Cargando...

Vandalismo

Una piscina de Suiza prohíbe la entrada a las personas de esta nacionalidad para “preservar un clima sereno y respetuoso”

La norma estará vigente hasta el próximo 31 de agosto y el alcalde de la localidad ha negado que sea por motivos discriminatorios

Imagen de una piscina municipal AYUNTAMIENTO DE MADRIDAYUNTAMIENTO DE MADRID

Hay pocas cosas más placenteras que darse un baño en la piscina tras acabar la jornada laboral o durante un día libre. Es una actividad ideal para recargar pilas, pero, especialmente tras un día agotador, apetece hacerlo con tranquilidad y sin gente molestando. Hay grupos grandes, generalmente de jóvenes, que a veces generan revuelo e impiden al resto de bañistas poder disfrutar de las instalaciones como ellos querrían.

Para evitar estas molestias a sus clientes, muchas piscinas, ya sean municipales o privadas, implementan distintas normativas. Con ellas se busca garantizar un uso correcto y permitir el disfrute de todos los presentes. Una de las más llamativas ha llegado desde Suiza, concretamente desde el Ayuntamiento de Porrentruy y el Sindicato Intercomunal del Distrito de Porrentruy (SIDP) y ha generado mucho debate.

La norma en una piscina de Suiza

Dicha piscina ha implementado una norma que únicamente permite la entrada a las instalaciones los ciudadanos suizos, residentes legales en Suiza y quienes cuenten con un permiso de trabajo en vigor en el país. Aunque es algo general, la decisión de las autoridades locales afecta directamente a los ciudadanos franceses, que es el motivo por el que se ha implantado ya que esta piscina está a escasos kilómetros de la frontera con Francia.

No es algo definitivo, solo para esta temporada de verano, es decir, la medida estará en vigor hasta el 31 de agosto de este año:"Esta medida es excepcional y tiene un carácter exclusivamente temporal". Según medios locales, este veto podría bloquear el acceso de hasta el 95% de los bañistas habituales, que son franceses. Ya hay decenas de personas a las que se les ha denegado la entrada a la piscina en los últimos días.

El espíritu de la prohibición

Desde que se conoció esta medida, las reacciones han sido diversas, pero el alcalde ha querido explicar el motivo real: "Garantizar la seguridad de los usuarios dentro y alrededor de la piscina, por un lado, y preservar un clima sereno, respetuoso y seguro por el otro". El alcalde Philippe Eggertswyler es claro sobre la razón, que la recalca: “Proteger la convivencia y la seguridad”. Se defiende: "Ser elegido es asumir responsabilidades y los electos asumen sus responsabilidades".

No quiere oír hablar de discriminación, solo del bien para sus vecinos: "Hay que ver el problema de otra manera. Hoy hay una gran afluencia y es imprescindible asegurar que los habitantes de nuestro pueblo puedan aprovechar esta infraestructura". "Había actitudes consideradas inapropiadas y violaciones de las normas internas del recinto", afirma. Se reportaron en dicha piscina insultos, robos, enfrentamientos verbales y hasta pequeños actos de vandalismo, lo que creó una sensación de inseguridad.

Dudas sobre el futuro

La norma está aprobada para este verano, pero no descarta ampliarla: "Todo dependerá del comportamiento de los usuarios y la evolución de los acontecimientos". Tiene claro lo que busca para la piscina de su localidad y no parará hasta conseguirlo: "Un lugar de esparcimiento abierto, pero respetuoso de las normas de convivencia".