indicado para tratar prendas más delicadas a bajas temperaturas.

El tipo de tejido juega un papel crucial en la fase de selección: las prendas de color prefieren el uso de detergentes sin blanqueador para preservar la vivacidad de los tejidos. Los detergentes que contienen lejía están indicados, en cambio, para el tratamiento de prendas blancas. Dada la ocasión, es mejor especificar que no siempre es necesario utilizar suavizante: mientras que los detergentes cumplen una función puramente higiénica, higienizando la ropa, el suavizante realiza una acción relajante que facilita el planchado y puede dañar las fibras de los tejidos.

¿Cuándo utilizar detergente líquido?

Además de no dejar residuos en los tejidos, este tipo de detergentes contienen menos agentes blanqueadores y no son excesivamente agresivos con la ropa, lo que los convierte en la opción más adecuada para tratar prendas de color u oscuras, así como para ropa deportiva o de bebé. ¿Pero dónde se pone el detergente en la lavadora? En este caso, el detergente líquido también se puede introducir directamente en el tambor de la lavadora mediante un dosificador.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que el poder de limpieza es menor: este desequilibrio debería reducirse mediante un uso más constante. Sin embargo, no hay que excederse con la dosis, para evitar dejar una película en la ropa. Siempre es mejor añadir detergente en pequeñas dosis antes de meter las prendas en la lavadora.

Lavadora
Lavadora istock

¿Cuándo es mejor utilizar detergente en polvo?

En el caso de los detergentes en polvo, estamos hablando sin duda de la solución más habitual a la hora de tratar las prendas en la lavadora. Los gránulos tienen características específicas que los hacen extremadamente versátiles en diferentes situaciones. Se recomienda su uso en el lavado de prendas blancas o especialmente sucias, pero el alto poder de limpieza de estos detergentes permite eliminar en profundidad las manchas de cualquier tipo de tejido, incluso a bajas temperaturas. Por otro lado, los detergentes en polvo son especialmente agresivos por este mismo motivo, por lo que conviene utilizarlos con precaución.

Entre las desventajas más importantes de las soluciones en polvo está precisamente su menor fluidez: al entrar en contacto con la ropa, una dosificación mal calibrada corre el riesgo de dejar residuos e incrustaciones en la ropa o en la lavadora. Una forma sencilla de solucionar este problema es enjuagar nuevamente para eliminarlos por completo. Para reducir las posibilidades de que esto suceda, es muy recomendable utilizar una bola dosificadora, ya que ayuda a que la ropa se frote y se separe durante el lavado.

De manera más general, el detergente en polvo contiene menos conservantes y colorantes que su equivalente líquido, lo que a menudo lo convierte en la solución más sostenible desde el punto de vista ambiental. Vale la pena aprovechar esta oportunidad para disipar un viejo mito: utilizar detergente en polvo no supone un riesgo real para tu lavadora.

Sólo hay que tener cuidado de medir con precisión las cantidades para evitar la formación de residuos y permitir que se disuelvan completamente durante el lavado. Las instrucciones del fabricante y el mantenimiento constante del aparato garantizan un uso consciente y seguro.