Adicción al móvil

Qué significa utilizar el móvil todos los días antes de dormir, según la psicología

Los hábitos asociados al teléfono móvil se relacionan a menudo con una pérdida de la atención y una menor capacidad de concentración

¿Debemos dormir cerca del móvil?
¿Debemos dormir cerca del móvil?Pixabay

Llevar una vida saludable no solo implica cuidar lo que comemos o hacer ejercicio con frecuencia, también exige prestar atención a los hábitos cotidianos que afectan nuestro bienestar físico y mental. Dormir bien, organizar el tiempo de trabajo, respetar los momentos de ocio o mantener relaciones sociales equilibradas son parte fundamental de un estilo de vida que nos permita rendir, descansar y sentirnos en armonía. Cuando estos elementos se descuidan, el cuerpo y la mente lo resienten de formas muy diversas y a veces silenciosas. La salud, al final, se construye tanto con decisiones grandes como con gestos pequeños repetidos cada día.

Entre esos hábitos que muchas veces se subestiman están los relacionados con el uso de la tecnología, la gestión del tiempo libre o la manera en que terminamos el día. Acostarse a horas distintas, no desconectar del trabajo o consumir contenido estresante antes de dormir pueden afectar el sueño, la concentración y el estado de ánimo sin que seamos del todo conscientes. La clave está en no normalizar comportamientos que, aunque parezcan inofensivos, se convierten con el tiempo en patrones difíciles de romper. Detectar a tiempo esas rutinas poco saludables es el primer paso para poder cambiarlas.

El avance de la tecnología ha traído grandes beneficios, pero también ha generado nuevas formas de dependencia. Entre ellas, la adicción al teléfono móvil ocupa un lugar destacado por su alcance cotidiano y su impacto silencioso. Mirar el teléfono constantemente, revisar redes sociales sin propósito claro o depender del dispositivo para sentir calma son señales de alerta. Uno de los hábitos más extendidos es el de usar el móvil justo antes de dormir, una rutina que para muchos parece inofensiva pero que representa un claro ejemplo de cómo lo digital puede influir en lo más íntimo de nuestra salud mental. Cada vez más estudios advierten de los efectos acumulativos que esta conducta tiene sobre el bienestar general.

¿Qué significa utilizar el móvil todos los días antes de dormir?

Según la psicología, utilizar el teléfono móvil cada noche antes de dormir puede tener consecuencias negativas sobre el descanso y la calidad del sueño. Los expertos advierten que la exposición prolongada a pantallas, especialmente en las horas previas a dormir, altera la producción natural de melatonina, la hormona que regula el ciclo del sueño. Esto provoca que al cerebro le cueste más desconectarse, aumentando la posibilidad de insomnio o de un descanso fragmentado y poco reparador. Con el tiempo, esta falta de sueño profundo puede traducirse en irritabilidad, fatiga crónica y menor capacidad para gestionar el estrés.

Además, el contenido que consumimos en el móvil también afecta directamente a nuestro estado emocional. Leer noticias negativas, responder mensajes de trabajo o sumergirse en redes sociales que generan comparación constante puede activar emociones como ansiedad, frustración o estrés justo en el momento en que el cuerpo necesita relajarse. Esto impide alcanzar una fase de descanso profundo y duradero, lo que repercute al día siguiente en la capacidad de concentración y en el equilibrio emocional. Cuanto más emocionalmente cargada es la actividad digital nocturna, mayor es su impacto sobre el descanso.

La dependencia psicológica y la desconexión mental

Los psicólogos señalan que este hábito también refuerza un patrón de dependencia que dificulta la desconexión mental. El cerebro asocia el móvil con estimulación continua, lo que impide que se forme una rutina saludable de sueño. Además, muchas personas sustituyen actividades más tranquilas como leer un libro o meditar por el uso del teléfono, reduciendo así los espacios de calma que preparan al cuerpo para descansar de manera natural y efectiva. Al convertir el móvil en la última actividad del día, se rompe el vínculo entre el entorno y el descanso.

Romper este hábito no es fácil, pero es posible si se reconocen sus efectos y se toman decisiones conscientes. Dejar el móvil fuera del dormitorio, establecer una rutina de descanso sin pantallas o reemplazar este tiempo con actividades relajantes son pequeñas acciones que pueden tener un gran impacto. Cuidar el momento de irse a dormir no es un detalle menor, es una decisión diaria que repercute directamente en nuestra salud mental y en la calidad con la que enfrentamos el día siguiente. Cambiar este hábito puede marcar una diferencia notable en nuestro estado de ánimo, energía y claridad mental.