Educación

Programa de enriquecimiento educativo para alumnos brillantes

Un colegio de Guadalajara pone en marcha una iniciativa para estudiantes con talento y de altas capacidades

Alumnos y profesores del Colegio Sagrado Corazón Agustiniano en Guadalajara.
Alumnos y profesores del Colegio Sagrado Corazón Agustiniano en Guadalajara. LR

El mundo de las altas capacidades se identifica con el alumno superdotado (el 2% se calcula que tiene coeficiente intelectual superior al 120 o 130). Pero en ese espectro también se encuentran los que tienen talento en disciplinas específicas; los que no destacan por sus altas calificaciones, pero sí que tienen una gran capacidad de compromiso en las tareas que realizan; o los que tampoco tienen notas excesivamente buenas, pero cuando se implican en algo son capaces de hacerlo con brillantez. Y es que en una clase puede haber unos siete u ocho alumnos con necesidades especiales y uno o dos con altas capacidades a los que, por su menor dificultad en el aprendizaje, muchas veces se presta menos atención por parte del profesorado ante la necesidad de lograr que otros menos aventajados logren superar el curso.

Aunque ahora ya hay adaptaciones curriculares, algunos colegios han decidido poner el foco con más intensidad en estos alumnos que muchas veces son los olvidados. Un ejemplo es el trabajo que realiza el Sagrado Corazón Agustiniano de Guadalajara (Castilla-La Mancha), que este curso ha puesto en marcha el «Programa Stem de Enriquecimiento Educativo» en colaboración con la Universidad de Alcalá de Henares específicamente para este perfil de estudiantes.

Se trata de un proyecto piloto con dos grupos de 20 alumnos cada uno: uno de ellos integrado por estudiantes de 1º a 3º de Primaria y el segundo por estudiantes de 4º a 6º de Primaria. Aunque a partir de septiembre la idea es extenderlo a dos o tres grupos de Secundaria en los tres centros que pertenecen a los agustinos recoletos, de tal manera que de 40 alumnos que participan este año la cifra alcanzaría el centenar el próximo curso. Y es que se calcula que el 10% del alumnado puede beneficiarse de este programa. «Cuando hay una adaptación, el potencial del alumno puede mejorarse porque un niño que a los seis años tiene un coeficiente intelectual de 100, puede aumentar con determinadas actividades», explica Germán Ros, el experto en altas capacidades director del proyecto y coordinador del proyecto de investigación «Investiga, construye, crea» de la Facultad de Educación de la Universidad de Alcalá de Henares.

¿Qué es lo que se hace para lograrlo? «Las actividades se realizan en horario extraescolar y están enfocadas a las matemáticas y las tecnologías, de tal manera que hacemos un proyecto multidisciplinar. Hemos tenido talleres con diseño e impresión 3D, los alumnos han construido robot de sumo, ha habido sesiones en las que se ha trabajado la búsqueda de patrones, actividades científicas en la que se ha trabajado en la indagación, la evolución de la energía a lo largo de la historia, cosas de programación, coches... El próximo curso incluiremos la parte artística y humanística», añade Ros. El objetivo no es ya que el alumno mejore sus calificaciones. De lo que se trata es de que «esté altamente motivado para realizar las actividades que organizamos, queremos fomentar ese gusto por aprender».

La idea surgió después de que el centro observara que «muchos de estos alumnos se quedaban descolgados o se marchaban del centro, eso hizo que empezáramos a buscar soluciones con la aplicación del programa de enriquecimiento educativo», explica Sergio Almenzar, director pedagógico del centro.

"El proyecto lo presentó en Panamá en febrero pasado a los colegios de los Agustinos de todo el mundo y la idea es que se aplique en todos”, detalla Sergio Almenzar director pedagógico del centro.

Aunque aún se están analizando conclusiones, el colegio ya ha podido constatar que los alumnos participantes en el proyecto han mejorado sus notas pero, sobre todo, “hemos visto un cambio, una mayor motivación a la hora de hacer trabajos de forma colaborativa porque ellos sentían que tenían mucho que aportar y ya hay más padres interesados en que se evalúen las capacidades de sus hijos”, añade.

El programa no es la única herramienta que se emplea con alumnos de altas capacidades. Todo esto se completa con una mayor flexibilización de estudios, adaptaciones curriculares y ayuda al bienestar emocional del alumnado.