Educación
La moda del 'homeschooling' o desescolarización: qué dice la ley española y cuándo puede ser un problema
La educación en casa es muy habitual en países como Estados Unidos, pero la normativa española no la contempla, situándola en un vacío legal que hace dudar a las familias que la practican
El homeschooling nunca deja de estar de moda. Ese modelo de educación que recuerda a las familias viajeras de Estados Unidos cada vez tiene más peso en países europeos y muchos padres lo plantean como una alternativa más que viable. Sin embargo, no todo es tan sencillo, ya que las leyes educativas de los países son diferentes entre sí, y hay algunos en los que no escolarizar a un niño puede hacer que la familia se enfrente a problemas legales graves.
En España, la educación en casa no está regulada ni permitida, aunque no hay ninguna ley que la prohíba rotundamente. Se encuentra en lo que se conoce como un vacío jurídico o legal, y este es quizás el principal motivo por el que una familia que baraje esta opción se sienta insegura a la hora de tomar alguna decisión.
Una ley que exige escolarización, no necesariamente escuela
El marco legal español, establecido por la Ley Orgánica de Educación (LOE) y sus reformas posteriores, obliga a los menores de entre 6 y 16 años a recibir educación, pero no especifica con claridad que esta deba impartirse en un centro escolar. Por otro lado, el artículo 27 de la Constitución Española reconoce el derecho a la educación y la libertad de enseñanza, pero la interpretación habitual por parte de las autoridades educativas ha sido que el cumplimiento de la escolarización implica la asistencia a un colegio homologado.
No existe una ley o normativa que prohíba expresamente el homeschooling, y las descritas no contradicen el concepto de escuela en casa. Por tanto, este término, tan de moda internacionalmente, se encuentra en una especie de vacío legal, lo que permite a las familias que lo deseen realizar esta práctica discretamente, pero teniendo en cuenta que existe una posibilidad de que se expongan a denuncias o incluso la intervención de los Servicios Sociales por no llevar al niño al colegio.
En la práctica, muchas familias que apuestan por el homeschooling lo hacen mediante centros educativos extranjeros online o con apoyo de programas educativos privados, intentando mantener algún tipo de reconocimiento académico, aunque esta opción no rebaja las posibilidades de ser denunciados o contactados diversos organismos educativos.
Ventajas del homeschooling
Uno de los principales argumentos a favor de la desescolarización es la flexibilidad educativa. Las familias pueden adaptar el ritmo, los contenidos y las metodologías a las necesidades y talentos del niño, algo difícil de lograr en un sistema escolar estandarizado. Esta personalización permite que los alumnos aprendan de forma más profunda, a su propio ritmo y con mayor motivación.
Además, el entorno familiar ofrece una atmósfera emocionalmente segura, en la que se pueden reforzar los valores y el vínculo afectivo entre padres e hijos. Muchos defensores señalan que los niños educados en casa desarrollan una mayor autonomía, curiosidad intelectual y responsabilidad personal, al no depender de la estructura rígida de un aula.
Otro punto positivo es la libertad pedagógica: las familias pueden incorporar enfoques alternativos como Montessori, Waldorf o educación por proyectos, así como incluir materias que en la enseñanza tradicional apenas se tocan, como educación emocional, filosofía o finanzas personales.
Desventajas
Sin embargo, la educación en casa también presenta importantes desafíos. El primero y más evidente en España es el riesgo legal: al no estar regulada, las familias pueden enfrentarse a acusaciones de absentismo escolar o dificultades para acreditar los estudios de sus hijos. Esto genera una situación de inseguridad constante y obliga a muchos padres a matricular a los niños en centros online extranjeros.
Otro punto delicado es la socialización. Aunque los defensores de la desescolarización sostienen que los niños pueden socializar en actividades extraescolares o grupos locales, críticos del modelo advierten que el contacto diario con compañeros diversos en la escuela es fundamental para desarrollar habilidades sociales y empatía.
También hay un alto nivel de exigencia para las familias. Educar en casa requiere tiempo, recursos económicos y formación pedagógica. No todas las familias pueden asumir el compromiso que implica diseñar un plan educativo completo y mantener la motivación del alumno a lo largo de los años.