Ciencia

Alerta en la NASA: encuentran en un asteroide algo fundamental para la vida

Las muestras del asteroide Bennu traídas por la NASA han resultado ser una caja de sorpresas que alberga desde azúcares esenciales para la vida hasta un desconcertante material de apariencia plástica cuyo origen se remonta a los albores del sistema solar

El asteroide Bennu, fotografiado por la NASA / AP
El asteroide Bennu, fotografiado por la NASA / APlarazon

Lo que ha llegado a los laboratorios terrestres tras la misión OSIRIS-REx no son simples piedras inertes recogidas en el vacío, sino un verdadero enigma envuelto en misterio. Los científicos se han topado de bruces con algo que ha dejado perpleja a la comunidad experta: entre las rocas y el polvo del asteroide Bennu ha aparecido un material desconcertante, una suerte de "plástico espacial" o goma. Se trata de una sustancia inédita similar a la goma, compuesta por polímeros ricos en nitrógeno y oxígeno, que no se parece a nada que hayamos visto antes en otros meteoritos y que parece haberse originado en los momentos más tempranos de nuestro sistema solar.

Por otro lado, el análisis mineralógico de estas muestras revela que estamos ante una reliquia cósmica de incalculable valor histórico. Al examinar el polvo, los investigadores han descubierto que Bennu actúa como un inmenso cementerio estelar, conservando en su interior una cantidad de granos presolares que supera cualquier previsión. De hecho, las muestras contienen seis veces más polvo de supernova que cualquier otro material extraterrestre estudiado hasta la fecha, lo que sugiere que este cuerpo se formó en una región del cosmos especialmente rica, nutrida por la materia expulsada tras violentas explosiones de estrellas moribundas. Este tipo de hallazgos sobre la formación de cuerpos celestes complementan investigaciones geológicas recientes en nuestro propio planeta, las cuales sugieren que el núcleo de la Tierra es más complejo de lo que pensábamos.

Asimismo, más allá de la extraña geología, lo que realmente ha conmocionado a los expertos es la confirmación de que este asteroide transportaba un cargamento biológico en potencia. Tal y como han publicado en Nasa, se ha verificado que Bennu contiene el "kit" completo necesario para fabricar ARN, incluyendo fosfatos y las cinco nucleobases esenciales. Esto demuestra que estas rocas actúan como cápsulas del tiempo que han viajado por el espacio custodiando los ingredientes fundamentales para la vida, protegidos de los fluidos corrosivos que podrían haberlos destruido.

Un hallazgo inesperado

En este sentido, los análisis químicos han arrojado una sorpresa mayúscula que podría reescribir los libros de texto sobre la química prebiótica. Los investigadores no solo han identificado ribosa, un componente esencial del ARN, sino que han detectado algo nunca visto en muestras de este tipo: glucosa. Es la primera vez que se encuentra glucosa en material de origen extraterrestre, un descubrimiento que añade una pieza crucial al rompecabezas sobre cómo pudieron surgir los primeros organismos biológicos y que sugiere que los azúcares vitales podrían ser más comunes en el universo de lo que pensábamos.

A este respecto, las implicaciones de estos descubrimientos ofrecen un soporte teórico muy sólido a la conocida hipótesis del "mundo de ARN". La presencia de ribosa en las muestras, combinada con la llamativa ausencia de desoxirribosa, refuerza la idea de que la biología primitiva dependió inicialmente de esta molécula para almacenar su información genética antes de dar el salto evolutivo hacia el ADN. Para muchos científicos, esto supone un respaldo contundente a la hipótesis de que los ladrillos de la vida llegaron a nuestro planeta a bordo de viajeros rocosos como Bennu.