Europa

Barcelona

Las empresas españolas, a la cola en incentivar la eco-movilidad entre los empleados

Las empresas españolas, a la cola en incentivar la eco-movilidad entre los empleados
Las empresas españolas, a la cola en incentivar la eco-movilidad entre los empleadoslarazon

¿Qué se hace en España para fomentar los desplazamiento sostenibles a los empleados?

En Holanda y en Bélgica, las compañías pagan al trabajador por ir en bici, incluso aunque parte del recorrido lo haga en transporte público. Dinamarca, Alemania, Reino Unido e Irlanda llevan años también con distintos incentivos, como exenciones fiscales, pago por kilómetro recorrido o ayudas para comprar una bicicleta. Una lista de países europeos a la que se sumó recientemente Francia, que desde el pasado mes de junio ha puesto en marcha un plan piloto por el que 20 empresas abonan 0,25 céntimos por kilómetro recorrido en bicicleta en la nómina del empleado. ¿Y en España? Lo cierto es que desde que en el año 2009 Gráficas Huesca decidiese dar 50 euros al mes a los empleados que cada jornada fueran al puesto de trabajo en bicicleta, muy pocas empresas han desarrollado medidas similares, en las que el incentivo o el trueque esté presente, bien por ir en bici, en transporte público o en coche compartido. «Apenas existen empresas en España que apoyen con dinero que se vaya al trabajo en bicicleta. En transporte público hay alguna más, pero pocas», explica Manel Ferri, responsable del Departamento de Movilidad de CC OO. «De hecho –prosigue–, las pocas medidas que empezaban a tener buena acogida, se han visto frenadas después de que el Gobierno decidiese que los cheques de transporte, lanzaderas y otros beneficios sociales tributarán».

Preguntado sobre en qué medida esta iniciativa ha provocado el cierre de estos servicios, Ferri explica que «al menos por ahora no hay datos al respecto, pero desde todo el territorio nos llegan quejas de empleados que se quedan sin lanzadera, sin ayuda para adquirir el abono transporte». El problema de fondo es que «España sigue sin contar con un Observatorio de Movilidad al Trabajo donde se podrían analizar las posibles consecuencias de determinadas medidas, así como desarrollar toda una política en movilidad sostenible tal y como hacen desde hace décadas en Bélgica. Francia y Holanda son algunos de los otros países europeos que cuentan también con un observatorio de movilidad».

Esta semana ha tenido lugar la decimotercera edición de la Semana Europea de la Movilidad. Desde el año 2002 España ha presentado más de 30.000 medidas permanentes relacionadas con modelos de transportes más respetuosos con el medio ambiente. La mayoría promueven flotas más sostenibles. Sin embargo, la palabra incentivo para el trabajador es algo todavía muy desconocido. Este periódico ha preguntado a compañías, asociaciones y responsables de la edición, y lo cierto es que las empresas que incentivan de algún modo la movilidad sostenible entre sus empleados se cuentan prácticamente con los dedos de las manos.

La consultora Assesoría de Infraestructuras y Movilidad, sita en Barcelona, paga «a los empleados el abono del servicio de bicicleta público, con lo que nos ahorramos 47 euros anuales, así como los desplazamientos realizados en transporte público», explica Sílvia Casorrán, que precisa que las bicicletas no sólo las usan para los desplazamientos de trabajo a casa y viceversa, sino también para ir a las reuniones de la jornada.

Bonos de combustible

En el caso de Remica, esta compañía instaladora de sistemas de calefacción, climatización, agua caliente sanitaria y energía solar, que ha sido premiada esta semana con el galardón «Muévete Verde» de Eficiencia energética, tiene algo que muchos desearían es sus lugares de trabajo: ·se han habilitado duchas para que los que quieran puedan ir al trabajo en bici. En cuanto a incentivos, la empresa va a bonificar que se vaya al lugar de trabajo en vehículo compartido. «La compañía se encuentra en proceso de implantar un sistema para la promoción del uso compartido del vehículo para acudir al centro de trabajo. El objetivo es bonificar esta iniciativa mediante plazas de aparcamiento subvencionadas por la empresa y bonos de combustible. La aprobación de esta medida con los costes que conlleva está prevista en los presupuestos de la compañía para su puesta en marcha en 2015», aseguran desde Remica, empresa que desde este año fomenta el teletrabajo.

El teletrabajo es otra de las apuestas de Seur. Esta compañía que ha hecho una clara apuesta por renovar su flota hacia vehículos alternativos eficientes, además da a los empleados cursos de eco-conducción con los que los trabajadores optan a diversos regalos, como bicicletas. También «hemos cambiado los horarios de entrada y salida para evitar las horas punta y por tanto reduciendo el consumo de combustible de nuestros empleados y de los trabajadores de otras empresas próximas físicamente mediante la flexibilidad horaria», explica May López, responsable de RSC de Seur. Además, «hemos instalado comedores para evitar los desplazamientos en jornadas intermedias».

En el caso de Acciona, la compañía, además de habilitar espacios de aparcamiento específicos para las bicicletas en sus edificios de oficinas, ofrece autobuses de empresa para que los empleados vayan al trabajo. Un 45% de los trabajadores utiliza este servicio gratuito. Asimismo, los empleados de Línea Directa cuentan con una plataforma interna para contactar con otros compañeros que deseen compartir vehículo para realizar el trayecto al trabajo. A cambio, la compañía les asegura tener plaza de aparcamiento. Si bien, el interés despertado es superior a las 15 plazas disponibles, por lo que la compañía está valorando incrementarlas, si bien no podemos aún concretar cuántas más se van a poder habilitar. Así, han logrado «reducir en 135 toneladas las emisiones de CO2; es decir, casi un 10% de las emisiones totales producidas por los empleados en los desplazamientos in itinere (1.611 toneladas en total). A esta cifra hay que sumar las 160 toneladas de CO2 evitadas por el fomento de teletrabajo que hace la empresa.

En el caso de Carpa Food, «pretendemos lanzar premios de incentivos, como dar un regalo a aquellos que más utilicen el coche compartido o dejar plazas cerca de oficinas a los coches que vayan completos», explica Estefanía Iglesias González, directora de Sostenibilidad de Corporación Alimentaria Peñasanta. Empresa que desde hace 15 años cuenta con un servicio de autobús al centro de trabajo con el que el empleado se ahorra aproximadamente un 80 por ciento del coste en gasolina, y paga a cambio 20 euros por su uso. «Además, incentivamos el teletrabajo, las videoconferencias, etc, para evitar desplazamientos, herramientas en las que están más interesados los empleados», añade.

Compartir coche a cambio de plaza de aparcamiento es también lo que hacen en Telefónica, donde sin duda su mayor apuesta por la movilidad es la parada de metro en la puerta de la compañía.

En definitiva, medidas para reducir la huella de carbono de las empresas hay, quizá incluso con mayores logros de lo que se conseguiría vía incentivo. Si bien, las compañías españolas siguen a la cola del fomento económico del transporte sostenible entre los empleados, a pesar de que en Europa sí se apuesta por esta medida. Y es que en España sigue sin entenderse que se pague para fomentar la movilidad sostenible entre los empleados. Una medida que conllevaría menos atascos, menos dependencia energética, menor contaminación y un importante ahorro, porque en la actualidad «nuestras economías pierden 100.000 millones de euros por problemas de congestión, sin hablar de los efectos que ello conlleva sobre el tiempo y la salud de las personas», tal y como recordó esta semana el vicepresidente de la Comisión Europea, Siim Kallas.