Hostelería

Unos turistas denuncian un robo en un bar de Madrid y reciben esta respuesta: “Tratasteis de hacer un simpa”

Los clientes denunciaron falta de ayuda, pero el establecimiento desenmascaró su engaño: "En Madrid somos muy gatos"

Panorámica de Madrid desde el restaurante Élkar, en la Torre Emperador
Imagen de archivo de un restaurante de MadridÉlkar

Una gran gastronomía y alcohol barato. Guste o no, es uno de los grandes reclamos para los turistas en toda España, incluida su capital, Madrid. Es habitual ver las terrazas madrileñas llenas de extranjeros disfrutando de un agradable momento. Sin embargo, a veces se rompe esa armonía. Los litros consumidos de bebidas alcohólicas empiezan a hacer estragos y el ambiente no es tan ideal como lo era al inicio. No son los únicos problemas que pueden surgir en un bar o restaurante.

Otros, no necesariamente con turistas, pueden deberse al servicio, a desavenencias en el pago o cualquier situación que surja con el pago. Uno de esos problemas surgió en el establecimiento Revoltosa Plaza del Rey, de la zona centro de Madrid. Un turista llamado Adam dejó una dura reseña de una sola estrella, acompañada de un largo texto para denunciar lo ocurrido en el bar de tapas.

Un turista carga contra un restaurante madrileño

Adam comenzó mostrando lo que sintió: "Tuvimos una experiencia profundamente angustiosa en este restaurante". Después, pasó a relatar lo ocurrido a sus ojos: "Durante nuestra visita, me robaron el bolso; contenía todos mis documentos personales, incluyendo mi pasaporte, DNI, teléfono de trabajo y tarjetas de crédito". Denunciaban la desatención por parte de la taberna y la Policía: "Cuando informamos al personal y a la Policía, su única preocupación parecía ser asegurarse de que pagáramos la cuenta, en lugar de ayudarnos como víctimas de un robo".

Incidía en su queja: "Ni el personal del restaurante ni la Policía nos brindaron asistencia, orientación ni apoyo útiles sobre qué hacer tras perder documentos de viaje importantes en el extranjero". No se creía el abandono: "La total falta de empatía y responsabilidad fue impactante. Nos dejaron solos para resolver las cosas, sin ningún consejo ni orientación; solo esperaban que pagáramos y nos fuéramos". Para terminar, lanzó un aviso a otros usuarios: "Recomiendo encarecidamente a otros viajeros que tengan mucho cuidado en esta zona y en este restaurante. Si algo sale mal, podrían encontrarse completamente sin apoyo".

La dura respuesta del bar

El propietario de Revoltosa Plaza del Rey no se quedó callado y apuntó directamente a los turistas: "Querido Adam: tratasteis de hacer lo que en España se llama un "simpa" (irse del establecimiento sin pagar)". También reveló el motivo de la actuación de la Policía: "Lo curioso es que a la policía la avisamos nosotros, precisamente por vuestra actitud, y no vosotros, que deberíais ser los más biznesados". La versión era totalmente diferente a la de la reseña.

Adam y su grupo estuvo cerca de tener un problema más serio: "Vuestra mala educación fue insuperable, e incluso la Policía amenazó con llevaros detenidos". También revela el "casual" final de la historia: "Y, voilá, en ese momento apareció milagrosamente todo lo que os habían robado, así de golpe. Y podréis pagar". Concluyó con un mensaje directo a los estafadores: "Quizás en otros sitios donde viajáis el truco os funciona, pero resulta que en Madrid somos muy gatos...".

Una historia con dos versiones

La tiene dos versiones y como dicen los usuarios de 'X', lugar donde 'Soy Camarero' publicó las reseñas: "Falta saber quién miente". Los que creen al establecimiento son muy críticos con los turistas: "Lo que piensa la gente para no pagar. Si pensaran igual para trabajar, igual no tendrían que hacer esto". Otro usuario revela que esta estrategia no es nueva: "Donde trabajo intentaron hacer lo mismo, pero acusando al personal de haberla robado la tarjeta de crédito. Cuando miraron las cámaras se vio que se la clienta se la habia guardado en otro bolsillo y de repente ya se acabaron las amenazas contra el personal y todo eran prisas.