
Curiosidades en pareja
¿Por qué pierdo el deseo aunque mi relación sea súper feliz?¿Es normal? La psicóloga Mónica Branni lo explica
Un tabú en pareja que es más frecuente de lo que creemos

Muchas personas en relaciones estables y románticas se sorprenden al notar que, a pesar de sentirse plenas y felices con su pareja, el deseo sexual no siempre acompaña.
La psicóloga y sexóloga Mónica Branni explica que esta experiencia no significa que algo ande mal, sino que probablemente tiene que ver con la forma particular en la que cada persona experimenta el deseo.
Dos formas de desear
Branni señala que el deseo sexual no es igual en todas las personas y que puede expresarse de dos maneras principales, el deseo espontáneo y el deseo responsivo.
El espontáneo es ese que surge "de la nada", sin necesidad de un estímulo específico, parecido a cuando de repente aparece hambre sin razón aparente. El responsivo, en cambio, necesita de ciertos estímulos para activarse, una caricia, una conversación íntima, un contexto erótico o incluso un gesto de cercanía emocional.
Quienes tienen un deseo predominantemente espontáneo suelen sentirse motivados sexualmente de manera natural en distintos momentos. En cambio, quienes poseen un deseo más responsivo, y aquí es donde muchas personas se reconocen, no suelen pensar en sexo hasta que aparece un estímulo adecuado que despierte esa motivación.
Ninguna de las dos formas es "más normal" que la otra; ambas son expresiones legítimas de la sexualidad.
El papel del contexto en el deseo
Para quienes viven el deseo de manera responsiva, el entorno emocional y físico es fundamental. No basta con estar en una relación feliz, el cuerpo y la mente necesitan condiciones propicias para activar el interés sexual. Esto puede incluir la confianza, la intimidad emocional, la novedad o simplemente un ambiente relajado.
La rutina, el cansancio, el estrés o la falta de tiempo de calidad con la pareja suelen dificultar la aparición del deseo, aunque exista amor y satisfacción en la relación.
La investigación en sexología confirma que la satisfacción en la pareja potencia la conexión entre excitación y deseo, especialmente en mujeres con deseo responsivo. También señalan que factores como la fatiga, la rutina o los cambios hormonales pueden frenar el deseo, incluso cuando la relación marcha bien.
Cómo cultivar el deseo
Branni propone dejar de exigirse sentir ganas de manera automática y empezar a crear espacios de conexión que favorezcan la aparición del deseo. Esto puede ser tan sencillo como compartir una conversación larga y estimulante, darse un masaje sin expectativas sexuales, o planear actividades diferentes que permitan ver a la pareja con nuevos ojos.
El deseo, muchas veces, surge fuera de la cama y luego se traslada a la intimidad.
Otros especialistas recomiendan trabajar en la comunicación con la pareja para explicar cómo funciona el propio deseo, introducir pequeñas dosis de novedad en la vida sexual y cuidar el bienestar físico y emocional.
Dormir bien, reducir el estrés o revisar posibles efectos de medicamentos también puede marcar una gran diferencia.
Aceptar tu forma de desear
Perder el deseo de manera espontánea en una relación feliz no significa que algo esté mal contigo ni con tu pareja.
Simplemente puede indicar que tu manera de experimentar el deseo es más responsiva y que necesitas determinados estímulos para que aparezca. Reconocerlo y aceptarlo permite vivir la sexualidad con menos culpa y más consciencia.
La clave está en construir, junto a tu pareja, momentos que alimenten esa intimidad y permitan que el deseo se manifieste de manera natural.
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