Entrevista
Rebeca Cordero: «No se puede utilizar el feminismo para hacer antipolítica»
Esta experta en feminismo apunta que hay que hacer más pedagogía en esta materia para que nadie se sienta excluido
Rebeca Cordero lleva toda la vida investigando sobre el feminismo, sus corrientes y evolución. Esta profesora titular en Sociología Aplicada en la Universidad Europea e investigadora principal del grupo de Conocimiento e Investigación en Problemáticas Sociales asegura que las divisiones en el seno del movimiento no son una novedad ya que «el feminismo es una postura ideológica más o menos extrema».
¿Cuál es el origen real del desencuentro dentro del feminismo?
Dentro del feminismo siembre ha habido diferentes corrientes y estas han ido creciendo y generándose a medida que se han producido cambios y transformaciones sociales. Por ello, nos encontramos desde primeras corrientes que hablan de la equiparación de los derechos desde una visión más eurocéntrica, heteronormativa o blanca, a otras más recientes que se centran en la integración de todas las mujeres independientemente de su raza, cultura o credo. También han aparecido manifestaciones más de carácter «queer» o no binario. La complejidad del feminismo tiene que ver con los cambios sociales y cada vez será más diverso.
¿Por qué las feministas «clásicas» rechazan a la mujer trans?
Entre las corrientes más claras que hay actualmente vemos a una que es más tradicional sobre un concepto de feminismo no complejizado y otras que intentan ir hacia la integración de todo tipo de colectivos y que permiten la presencia del hombre como agente reivindicador. Al existir diferentes formas de entender el feminismo podría parecer que las divisiones son muy palpables, pero yo no creo que sea así pues en el fondo no son más que reflexiones teóricas de una misma realidad compleja a la que también se puede sumar cuestionamiento político asentado en diferentes formas de analizar una ley o una realidad.
Sin embargo, antes, todas las corrientes marchaban juntas y desde 2022 no es así. ¿No muestra esto una mayor división?
No creo que el feminismo esté ahora más dividido que hace años por motivaciones o condicionamientos políticos o leyes. En la actualidad está más dividido por la complejidad social, según se van incluyendo nuevos conceptos como pasar del sexo al género. El feminismo no deja de ser una postura ideológica que es más o menos extrema a razón de cuáles son los postulados que defiende, pero en el que todas las corrientes buscan el reconocimiento y la incorporación de derechos para la mujer.
Puede que la confrontación sea teórica, pero en la calle se palpa una fuerte división...
Lo que ocurre es que no todas las personas que forman parte de estos movimientos quieren defender la misma cosa de la misma manera. Ahora bien, a quién metemos dentro y a quién dejamos fuera es una reflexión teórica que resulta difícil de entender para el que está fuera del colectivo y del movimiento. Lo que se debería hacer es ser conscientes de que necesitamos un ejercicio de pedagogía para que aquel que es ajeno al movimiento o incrédulo con él a medida que se va diversificando no le resulte difícil acercarse. Deberían establecerse planteamientos más pedagógicos y accesibles para la población en general y sobre todo para los críticos y reaccionarios que intentaran buscar flaquezas, que no son tales, para desmontar la importancia del movimiento.
Los políticos tampoco empujan en este sentido...
Lo que no se debe hacer es la antipolítica que utilizan tanto los partidos políticos de nueva creación como los movimientos sociales nuevos. Es decir, no se puede usar el feminismo para hacer antipolítica y así usar el sistema desmontarlo desde dentro.
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