Juego online

Los portales de apuestas tendrán que advertir sobre los riesgos de la ludopatía

Con carteles y en la publicidad online, con un formato semejante al que aparece en las cajetillas de tabaco

Un hombre observa las distintas casas de apuestas
Un hombre observa las distintas casas de apuestaslarazon

El último informe sobre adicciones conductuales y otros trastornos adictivos elaborado por el Ministerio de Sanidad señalaba que el 82% de las admisiones a tratamiento en España en 2022 fue por una adicción al juego. Para poner de relieve los peligros de la ludopatía el ministro de Derechos Sociales, Pablo Bustunduy, ha anunciado que se va a obligar a los operadores de juego online a que muestren un cartel a sus usuarios en el que se informe sobre los riesgos del juego.

«Todo el mundo tiene presente y recuerda los mensajes que se introdujeron, por ejemplo, en las cajetillas de tabaco, los cuales dicen “fumar mata». Es un mensaje que permite conocer a la ciudadanía cuáles son los riesgos a los que se expone cuando consume esta sustancia», explicó el ministro, informa Ep.

Los tres mensajes que se difundirán, en un formato similar al que aparece en las cajetillas de tabaco, serán: «Las pérdidas del total de jugadores superan en 4 veces sus ganancias»; «La probabilidad de ser un jugador que pierde dinero es del 75%», y «La ludopatía es un riesgo del juego».

«Estos mensajes se presentarán de manera accesible», señaló Bustunduy, e indicó que se mostrarán en los «displays» de los portales de juego (es decir, en las pantallas que aparecen en sus webs o apps) y en su publicidad online (como banners o vídeos en redes).

La verdadera importancia de este anuncio radica en poner de relieve que «una adicción comportamental no es menos importante que una adicción a una sustancia y tampoco lo son sus efectos», afirmó Bustunduy. Asimismo, se quiere hacer incidencia en «evitar que las desigualdades que ya existen se profundicen, e incluso atajarlas antes de que ocurran, haciendo alusión a las razones estructurales del problema que supone la adicción al juego». «Las mayores aglomeraciones de casas de apuestas se producen en los barrios con una renta media más baja en sus hogares», destacó. Este hecho sucede porque «hay operadores económicos sin escrúpulos que no tienen reparo en aprovecharse de quienes tienen situaciones de mayor necesidad». Esta misma circunstancia se repite con el juego online, y que además se ve agravada porque «su acceso es más sencillo que el del juego presencial».

El titular de Derechos Sociales aludió también a la Ley de Servicios de Atención a la Clientela, que en este momento se tramita en el Congreso de los Diputados, que restringe la utilización de personas famosas para las campañas publicitarias o también los bonos de bienvenida destinados principalmente a ganar usuarios entre el público joven, y que según Bustunduy serán de nuevo prohibidos cuando se apruebe la norma.

En este sentido, hay que destacar que un informe anual sobre el perfil del jugador online señalaba que los nuevos jugadores entre los 18 y los 25 años habían aumentado un 28% en 2024 respecto al año anterior, y que suponían ya una cuota del 34,25% del mercado. El documento mostraba también que 20.000 jugadores jóvenes habían perdido pérdidas económicas superiores a 3.000 euros.

Riesgo minimizado

Las medidas anteriores se explican en la necesidad de no minimizar los peligros que supone el juego para la población, responsabilidad que el ministro remarcó que no debe caer en los usuarios, sino en las autoridades, «que son las que tienen el deber democrático de que los entornos a los que acceden sean seguros».

Así, un estudio publicado en la Journal of Gambling Studies refleja que la evidencia sobre las advertencias de los daños relacionados con el juego está notablemente ausente en comparación con la evidencia sobre las etiquetas de otros productos, como el alcohol o el tabaco. En esta línea destaca la ausencia de información sobre el riesgo del juego entre la población escolar, ya que según la encuesta Estudes a jóvenes de entre 14 y 18 años muestra que el 51,6% de ellos no ha recibido información sobre el problema que acarrea el juego y las apuestas.