Cisma en la Iglesia
Tres monjas de Belorado logran una prórroga para aplazar su excomunión
A petición de las clarisas, el arzobispo de Burgos amplía hasta el viernes el plazo para que declaren ante el Tribunal Eclesiástico
¿Se están arrepintiendo las clarisas de Belorado de su deriva cismática? ¿O al menos se lo están pensando? ¿Tienen alguna una estrategia para ganar tiempo antes de ser expulsadas oficialmente de la Iglesia católica? Sea cual fuere el discernimiento que está viviendo la comunidad monástica, que el 13 de mayo anunció su ruptura con la Iglesia católica, lo cierto es ahora tres de las religiosas han pedido una prórroga al arzobispo y comisario pontificio, Mario Iceta para frenar su excomunión inmediata. Iceta ha correspondido otorgando cinco días más de plazo, hasta este viernes 21 de junio.
A través de un correo electrónico, la abadesa defenestrada, sor Isabel de la Trinidad, junto con sor Sion y sor Paz, han solicitado una ampliación de plazo para comparecer ante el Tribunal Eclesiástico de Burgos. Así lo han confirmado a LA RAZÓN desde el equipo de Iceta, preguntado por su plan de acción una vez ayer estaban citadas para que explicaran los motivos de su salida de la Iglesia católica opara que dieran un paso atrás. De no haberse presentado, tal y como anunció el Arzobispado, se habría ejecutado una excomunión «ipso facto» después de que el resto de la comunidad hiciera lo propio el 24 de junio.
Ahora esta medida se retrasa puesto que el comisario pontificio ha accedido a la petición de las consagradas. «Es un proceso administrativo, se les conceden cinco días más de prórroga, y terminados esos días y en virtud de las comparecencias individuales, se evaluará y se procederá en consecuencia», se explicita desde el Comisariado Pontificio ante las dudas de este diario sobre cómo se desarrollaría esta prórroga y la comparecencia canónica. Así pues, si este viernes la ex abadesa y las otras dos monjas comparecen ante el Tribunal Eclesiástico, allí se analizará el testimonio de cada una por separado, no en conjunto, y se adoptarán las medidas pertinentes al respecto. Y es que, la excomunión, como una apostasía o recibir un sacramento, es un hecho personal e intransferible, no comunitario.
En cualquier caso, al conceder la prórroga el arzobispo de Burgos pretende obrar en coherencia con la máxima que lleva repitiendo a lo largo de estas semanas: dilatará cualquier medida de gravedad, sea la excomunión o el desalojo, en el momento en el que perciba el más mínimo gesto de apertura al diálogo, a la reconciliación o al arrepentimiento.
El hecho de que la ex abadesa y esas dos religiosas sean las primeras citadas a declarar por el Tribunal Eclesiástico viene motivado porque fueron ellas las que acudieron a interponer la denuncia civil a una comisaría de Logroño contra Iceta el pasado 30 de mayo por abuso de poder, usurpación por abuso de poder, usurpación de la representación legal y vulneración del derecho de asociación. Se entiende que es el hecho público manifiesto de una ruptura con Roma, más allá del llamado «Manifiesto católico» que solo firmaba la abadesa. Las otras siete monjas citadas por el Tribunal Eclesiástico de Burgos el 24 de junio son las que participaron con ellas en la entrevista con Ana Rosa Quintana en «Tardear», de Telecinco, prueba del rechazo público a la fe.
Lo cierto es que, a la vez que el Arzobispado de Burgos confirmaba a LA RAZÓN la petición de esta prórroga, a través de su cuenta de Instagram la clarisas no parecían lanzar un mensaje claro de arrepentimiento de su actitud. Y es que, la comunidad de Belorado compartía un «story» de Instagram en el que visibilizaban que siguen estando respaldadas y asesoradas, al menos en el plano espiritual, por Pablo de Rojas y su portavoz, José Ceacero. Se trata de una imagen en la que se ve a los dos inquilinos de las religiosas, ataviados con vestiduras celebrativas, ante un altar del convento. A ello, se suman una frase: «Oras como crees, crees como oras».
De ahí, que se pueda pensar que la ampliación de plazo solicitado por sor Isabel de la Trinidad y de sus compañeras estuviera motivado por un deseo de acercamiento a la Iglesia católica, pudiera tener otros fines, como ganar tiempo de cara a un futurible desalojo, una maniobra para probar si el comisario pontificio ofrece todas las garantías procesales desde el punto de vista canónico…
En cualquier caso, esta reacción de las consagradas supone un giro respecto a su comportamiento hasta ahora. De hecho, este mismo jueves, también desde redes sociales, acusaron al arzobispo Iceta de provocar «la imposibilidad de comprar los productos básicos para mantenernos», al bloquearles las cuentas. Desde el Arzobispado de Burgos desmontaron este extremo y aclararon que la tutela de los fondos de las religiosas no implicaba asfixia económica alguna, en tanto que se están pagando todos los recibos y se ha activado un protocolo de ayuda que han desestimado las clarisas.
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