Mujer
Sigue estos seis consejos para que la mastitis no sea un problema en tu lactancia
Se trata de la inflamación de la glándula mamaria, que puede ir acompañada o no de infección
La mastitis es un fenómeno que, por desgracia, es bastante frecuente entre las mujeres lactantes y que, si no se previene a tiempo, o no se trata correctamente, en muchos casos llega a dificultar ya entorpecer la lactancia. Se trata de la inflamación de la glándula mamaria, que puede ir acompañada o no de infección.
Tal y como explica la doctora Elena Bescós, ginecóloga de la unidad de la mujer de Quirónsalud Zaragoza, este trastorno suele ser unilateral, y suele afectar sobre todo a las mujeres que se encuentran en periodo de lactancia, especialmente en las 3-6 semanas siguientes al parto, si bien advierte de que también puede tener lugar en los hombres.
“La mastitis puerperal es un proceso inflamatorio de la glándula mamaria, secundaria a un foco infeccioso que aparece durante la lactancia, usualmente a los pocos días o semanas después del parto”, asevera este especialista.
Recuerda, además, que esta patología se da aproximadamente en el 2-33% de las puérperas, y es más frecuente en las primíparas, es decir, en las que han dado a luz por primera vez. “Además, un 3-10% de los casos evolucionan a absceso mamario”, apostilla esta doctora.
Posibles síntomas y causas
Con ello, enumera esta ginecóloga de Quironsalud Zaragoza posibles síntomas indicativos de que se padece una mastitis: enrojecimiento en la piel de la mama; engrosamiento del tejido mamario; bultos en la mama; dermatitis del pecho; dolor, tumefacción y sensibilidad en las mamas; grietas en el pezón; fiebre; palpación de ganglios dolorosos axilares; sensación de calor al tacto; malestar general; así como una falsa sensación de poca producción de leche.
“Las causas más frecuentes implicadas en la etiología de la mastitis puerperal son las siguientes: estasis de leche, ingurgitación mamaria, frecuencia de tomas inadecuada, mal agarre del pecho, frenillo corto y grietas en el pezón”, sostiene la doctora Bescós.
Factores de riesgo de mastitis
Es más, resalta esta ginecóloga que hay algunos factores que pueden aumentar el riesgo de esta patología: “Un estado nutricional deficitario, pezones aplanados o hundidos, antecedentes de mastitis previas, lesiones en el pezón, o que el neonato posea labio o paladar hendido”.
"Los agentes causales suelen proceder de la boca y orofaringe del recién nacido o de la piel. El 'Staphylococcus aureus' es el germen implicado en más del 90% de los casos", agrega esta doctora.
Consejos para prevenir una mastitis
A su vez, aporta los siguientes consejos para prevenir una mastitis, una situación bastante incómoda para la madre en su lactancia:
- Asegure un agarre adecuado del pecho por parte del bebé.
- Amamantar a demanda, ya menudo.
- 'Vaciado' correcto de la mamá.
- Evite el uso de chupete, biberones y suplementos antes de instalar la lactancia materna.
- Evite comprimir el pecho con la ropa, o con determinados accesorios como los bolsos.
- Consultar cuando se sospeche de una posible obstrucción mamaria.
El tratamiento de la mastitis
Finalmente, la doctora Elena Bescós, ginecóloga en Quirónsalud Zaragoza, tranquiliza a las madres lactantes porque en general, la mastitis aguda se maneja de forma ambulatoria. El 50% de las mastitis se resuelven con las siguientes recomendaciones sin necesidad de antibioterapia.
Indicaciones generales:
- Mantener la lactancia materna y el vaciado adecuado del pecho mediante extracción de la leche restante tras las tomas como tratamiento inicial durante 24h. Aunque es preferible la técnica manual no está contraindicado el extractor eléctrico.
- Reafirmar a la madre lactante en la seguridad de mantener la lactancia materna y el beneficio del vaciado de la mama.
- Puede utilizarse calor local húmedo únicamente justo antes de la toma o la extracción (ducha, baño caliente del pecho o bolsa caliente) para facilitar la salida de leche ya que el uso de calor más continuado puede favorecer la vasodilatación.
- Frío local tras la toma/extracción para control de dolor/inflamación.
- Ibuprofeno 400 mg/4-6 h (mejor que paracetamol por efecto antiinflamatorio).
- Reposo, hidratación y descanso.
En la mayoría de los casos se lleva a caso un seguimiento ambulatorio de la paciente hasta la resolución del caso
Sólo en casos muy seleccionados un cuadro de mastitis aguda requerirá ingreso hospitalario:
• Persistencia de fiebre ≥ 38ºC y malestar general tras 48h de tratamiento antibiótico empírico oral.
• Signos clínicos o analíticos sugestivos de sepsis o shock séptico (leucopenia, afectación coagulación, malestar general con hipotensión y taquicardia…).
• Presencia de infección necrotizante.
• Intolerancia tratamiento oral.
En caso de ingreso hospitalario se cursará cultivo de leche materna o de la colección (si se sospecha absceso) antes de inicio de antibioterapia
Es conveniente igualmente el no dejar de amamantar al bebé, produciendo de esta forma la salida de la leche, y evitando los problemas derivados de la acumulación en la mama y posible obstrucción.
En casos de mala evolución con el uso de antibióticos en los que se forma un absceso puede ser necesario su drenaje quirúrgico", concluye esta experta.